La OCDE ha puesto cifras al impacto de la guerra de Ucrania al acometer una drástica rebaja de previsiones económicas para la economía global, en la que también se incluye España. El organismo prevé que la economía española crezca un 4,1% este año y un 2,2% el próximo. En el acumulado de los dos años es un recorte de tres puntos frente a sus proyecciones anteriores.
Las cifras son también inferiores a la previsión del Gobierno que estima un crecimiento para este año del 4,3% y del 3,5% en 2023. Aunque este pesimismo se enmarca en un deterioro de los datos que maneja para todos los países de la OCDE, llama la atención que el recorte que sufre España en estos dos años sea cuatro décimas superior al de la zona euro. Con todo, el crecimiento económico de nuestro país seguirá por encima del de la media de la eurozona, para la que calcula un crecimiento del 2,6% este año y del 1,6% el próximo.
Mientras, para la economía mundial calcula un avance del PIB del 3% este año y del 2,8% el próximo. Y para el club de países que integran la OCDE, del 2,7% y 1,6% respectivamente.
Uno de los datos más inquietantes de las nuevas previsiones es el de la previsión de inflación. Para el conjunto de los países de la OCDE, calcula una media anual del 8,5% este año y del 6% el próximo, es el doble de lo previsto en diciembre, cuando se publicó su anterior informe. Mientras, para la zona euro, estima un 7% este año y un 4,6% el próximo. Son cifras que reflejan que la escalada de los precios está lejos de contenerse y regresar a los niveles del 2% que tienen como meta preservar los bancos centrales.
Crisis alimentaria
En este contexto de precios altos, el informe de previsiones de la OCDE lanza algunos mensajes preocupantes. Con un editorial que titula, El precio de la guerra, los economistas del organismo advierten que "la primera urgencia es evitar una crisis alimentaria" para lo que pide "cooperación global" y ayuda internacional.
"Hoy, el mundo está produciendo suficientes cereales para alimentar a todos, pero los precios son muy altos y el riesgo es que esa producción no llegue a quienes más la necesitan. Se necesita cooperación para garantizar que los alimentos lleguen a los consumidores a precios asequibles, en particular en economías de bajos ingresos y de mercados emergentes", reclama el organismo que preside Mathias Cormann.
Así, recuerda que la importancia de Rusia y de Ucrania como exportadores de materias primas al resto del mundo, va a tener consecuencias que sufrirán los hogares y las empresas de todos los países. Una situación a la que se suman los problemas de la cadena de suministros que persisten por la política china de "Covid-cero" que implica cierres económicos.
"La medida en que el crecimiento será menor y la inflación mayor dependerá de cómo evolucione la guerra, pero está claro que los más pobres serán los más afectados. El precio de esta guerra es alto y tendrá que ser compartido", afirman.
La OCDE también advierte del riesgo que supone para las economías más vulnerables (las que tienen más deuda en un contexto de altos precios) del endurecimiento de la política monetaria. Y menciona cómo las condiciones de los mercados financieros ya han comenzado a "estrecharse de forma significativa", como muestran los cambios en las primas de riesgo de los bonos soberanos o la volatilidad de las Bolsas.
En su documento de previsiones, también incorpora previsiones de PIB de otros países de la eurozona importantes para España. Es el caso de Alemania, para la que proyecta un 1,9% y un 1,7%, Francia un 2,4% y un 1,4% e Italia un 2,5% y un 1,2%. En todos los casos son datos de 2022 y 2023 respectivamente.