Nunca en nuestra democracia, España se había enfrentado a un reto como la crisis del coronavirus y nunca se había logrado movilizar de una vez un volumen de recursos públicos y privados de la magnitud del plan que aprobó este martes el Consejo de Ministros para atajar una pandemia que está hundiendo la economía.
El Gobierno ha puesto sobre la mesa 200.000 millones de euros para que puedan disponer de ellos el sector sanitario, las grandes empresas, las pymes, los autónomos y los trabajadores a lo largo del próximo mes.
En un país con una deuda pública que representa el 95,5% del PIB, el Gobierno lanzó un ambicioso plan en el que el sector público aportará durante 31 días 117.000 millones de euros en avales, líneas de crédito y liquidez para el tejido empresarial. A esa cuantía se sumarán otros 5.000 millones de euros de gasto público en cuatro semanas para hacer frente a las prestaciones sociales con las que se cubrirán las ayudas a colectivos vulnerables o los gastos derivados de los ERTE (expediente de regulación temporal de empleo), entre otras medidas.
Gracias a la colaboración del sector privado -y tras conversaciones con las distintas patronales y la banca-, España movilizará otros 83.000 millones de euros para cortar de cuajo el contagio financiero que se estaba produciendo en los mercados ante el shock inesperado que han sufrido la oferta y la demanda por el Covid-19. Al mismo tiempo, se aliviará la difícil situación que ha sobrevenido a millones de trabajadores, autónomos y empresas que han tenido que cesar su actividad con el estado de alarma.
Los 200.000 millones de euros que se han movilizado en los últimos nueve días representan cerca del 20% del PIB español.
Pedro Sánchez presentó este plan como el que probablemente ha sido el "mayor real decreto ley que se haya aprobado en la historia de nuestra democracia" y lo justificó por la necesidad de crear un frente y un "escudo social y económico" en nuestro país para pasar esta difícil cuarentena.
Tras presentar el pasado jueves un primer plan de choque económico que no convenció ni a los agentes sociales, ni a los inversores, el Ejecutivo ha trabajado en la elaboración de esta segunda hoja de ruta con empresas, patronales, sindicatos, gobiernos autonómicos y partidos de la oposición. En La Moncloa consideran que se han recogido aportaciones de toda la sociedad española para presentar un plan ambicioso que pueda sostener la economía española durante un mes.
Ese es el tiempo que estaría manejando en estos momentos el Ministerio de Sanidad para lograr que la curva ascendente del virus se controle para tornarse en descendente. Antes, tendrá que aplanarse y el camino hacia ese punto no será rápido, según reiteró Sánchez este martes.
Será un mes en el que el empleo y la producción de España se verán afectados y en el que la acción del Gobierno se centrará en la respuesta a la crisis con planes en los que la prioridad de los recursos será la que dictaminen las necesidades de la Sanidad española.
De la contención al estímulo
Cuando el virus se controle y vuelva la normalidad, será el momento de activar otra estrategia para una nueva fase en la que el estímulo económico será la prioridad.
Desde los ministerios de Economía y Hacienda se aguarda con cautela la llegada de ese momento. No se descarta un plan de estímulo con rebajas fiscales, pero tampoco se quiere hablar de ello en este momento. "No tiene sentido poner a disposición de los ciudadanos un mayor poder adquisitivo si no pueden salir a la calle a consumir", comentan fuentes conocedoras de los planes del Gobierno.
En cualquier caso, será entonces cuando llegue el momento de elaborar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) y el presidente del Ejecutivo ya ha avanzado que serán las cuentas públicas de la "reconstrucción social y económica". Un Presupuesto que implique "vencer el Covid-19, olvidarnos de esta pandemia y mirar el futuro", explicó en la rueda de prensa de este martes.
Sánchez avanzó que intentarán pactar esos PGE con todas las fuerzas políticas, pero evitó concretar si serán unos Presupuestos para 2020 o ya para 2021.
Sanidad es el gasto prioritario
No obstante, dado que ahora mismo es el Ministerio de Sanidad el que dicta el destino de los recursos para combatir la pandemia, el Gobierno no descarta seguir con los PGE de 2018, aprobados por el Gobierno del Partido Popular y prorrogados ya el pasado año.
Solo si diera tiempo a presentar un nuevo Presupuesto antes de verano para que tenga vigencia de al menos seis meses, se trabajaría en ellos dada la situación actual de emergencia. No obstante, la pasada semana ya se habilitó por decreto la posibilidad de transferir partidas de unos departamentos a otros con el objetivo de que Sanidad cuente con todos los recursos que sean necesarios.
Esas futuras cuentas públicas se elaborarán sobre un cuadro macroeconómico mucho peor al último que presentó la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño. Con el shock económico del Covid-19, España caerá con casi toda probabilidad en una recesión temporal.
El objetivo será que salga con el mayor impulso posible para que la recuperación tenga una clara forma de V en lugar de una L (letra que representa el estancamiento). El problema es que en este trimestre, la recaudación de los impuestos se va a desplomar, lo que forzará a España a elevar su deuda y pagar estas facturas en el futuro.
No obstante, en este estado de alarma, la "fase de contención reforzada" sigue siendo la que dicta la política presupuestaria y hasta que el Covid-19 esté controlado, la prioridad de todos los recursos será la sanitaria. El resto se abordará cuando vuelva la normalidad a las calles españolas.