Un menor poder adquisitivo en las familias a causa de la inflación y el incremento de precio en los quesos españoles por la subida del coste de la leche ha disparado las importaciones este producto lácteo.
En los diez primeros meses de 2022 se importó un 15% más de queso extranjero que en todo 2021, según ha explicado a EL ESPAÑOL-Invertia el director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), Luis Calabozo.
Los quesos extranjeros, sobre todo del norte de Europa, son más económicos que los patrios: "incorporan menos leche y no requieren de procesos de elaboración tan alargados que conllevan costes superiores".
Preocupación en las pymes
El cambio se da "en todos los tipos de quesos", aunque es mayor en aquellas variedades menos diferenciadas "que se pueden sustituir por quesos más baratos que vienen mayoritariamente de fuera". Sin incluir este incremento de las importaciones, el queso extranjero consumido en España ya era del 42% en 2021.
La preocupación es máxima en el sector, que fundamentalmente se basa en empresas de pequeño y mediano tamaño. En España hay 1.700 industrias lácteas y, de ellas, el 40% se ubica en municipios menores de 2.000 habitantes y solo el 10% está localizada en ciudades con más de 50.000 ciudadanos.
Este incremento de importaciones coincide con un aumento del precio de la leche. En enero de 2021, el litro en origen se pagaba a 0,34 euros, pasando a 37 céntimos en el primer mes de 2022.
Desde entonces, ha ido escalando hasta los 49 céntimos de septiembre, cuando el precio en origen era un 44% más caro que un año antes. "Es muy difícil trasladar ese precio a la distribución y más cuando tiene alternativas de quesos menos diferenciados", asegura Calabozo.
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Esta subida también se ha notado en la cesta de la compra de los consumidores. De hecho, solo en agosto el incremento del precio de la leche fue de un 25%, siendo el alimento que más se encareció en los supermercados.
La previsión es que los precios sigan al alza hasta final de año. Las cotizaciones de la leche siguen en aumento y, aunque no se trasladará completamente al consumidor, sí puede haber incrementos para garantizarse la disponibilidad del producto elaborado en el mercado interior, según explican desde Fenil.
En cuanto a los precios finales, en septiembre el litro de leche de marca de fabricante estaba a 0,98 euros, frente a los 0,80 de hace un año. La diferencia fue mayor en los lácteos de marca de distribución: pasaron de 0,63 euros por litro a los 0,80 de este año.
Este incremento de precios se debe en parte a que hay menos leche. En noviembre de este año, el censo de vacuno lechero es un 3,4% inferior al mismo mes del año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura consultados por este medio.
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Además, los ganaderos de este sector son casi un 7% menos en un año y la leche que se produjo en España en septiembre fue un 4% inferior. Esta reducción en la ganadería se debe a su vez al incremento de costes de producción, sobre todo de los piensos tras la guerra en Ucrania.
No solo se disparó el precio de los cereales con los que se alimenta a las vacas, también hubo semanas de tensiones por su disponibilidad hasta que se flexibilizó la importación de otros países.
A los altos precios de los cereales, se unió también la mala calidad de los pastos como consecuencia de la sequía. En verano, algunas explotaciones llegaron a sacrificar prematuramente a sus terneros ante los problemas de liquidez de sus tesorerías.