Imagen de una gráfica sobre un fondo de mazorcas de maíz.

Imagen de una gráfica sobre un fondo de mazorcas de maíz. El Español.

Economía

Los alimentos llevan cinco meses cayendo, pero todavía están un 8% más caros que hace un año

Las exportaciones de Ucrania y la flexibilización de las importaciones de granos hacen que los futuros del maíz y el trigo también bajen. 

4 septiembre, 2022 02:31

El bolsillo del consumidor podría verse aliviado en los próximos meses. Los precios de los alimentos han bajado en agosto por quinto mes consecutivo (-1,9%), aunque siguen todavía un 7,9% por encima de su coste en el mismo mes de 2021, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

En concreto, el índice mensual de la FAO refleja que el coste de los cereales ha caído un 1,4% en este mes en comparación con julio. Eso sí, su precio sigue disparado si se compara con agosto de 2021 (+11,4%).

Los aceites vegetales han caído un 3,3%, lo que ha permitido incluso que se sitúen por debajo de su precio hace un año, y los lácteos han descendido un 2% en comparación con julio. En este caso, están un 27,3% por encima de su precio hace un año.

Por su parte, la carne ha descendido por segundo mes consecutivo tras bajar un 1,5% en el octavo mes del año, mientras que el azúcar lo ha hecho por cuarta vez, ya que ha descendido un 2,1% en agosto.

Los precios de los cereales son los que más alarmas han hecho sonar en los últimos meses. Una mayor cosecha mundial, junto con la flexibilización en las importaciones de los granos y, sobre todo, el gesto simbólico de establecer corredores seguros desde Ucrania para las exportaciones, han provocado que caigan considerablemente las cotizaciones de materias primas como el trigo o el maíz durante este verano y que sus precios desciendan tímidamente. Ya no hay miedo al desabastecimiento.

¿Y las cotizaciones?

Volviendo a las materias primas agrícolas, los futuros del maíz han bajado un 10% desde que comenzó el segundo semestre del año. El trigo ha hecho lo propio en un 8,78%, según datos consultados en Investing.

Sin embargo, los precios de estos productos siguen siendo elevados si se comparan con los de hace un año, pues aún sufren el impacto de la invasión rusa del que se consideraba el granero de Europa. En concreto, los futuros del maíz son un 11,82% superior y los del trigo, un 4,44%.

[La liberación del primer buque con cereal ucraniano baja el precio del trigo y el maíz un 4%]

En España, la bajada de precios en origen ya se refleja también. Al comparar los precios medios de esta semana con la primera de julio, se aprecia que el coste del trigo duro ha descendido un 6,82%; el del maíz, un 6,76%; el del trigo blando, un 5,91%, y el de la colza, un 2,62%.

Por el contrario, el girasol sí se ha encarecido durante estos dos meses debido a una nefasta campaña de producción por la sequía y las fuertes olas de calor.

No hay miedo a la escasez

¿El motivo de la caída de los precios? Ya no hay ningún miedo a la indisponibilidad de estas materias. "Aunque ha sido bastante volátil, desde julio vemos cierta tendencia a la baja en los precios de los cereales", explica a este medio Jorge de Saja, director de la Asociación de empresas para el fomento de oleaginosas y su extracción (Afoex). 

Mayoritariamente, el destino de los barcos que están saliendo desde Ucrania es el norte de África y Oriente Medio. Aunque las exportaciones no son muy relevantes en cuanto a volumen, "se quita presión a la demanda y, sobre todo, empuja a que disminuya el riesgo de revueltas en el norte de África por la falta de materias disponibles". 

Los ganaderos respiran 

Además de los consumidores, quienes más esperan con nerviosismo que se traslade esta bajada al precio real de los cereales son los ganaderos. El alto precio de los meses atrás, unido a la escasez de pastos naturales por la sequía, les han obligado a hacer inversiones mucho más cuantiosas de lo habitual. El disparado precio de los piensos ha llegado a acelerar el sacrificio de los animales y a reducir el número de cabezas de ganado.

En cifras: la tonelada de pienso para las gallinas ponedoras se encontraba en julio un 40% por encima de su precio el año anterior y un 76% superior a su coste en ese mismo mes en 2021, según datos del Ministerio de Agricultura.

Un ganadero y una vaca, en una finca en Colmenar Viejo.

Esta subida es generalizada a todos los alimentos del ganado. Otro ejemplo: la tonelada de pienso para engorde del ibérico se incrementó un 51% en un año y hasta un 86% si se compara con julio de dos años anteriores.

"Ahora hay suficientes cereales para alimentación animal", aseguran desde la Confederación española de fabricantes de alimentos compuestos para animales (Cesfac). La preocupación son los precios de la energía y "cómo conseguir un margen de beneficio en este escenario" de costes al alza.

Cultivo de girasoles en la provincia de Valladolid

Cultivo de girasoles en la provincia de Valladolid

Un temor compartido por los agricultores. Los insumos empleados en el campo están entre un 30% y un 40% por encima del coste que tenían en estas fechas en 2021, según COAG. Eso sí, la organización agraria ha notado una "leve bajada" en algunos inputs como el gasóleo agrícola o el pienso animal.

Mientras los cereales están bajando, la luz y los fertilizantes siguen siendo notablemente más caros. El campo mira con preocupación a los abonos sobre todo después de que Yara, el mayor productor mundial, haya anunciado hace unos días que reduciría su producción por el récord de precio del gas.

"Las materias primas bajan de manera rápida y peligrosa, pero los inputs que necesitamos para producirlos no", lamenta el responsable nacional de cultivos herbáceos de la COAG, José Roales.

Los agricultores "no pueden seguir produciendo a pérdidas" y no están "bajando en la misma proporción ni a la misma velocidad". En el caso de que no se acompase esta bajada, desde COAG vaticinan que habrá "graves problemas" y que "muchos agricultores dejarán de sembrar"

Peores datos en España

La producción mundial de cereales está garantizada. Solo en Europa la próxima campaña podría incrementarse por encima del 4%, pasando de los 281 millones a los 293,8 previstos, según datos de la Comisión Europea. Pero los cultivos españoles no han corrido esta suerte.

La sequía es un mal que acecha al campo español. Las previsiones apuntan a que la producción de cereales se reduzca un 12% por la falta de agua y las altas temperaturas de los meses de mayo y junio. "Se prevé que pasemos de las 24 millones de toneladas en 2021 a unas 19 en este año", explica a este periódico Diego Pazos, de la Asociación Española de Comercio Exterior de Cereales (Aecec).

Un año negro para el girasol

Uno de los cultivos más afectados está siendo el girasol. Unido a los cereales, este producto es uno de los que más se exportaba desde Ucrania y se realizaron grandes esfuerzos por aumentar su producción.

La Unión Europea autorizó que se cultivaran las zonas de barbecho obligatorio y los agricultores españoles respondieron incrementando un 10% la superficie cultivada de girasol. Sin embargo, la campaña está resultando nefasta y la producción por hectárea se ha reducido en algunas zonas hasta un 50% por las altas temperaturas.