La inflación está dañando la cuenta de resultados de las empresas españolas, en especial, de las pymes, que son las más vulnerables a los aumentos de costes. Esta es una de las principales conclusiones de los datos de la encuesta semestral del Banco Central Europeo (BCE) analizados en un artículo por el Banco de España.
El documento, publicado este jueves, pone de manifiesto que las empresas prevén que la tendencia alcista de los precios se mantenga entre abril y marzo de 2023. Una percepción que se produce después de que la mayoría de las empresas españolas (pymes y grandes empresas) reconozcan haber elevado los precios entre abril de 2021 y marzo de 2022.
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Esas subidas de precios son calificadas como "moderadas" en un 37% de los casos e "intensas" en casi un 27%, de acuerdo con los datos analizados a partir de los resultados de la Survey on the Access to Finance of Enterprises (SAFE) elaborada desde Fráncfort con datos de 11.000 empresas de la zona euro, de las que unas 1.300 eran españolas.
Esta traslación de la subida de precios al consumidor final se produce después de que el incremento de los costes de los insumos y laborales tuviera un "impacto significativo" sobre los resultados empresariales.
Entre octubre de 2021 y marzo de 2022, la proporción de pymes españolas que declararon un descenso de sus beneficios superó de forma amplia a la de las que manifestaban un aumento de estos.
Entre los datos más preocupantes de los que recoge el informe figura el hecho de que el porcentaje de pymes españolas más vulnerables ha aumentado entre octubre de 2021 y marzo de 2022, hasta situarse en un 7%. En esta misma línea, la proporción de compañías más rentables, muestra un retroceso "moderado", hasta el 3,7%.
Estos datos reflejan cómo la incertidumbre que ha traído la guerra de Ucrania está lastrando la recuperación de los beneficios de las empresas que se había iniciado tras la crisis económica derivada de la Covid-19.
El informe detecta una "desaceleración en el ritmo de recuperación de la cifra de negocios" y cita varias causas como el repunte de la inflación, los cuellos de botella y las tensiones geopolíticas. Además, estos datos fueron entre octubre de 2021 y marzo de 2022, un momento en el que todavía había coletazos de algunas restricciones por la pandemia.
Sin embargo, la encuesta recoge la visión de las empresas para el medio plazo y lo que esperaban entonces para los próximos meses. Así, el documento ya muestra su inquietud por los meses de verano. Aunque las expectativas económicas eran "positivas" para las pymes y un 27,2% cree que venderá más entre abril y septiembre, también se advierte de una preocupación por las condiciones de financiación y la situación de los precios.
De hecho, las pymes ya reconocían antes de marzo estar sufriendo un "endurecimiento" en algunas de las condiciones aplicadas a los préstamos bancarios y un porcentaje significativo de pymes declaró un aumento de los costes de financiación.