El inicio de 2022 ha sido nefasto para el sector industrial. Al ser mayoritariamente electrointensivo, es uno de los que más sufre el efecto del incremento de los precios de la energía y los combustibles de los últimos meses. Así lo reflejan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA): en los primeros tres meses del año, la industria ha vivido su segunda mayor caída de ocupados desde 2012.
Así lo indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que reflejan que las empresas industriales perdieron 68.000 ocupados, una rebaja del 2,8% respecto a diciembre. En total, la cifra de trabajadores en estas empresas se ha quedado en los 2,69 millones.
Se trata de la mayor pérdida trimestral de empleo en la industria en los últimos diez años, solo por detrás de la caída que provocó la irrupción de la Covid y los confinamientos de la primera mitad de 2020. Aquel año se perdieron 127.000 puestos de trabajo en el sector industrial.
No es casualidad que la reducción del empleo haya sucedido en el primer trimestre, cuando los precios energéticos han disparado la inflación. "Muchas industrias se han visto obligadas a paralizar la producción, ya que estos precios de la
electricidad hacen imposible mantener la actividad", indicaban a finales de marzo en un comunicado conjunto patronales como Unesid o AECE.
"Empresas como Acerinox, ArcelorMittal, G. Celsa, Megasa, Ferroglobe y Siderúrgica Balboa ya han tenido que parar algunas de sus instalaciones y, de seguir esta deriva, se verán obligadas a poner en marcha expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y posibles deslocalizaciones de producción, si la situación no se endereza", han alertado.
La situación se agravó con el paro de transportistas (que duró del 14 de marzo al 2 de abril), y que estuvo a punto de arrastrar al colapso a la economía española, y con ella al sector industrial.
En cualquier caso, se prevé que entre las ayudas activadas por el Gobierno y el 'tope' del precio del gas que se activará en el próximo Consejo de Ministros se alivie la situación de estas empresas.
En cualquier caso, la industria no es el único sector que ha perdido empleo hasta marzo. Tanto el ámbito de los servicios como el de la agricultura se han dejado puestos de trabajo, mientras que en el caso de la construcción aumentaron.
Con todo, en la comparación anual, las tornas cambian. En los Servicios hay 738.700 ocupados más que en el primer trimestre de 2021; en la Industria, 55.000; en la Construcción, 54.500; y en la Agricultura, 29.700. De hecho, en los últimos 12 meses el empleo ha crecido en 878.000 personas (un 4,57%), pese a que en el último trimestre se perdiesen 100.000 ocupados.
Por otro lado, la EPA revela que los efectos de la reforma laboral y el 'veto' a los contratos temporales ya va generando sus efectos. Y ello pese a que la vigencia de las nuevas fórmulas de contratación no empezó hasta marzo.
En la evolución trimestral, a pesar de que hay una reducción neta de asalariados (45.000, para ser concretos), se ha producido un importante incremento de los contratos indefinidos: 164.100.
En cambio, las personas que tienen contrato temporal se han reducido en 209.800. De esta manera, la tasa de temporalidad del mercado laboral español cae en más de un punto en solo tres meses, y se queda en 24,21%.
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