“España no dejará que Cataluña quiebre nunca”, ha asegurado con rotundidad el ministro de Economía, Luis de Guindos. “Si los inversores no fueran conscientes de esto, hace mucho tiempo que hubieran dejado de apostar por esta región”, aseguraba.
El ministro de Economía ha acudido este miércoles al Sanado para, como ya hizo el pasado 31 de enero en el Congreso, dar cuenta de los ejes de actuación de su departamento en la presente legislatura. Lo ha hecho en pleno recrudecimiento judicial del caso Bankia, con citaciones ante los tribunales de los principales responsables de los órganos supervisores y reguladores para esclarecer su actuación en la salida a bolsa de la entidad financiera.
En aquella ocasión, la comparecencia fue más o menos placentera para el ministro. Ahora, en la Cámara Alta, no lo fue, porque, además de la deriva judicial del caso Bankia, el ministro tuvo que hacer frente a las cuestiones planteadas por los senadores en relación a las nuevas dudas planteadas por la Comisión Europea sobre el cumplimiento del déficit público, el peligro que se cierne ante la eventualidad de que suban los tipos de interés o la marcha del proceso de privatización de Bankia y BMN, de cara a recuperar los 23.000 millones de euros de dinero público aportado.
En su intervención previa, antes del turno de palabra de los senadores, Guindos ya ponía sobre la mesa el temor que existe de que suban los tipos de interés. “Un simple aumento de 100 puntos básicos supondría un impacto de 3.500 millones de euros sobre la economía española”, decía. Un dato que el ministro relacionaba con la renovación en 2017 de casi 350.000 millones de euros de deuda pública y privada.
Una deuda que, según Guindos, “ya está bajando. Lo hace cada vez que se produce una superávit por cuenta corriente”. Además, asegura que “en 2016 vamos a tener el mayor superávit de la cuenta corriente de la historia de España, del 2%”, siendo el 0,5% provocado por la bajada del precio del petróleo.
Guindos, en respuesta al senador catalán Joan Bagué, decía que “hemos perdido un década de crecimiento. “Ahora recuperaremos, ya en este primer trimestre, los niveles que había en 2007, pero resulta insuficiente para alcanzar los niveles de empleo que había entonces”, reconocía el ministro.