Se cumple el guion previsto. Por quinta vez consecutiva, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener sin cambios los tipos de interés en un nivel récord del 4,5%, mientras prepara el giro hacia una nueva fase de rebajas del precio del dinero. El Consejo de Gobierno considera que el objetivo del 2% de inflación está ya al alcance de la mano, en una eurozona en situación de estancamiento económico.
En el comunicado hecho público al término de la reunión, el BCE anuncia que si se confirma la evolución positiva de la inflación y el impacto de las subidas pasadas de tipos en la economía "sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria". Es decir, iniciar la desescalada de los tipos si tiene la "confianza" suficiente en que la inflación se estabilizará en el 2%.
Tanto la presidenta Christine Lagarde como la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno ya vienen señalando desde hace semanas que el primer recorte de tipos se aprobará en la próxima reunión del 6 de junio. Para entonces, el BCE ya dispondrá de todos los datos que necesita sobre evolución de los salarios y la actividad en el primer trimestre, así como de previsiones de inflación y crecimiento actualizadas.
La discusión en las próximas semanas se centrará en la cuantía de este primer recorte de tipos de junio, así como en la trayectoria posterior de la política monetaria. Lagarde ya ha avisado de que el ritmo de bajada de los tipos de interés en la eurozona no será tan rápido ni constante como el de la subida, y dependerá cada vez de los datos de inflación.
Con la decisión de este jueves, el tipo de interés general se mantiene en el máximo histórico del 4,5%. La facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) se queda en el 4,75%; mientras que la facilidad de depósito (la remuneración a las entidades por aparcar su dinero en Fráncfort) seguirá en el 4%, su nivel más alto desde la creación del euro.
A la hora de dejar los tipos sin cambios, el BCE ha tenido en cuenta que el índice de precios al consumo de la eurozona volvió a bajar del 2,6% en febrero al 2,4% en marzo. Sin embargo, la inflación del sector servicios -el más intensivo en mano de obra y por tanto el más sensible a las subidas salariales- se mantiene persistentemente alta en el 4%.
La inflación subyacente -que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco, los elementos más volátiles- también experimenta una bajada desde el 3,1% en febrero al 2,9% en marzo. Este es un indicador estructural clave para la institución dirigida por Christine Lagarde a la hora de decidir sobre los tipos de interés.
Por su parte, el mercado laboral de la eurozona sigue exhibiendo una fortaleza inédita frente a la sucesión constante de crisis y a la debilidad del crecimiento. La tasa de desempleo volvió a situarse en mínimos históricos del 6,5% en febrero. España sigue siendo líder en paro con el 11,5%.
Según la última Encuesta de Préstamos Bancarios del BCE, los bancos de la eurozona han sufrido una nueva disminución sustancial en la demanda de créditos por parte de las empresas, que contrasta con sus expectativas anteriores de estabilización. También baja (aunque menos) la petición de hipotecas debido a los altos tipos de interés y a la menor confianza de los hogares.