Una población sénior cada vez más longeva, con mejor salud, muy bien formada y más activa en el consumo de productos y servicios. La economía de plata -o silver economy, término importado del mundo anglosajón- llama con fuerza a las puertas de las empresas y las Administraciones Públicas.
Varios datos lo avalan, sobre todo en el caso de España, punta de lanza de la ya popular revolución de las canas. Hay más de 16 millones de seniors en nuestro país, donde cada año hay un millón más de mayores que entra en Internet, de tal forma que 12 millones ya están en Internet de forma activa.
Además, más de 4 millones de personas de más de 55 años siguen en activo laboralmente, y podrían ser muchos más. Si lo fueran, hay informes que dicen que España crecería en cinco puntos del PIB. Todas estas cifras han sido facilitadas en el Foro Silver Economy, organizado por EL ESPAÑOL-Invertia en colaboración con Mapfre, Minsait (del grupo Indra), HM Hospitales y Capital Group.
Como ha destacado Antonio Huertas, presidente de Mapfre, “los seniors empiezan a sentirse orgullosos y útiles, comienzan a asociarse, a tener participación en la sociedad y en nuevas actividades económicas”. Algo por lo que, según Iñaki Ortega, consejero asesor del Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación Mapfre, “hay que conseguir que España sea el mejor lugar del mundo para los seniors”.
La oferta de servicios para los seniors antes solamente era asistencialismo y cuidados. “Pero los seniors quieren hacer más cosas: viajar, estar en forma, consumir otras cosas… no sólo ir al médico. De hecho, apenas van al médico”, ha afirmado Ortega.
Por eso, “es una oportunidad doble: para las empresas españolas, que ofrezcan productos y servicios a los seniors de todo el mundo, pero también para las Administraciones Públicas españolas, el captar seniors que paguen sus impuestos y consuman aquí”, ha añadido.
Huertas ha puesto en valor a los mayores de nuestros días: “La actual generación sénior es la más preparada de la historia, porque proviene del mundo analógico y del motor de desarrollo económico de nuestro país y ha sido capaz de prepararse, digitalizarse y competir en un mundo muy diferente al que nacieron”.
Sin embargo, prevé el presidente de Mapfre, “los seniors del futuro van a estar más limitados. Tendrán muchas más herramientas para trabajar, ser más felices y vivir más tiempo, pero seguramente no tendrán las competencias que han acumulado los seniors que ahora ocupan y dominan la economía de nuestro país. Y no se puede perder ese talento”, ha advertido Huertas.
En este sentido, “hay que incentivarles para que emprendan”. Suelen ser gente independiente, el 80% tiene vivienda propia, sólo el 15% tiene hipoteca y, por tanto, cuentan con una capacidad de consumo “brutal”.
Aprovechar el bono demográfico "escondido"
Y es que la generación sénior es una grandísima oportunidad económica para España. A juicio de Huertas, “tenemos un bono demográfico escondido que no estamos aprovechando. En su momento aprovechamos el bono demográfico femenino, que afortunadamente ha sido un éxito, y ahora toca el de los mayores”.
Para ello, desde la aseguradora abogan por favorecer la jubilación activa, ya que “la ley restringe esa capacidad”, así como “salir de los clichés de la empresa tradicional”. “Los mayores no quieren competir con los jóvenes, ni están en disposición de ello. Jóvenes y mayores conviven con éxito cuando cada uno comprende cuál es el rol que puede aportar a la sociedad”, en palabras de Huertas.
El presidente de Mapfre ha destacado positivamente los esfuerzos que están realizando para este sector de población comunidades o ciudades como el País Vasco, Castilla y León o Málaga, si bien “hay que protegerse de la gentrificación, para evitar que expulse a los mayores de ciertas actividades”.
Por citar un ejemplo, “Extremadura es una de las regiones españolas que tiene más potencial y atractivo para los mayores. Podría ser la Arizona de Estados Unidos, que sin mar, con desierto y un clima extremo, es el paraíso de los mayores en EEUU, que se van allí a vivir, trabajar y conectarse con cualquier empresa de los EEUU”.
Ortega ha puesto el foco en Suecia y su sistema 80/90/100. Con el 80% de carga laboral, cobran el 90% del salario y acceden al 100% de los beneficios sociales. Un espejo donde España podría mirarse.