Un joven de Andalucía tiene un 20% menos de probabilidad de tener un empleo que un navarro. En el caso de una persona de 25 a 29 años de la comunidad sureña, su probabilidad de contar con un trabajo es del 72%, frente al 92% de un joven de Navarra.
Pero la diferencia en el acceso al empleo no solo se da en la juventud: en la población general hay una clara brecha norte-sur en cuanto a las oportunidades laborales. Navarra, La Rioja y Aragón son las comunidades en las que una persona tiene más oportunidades de estar empleada, según el estudio 'Desiguales ante el empleo. La igualdad en el empleo como vía para la igualdad'.
Por el contrario, los territorios con menor probabilidad de acceso a un empleo son, además de Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla. Las diferencias son "más acusadas" si se tiene en cuenta únicamente a los jóvenes, según la citada investigación.
Cambios en 20 años
En siete comunidades ahora es más probable tener un empleo que en 1999. Son País Vasco, Madrid, Cantabria, Castilla y León, Galicia, Andalucía y Extremadura. En el caso de los jóvenes, el listado de CCAA crece hasta once, ya que se incorporan Navarra, Murcia, Castilla-La Mancha y Asturias.
Por el contrario, territorios como la Comunidad Valenciana o las islas Baleares y Canarias han tenido el efecto contrario: ahora es más complicado tener un empleo, sobre todo para la juventud.
Más probable si hay estudios
En la actualidad, el nivel de formación es un factor que marca más diferencia en la probabilidad de acceso al empleo que hace 20 años. Tiene un efecto "positivo mayor para todos los niveles educativos en comparación con el grupo de personas que tienen un nivel educativo igual o inferior a la educación secundaria obligatoria
(ESO)", según recogen los autores del citado estudio.
Otros factores que influyen en la probabilidad del empleo son la edad y el género. En el primer caso, los jóvenes (de entre 25 y 29 años) tienen tres puntos menos de probabilidad de estar empleados que los adultos de mediana edad (entre 30 y 45 años).
En el caso de las mujeres, para ellas es más complicado acceder a un trabajo: es 5,4 puntos menos probable que se encuentren trabajando que en el caso de los hombres. Los autores del estudio apuntan que esta diferencia "se ha reducido sustancialmente" porque hace dos décadas la brecha era de casi diez puntos.
Más allá de la probabilidad de acceder al mercado laboral, otro factor es el tipo de contrato. El sector agrario, la industria y el manufacturero son los que presentan mayor probabilidad de trabajar a jornada completa, mientras que quienes se dedican a la sanidad, educación y hostelería tienen menor probabilidad de encontrar un empleo de 40 horas semanales.
Reducir abandono escolar
Además, en nuestros días es más complicado encontrar un trabajo a tiempo completo que en 1999, sobre todo en el sector servicios. Ante este escenario, los autores, que son investigadores de Iseak, proponen promover medidas que reduzcan el abandono escolar y diseñar un plan de empleo que facilite el acceso al trabajo de la juventud que tome en cuenta los sectores y regiones donde la precariedad laboral es "más preponderante".