La detección de hepatitis A en un cargamento de fresas procedentes de Marruecos ha vuelto a poner el foco en las relaciones agroalimentarias de nuestro país con el reino alauí, extremadamente fluidas en lo referido al comercio de frutas y hortalizas. Es un asunto delicado: las fresas, que entraron por el puerto de Algeciras y que según la distribuidora no han llegado a los mercados, estarían infectadas por haber sido regadas con aguas fecales.
Es lo que apunta la organización agraria Asaja, que ve en este episodio una prueba de que es necesario controlar más lo que entra de Marruecos, tal y como vienen pidiendo en sus protestas, extendidas durante todo febrero. Y más clave si cabe en lo referido a las fresas, dado que este país es el principal vendedor de esta fruta a España.
En 2023, según datos de comercio exterior agroalimentario consultados por EL ESPAÑOL-Invertia, nuestro país compró a Marruecos 5.479 toneladas de esta fruta; es el 43,6% del total de fresas que compramos a otros Estados. En total, la factura ascendió a 18,1 millones de euros; el 47% del total desembolsado en esta partida.
[La distribuidora asegura que las fresas infectadas de Marruecos no han llegado a los mercados]
Marruecos lidera con holgura la lista de países a los que compramos fresa tanto en volumen como en valor: el siguiente en la lista es Grecia, del que importamos 3.093 toneladas por valor de 8,3 millones, y cierra el podio Portugal, al que compramos 2.076 toneladas por valor de 4 millones de euros.
"Tranquilidad" y petición de más controles
La alerta sobre este cargamento fue enviada por el Ministerio de Sanidad este lunes a las autoridades comunitarias. Es un procedimiento relativamente frecuente: España notifica, de media, una alerta seria a la semana fruto de los controles fronterizos a los que somete a los alimentos importados desde terceros países, según EFE.
Se insiste en este punto, también en la rapidez de la detección, a preguntas de este periódico. Fuentes del Ministerio de Sanidad sostienen que los controles son especialmente minuciosos cuando se trata de cargamento de terceros países. "Todo se analiza", insisten, aunque desde Asaja se subraya en que hace falta más.
"Ahora mismo está la lupa puesta, pero se revisa un porcentaje mínimo de lo que entra por puertos", sostiene a EL ESPAÑOL-Invertia José Ugarrio, técnico de frutas de Asaja, que sostiene que esta situación no es nueva y subraya la gravedad del origen de esta contaminación.
"Es bastante problemático porque estamos hablando de la salud humana. Están regando con aguas fecales", apunta. Piden por ello más controles y "mismas normas de juego" para los productores agrarios vengan de donde vengan, una de las principales reclamaciones que motivan las actuales protestas agrarias, tanto en España como en el resto de Europa.
"Para avalar que los productos procedentes de otros países no suponen un riesgo para la salud es necesario poner más medios en esos controles", ha subrayado por su parte la Interprofesional Andaluza de la Fresa y los Frutos Rojos (Interfresa), que son los más representativos del sector, dado que el 98% de la fresa española se produce en Andalucía, sobre todo en Huelva.
Junto a este mensaje, otro de tranquilidad: "las fresas y los frutos rojos de Huelva cumplen con las estrictas normativas sanitarias española y europea que avalan la seguridad e higiene de estos productos", remarcan. De hecho, más del 95 % de las fresas que se consumen en España proceden de Huelva.
Críticas desde Andalucía a los controles
El episodio ha generado críticas del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, al Gobierno central. Moreno cree que lo ocurrido es responsabilidad del Ministerio de Sanidad, que es el encargado de los análisis, y le ha pedido "más atención, interés y dedicación" porque "los controles en Aduana fallaron".
En rueda de prensa en Sevilla, junto al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, Juanma Moreno ha insistido en que quien tiene que realizar estos controles es el Ministerio quien, a su juicio, "no quiere asumir su responsabilidad".