La cola del INEM se ha convertido en uno de los tópicos para hablar del problema del paro en España. Los desempleados van a sellar su cartilla del paro, pero también con la esperanza de poder encontrar un empleo. Sin embargo, quienes llevan un tiempo en el paro conocen bien la realidad: estas oficinas de empleo son prácticamente inútiles a la hora de buscar un trabajo. El informe Tendencias de recursos humanos elaborado por Randstad pone de manifiesto que solo el 4% de los trabajadores accedió a su puesto gracias a los Servicios Públicos de Empleo.
Confiar en las oficinas de empleo es casi tan iluso como esperar encontrar un puesto de trabajo en redes sociales (un 3% de los trabajadores lo consigue), en universidades o centros de posgrado (otro 3%) o en anuncios en prensa (un 2% de los empleados lo logró). Randstad ha obtenido estos datos después de encuestar a 5.700 personas, que sirven para constatar la escasa eficacia del sector público a la hora de servir de intermediario entre las empresas y los parados.
Si hacemos un esfuerzo en mejorar la empleabilidad de los trabajadores y no hacemos políticas para mejorar los servicios de empleo, nos quedamos a medio camino
La intermediación pública es el punto débil de las políticas activas de empleo. Así lo explica Valentín Bote, director de Randstad Resarch, quien apunta que “el gran déficit de las políticas activas está en la parte de la intermediación”. En su opinión, la formación de los desempleados “se está realizando de manera bastante profesional y ya se aprecian resultados positivos” pero a la hora de buscar un empleo para estos parados, el sistema público hace aguas. “Si hacemos un esfuerzo en mejorar la empleabilidad de los trabajadores y no hacemos políticas para mejorar los servicios de empleo, nos quedamos a medio camino”, remarca Bote.
Los propios parados confían muy poco en las oficinas de empleo. Solo un 12% cree que es uno de los dos canales más efectivos para conseguir un empleo. En sus pocos años de vida, las redes sociales se han convertido en una herramienta de búsqueda de trabajo mucho más fiable. Tanto que en ellas confían el doble de parados, en total un 21% cree que es uno de los dos canales más efectivos.
La parte contratante
Las empresas también son conscientes de la baja utilidad de los Servicios Públicos de Empleo y en muchos casos, desisten de buscar profesionales a través de este canal. Solo un 4% de las empresas encuestadas perciben las oficinas de empleo como uno de los métodos más eficaces para buscar trabajadores. De hecho, la gran mayoría opta por empresas de selección y contratación especializadas en recursos humanos: el 44% de las empresas cree que es uno de los dos canales más eficientes, seguido de los portales de empleo, con un 33% de respuestas.
La intermediación pública se realiza, en su gran mayoría, a través de las oficinas de empleo autonómicas. Todas ellas tienen el mismo problema que hace que sean tan ineficaces: la entrevista. Para realizar un buen perfilado de los parados es necesario realizar un cuestionario en profundidad que sirva para conocer bien sus puntos fuertes y débiles. Esta es la única forma de que la elección de los candidatos sea correcta, pero no se hace así.
Cualquiera que haya estado en paro y se haya inscrito en las oficinas sabe qué información piden: datos muy básicos
“Cualquiera que haya estado en paro y se haya inscrito en las oficinas sabe qué información piden: datos muy básicos", indica Bote. Las preguntas se limitan a aspectos muy generales, como conocer el nivel de estudios del parado, el último empleo que ha realizado o si tiene carné de conducir. “Para intermediar tienes que conocer muy bien la base de datos que se tiene y localizar al candidato que cumple los requisitos del puesto vacante que tiene la empresa”, apunta el director de Randstad Research.
El perfilado incompleto lleva a las oficinas de empleo a seleccionar candidatos inapropiados para los diferentes trabajos. El trazo grueso en la selección del personal hace que sea casi una cuestión de suerte que el parado se ajuste al puesto requerido. Así, es normal que las empresas tengan malas experiencias y tras dos o tres casos negativos, empiecen a utilizar otros canales de recursos humanos. Esto genera un círculo vicioso de modo que cada vez menos empresas confían en la intermediación pública y dejan de poner sus ofertas de empleo en las oficinas, lo que reduce todavía más su eficiencia.
Lo que importa
Las exigencias de las empresas a la hora de seleccionar el candidato idóneo son muy elevadas, lo que hace que un mal perfilado sea incapaz de ofrecer una buena solución. El mejor ejemplo de la complejidad en la selección del personal está en este dato: lo más importante es que el candidato encaje con la compañía, tanto con su cultura, como con sus valores corporativos. El 44% de las compañías encuestadas por Randstad señala este punto como el fundamental.
Para las firmas este aspecto es más importante que la experiencia o incluso los conocimientos de los empleados. De hecho, la experiencia en el puesto es fundamental para el 20% de las compañías, mientras que es poco o nada importante para el 16%. “Se aprecia que la gran mayoría de empresas -en general por encima del 90%- considera fundamental o muy importante que un profesional encaje con el puesto, con su manager y con los valores de la compañía”, señala Bote.
La gran mayoría de empresas considera fundamental que un profesional encaje con el puesto, con su manager y con los valores de la compañía
Tal grado de exigencia para cubrir un puesto de trabajo requiere una labor de selección muy completa que incluya desde las competencias del candidato hasta sus valores y motivaciones. Para las empresas, el mayor problema al que se tienen que enfrentar en el mercado laboral es la baja experiencia de los parados. Hasta el 49% señala este punto como una de las tres carencias principales de los candidatos. En segundo lugar, con un 42%, aparece otro aspecto muy similar: la falta de experiencia en el desarrollo de las funciones requeridas por el puesto de trabajo. En tercer lugar, con un 39% de las respuestas, está el problema de la baja motivación y mala actitud de los desempleados.
Se avecinan cambios
En los últimos años el sector público ha destinado más recursos a la intermediación y Bote señala que “ya se aprecian algunos avances”. Entre otros se encuentra la colaboración público-privada para desarrollar agencias de colocación que tengan como principal objetivo unir las empresas con los parados.
El futuro de las políticas de empleo podría cambiar de forma muy profunda en los próximos meses. Las negociaciones para formar gobierno todavía están en marcha, pero si se confirma la reelección del presidente en funciones, Mariano Rajoy, el camino está marcado. Ciudadanos arrancó a los ‘populares’ en su pacto de investidura un cambio de las políticas activas de empleo que comience por la elaboración de “un perfilado estadístico, basado en los datos personales y competencias profesionales de cada desempleado y con el que podrán formular una propuesta personalizada de itinerarios formativos y laborales”.
Una de las medidas que se contemplan es impulsar el portal único de empleo para vincularlo “con otras redes sociales y portales de empleo privados para que se convierta en el portal de referencia”. El acuerdo también incorpora la eliminación de todas las diferencias de servicios públicos ofrecidos por las distintas autonomías, que son quienes tienen transferida la gestión del Servicio Público de Empleo. El objetivo es “garantizar el acceso en condiciones de igualdad a los servicios prestados por los mismos”.