Tras el acuerdo de mínimos alcanzado por el Eurogrupo para un plan de rescate a corto plazo de 540.000 millones de euros contra el coronavirus, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha anunciado este jueves la convocatoria de una videocumbre extraordinaria para el jueves 23 de abril. En la agenda de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete está la preparación de un plan de recuperación a medio plazo para salir de la recesión económica sin precedentes causada por la pandemia.

En la práctica, la videocumbre del 23 de abril será el segundo asalto por los 'coronabonos', que de momento han sido descartados por el Eurogrupo. Es una media que siguen defendiendo España e Italia para financiar conjuntamente la reconstrucción y evitar así que se dispare su deuda pública hasta límites insostenibles; y a la que se oponen de forma férrea Alemania y Países Bajos por considerar que abriría la puerta a transferencias continuas del Norte al Sur. 

"Es el momento de sentar las bases para una recuperación económica sólida. Este plan tiene que relanzar nuestras economías y a la vez promover la convergencia económica en la UE", ha asegurado Michel al anunciar la convocatoria de la videocumbre. Los líderes europeos le han encargado preparar propuestas a él y a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, con el apoyo de la presidenta del BCE, Christine Lagarde.

De hecho, el acuerdo del Eurogrupo de este jueves fue el típico compromiso de Bruselas, un texto ambiguo que permite a los dos bandos clamar victoria y aplaza las decisiones más difíciles. Dado que sobre la financiación a largo plazo no hay ningún acuerdo, las conclusiones hablan de "trabajar en un Fondo de Recuperación". Un mecanismo que debe ser "temporal, selectivo y proporcional a los costes extraordinarios de la crisis y ayudará a repartir estos costes en el tiempo a través de una financiación adecuada" con "instrumentos innovadores".

"Algunos Estados miembros han defendido que esto debe lograrse mediante la emisión conjunta de deuda. Otros dicen que deben encontrarse medios alternativos", admitió el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, al término de la reunión de este jueves. Esta será probablemente la fórmula que repita en la carta que tiene que enviar a los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 de cara a la videocumbre del 23 de abril.

España, Italia y Francia sostienen que las conclusiones enrevesadas del Eurogrupo abren la puerta a un fondo para la emisión conjunta de deuda en la UE. El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ha llegado a decir que existe un principio de entendimiento para que su dotación ascienda a 500.000 millones, algo que nade más confirma.

Con el mismo texto delante, Alemania y Países Bajos aseguran que los 'coronabonos' han quedado definitivamente descartados. "Estamos y seguiremos estando en contra de los eurobonos. Consideramos que es un concepto que no ayudará a Europa ni a Países Bajos a largo plazo", escribió en su cuenta de Twitter nada más terminar el Eurogrupo el ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, el más duro.

Pese a ello, ni Italia ni España se rinden. Son los dos países más golpeados por el coronavirus, los que probablemente sufran las recesiones más intensas de la eurozona y los que se juegan una posible crisis de deuda si la UE no les ayuda a financiarse. Tanto la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, como la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, han repetido este viernes que España no renuncia a los 'coronabonos'.

Calviño se ha mostrado satisfecha por el acuerdo de mínimos del Eurogrupo, pero ha defendido "trabajar en el medio plazo en establecer un mecanismo de mutualización de la deuda, de emisión conjunta de deuda". "Yo siempre digo que me parece menos importante qué nombre le pongamos que que de verdad suponga poner en común los costes de luchar contra esta pandemia", ha señalado la vicepresidenta en una entrevista a la Cadena Ser.

Por su parte, el ministro italiano de Finanzas, Roberto Gualtieri, ha declarado a la prensa italiana que el acuerdo del Eurogrupo es "un primer tiempo óptimo". "Ahora debemos vencer la partida (de los coronabonos) en el Consejo Europeo", ha agregado. Su primer ministro, Giuseppe Conte, ha escrito en Twitter que "mi posición y la del Gobierno sobre el MEDE -el fondo de rescate de la UE- no ha cambiado y nunca cambiará".

El MEDE es tóxico en Italia porque se asocia a un sometimiento de la economía a los dictados de Bruselas y Berlín. También la vicepresidenta Calviño asegura que España no va a pedir un rescate blando, pese a que el pilar central del acuerdo del Eurogrupo es una línea de crédito del MEDE de hasta 240.000 millones con condiciones light.

El Eurogrupo ha acordado además una garantía paneuropea de 200.000 millones de euros para pymes y grandes empresas a cargo del Banco Europeo de Inversiones, así como un fondo de 100.000 millones de euros para dar préstamos a ERTE y ayudas a autónomos.

Mientras tanto, la Comisión Europea sigue sosteniendo que el plan de recuperación debe basarse no en los 'coronabonos' sino en el presupuesto plurianual de la UE para el periodo 2021-2027, cuya aprobación naufragó en la tormentosa cumbre de febrero precisamente por el choque Norte-Sur. El Ejecutivo comunitario anuncia una nueva propuesta revisada para finales de abril, a tiempo de la videocumbre extraordinaria.