Semana complicada para el Gobierno. En menos de siete días se enfrenta a una gran presión en las calles que supone un punto de inflexión en la paz social que durante ha acompañado a la coalición desde la llegada al poder. La guerra de Ucrania, que ha terminado de disparar los precios de la energía, ha sido el detonante para que parte de la industria paralice su actividad afectada por el paro de transportistas. Hay previstas grandes movilizaciones el 20 y 23 de marzo, convocadas por el mundo rural y los sindicatos respectivamente, que van a poner al Ejecutivo de Pedro Sánchez contra las cuerdas.
Al Gobierno se le presenta un calendario complicado antes de llegar a una fecha clave: el Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo. En este se abordará opciones para desligar la subida de precio de la electricidad de la del gas.
De hecho, las conclusiones que salgan de este Consejo Europeo serán fundamentales para que el Gobierno apruebe el Plan Nacional de respuesta a la guerra que aprobará el 29 de marzo. No será antes. Y eso no gusta ni a empresarios, ni a sindicatos, ni a ciudadanos que sufren una inflación que en febrero se situó en el 7,6%.
Por eso, justo un día antes, los sindicatos tomarán las calles el 23 de marzo. CCOO, UGT, UPTA, Uatae, Facua y la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV) han convocado movilizaciones para protestar contra la subida del precio de la energía y pedir la protección del empleo ante la situación generada por la guerra de Rusia contra Ucrania.
La manifestación tiene tres destinatarios: la Unión Europea, el Gobierno de España y la patronal. La intención es presionar de cara a ese Consejo Europeo, donde España y Portugal ya han anunciado que propondrán limitar el precio mayorista de la electricidad a 180 euros por megavatio hora (MWh).
Aunque no son los únicos que presionan. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha urgido al Gobierno a tomar medidas de contención de los precios de la energía antes del Consejo Europeo. También lo ha hecho la industria electrointensiva y la del transporte, entre otras muchas.
El campo se moviliza
Antes de los sindicatos, será el turno del campo. El domingo 20 de marzo el Gobierno se enfrentará a la gran movilización del medio rural que aglutinará a asociaciones de todo tipo: Asaja, COAG, UPA, Real Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto (Rfeagas), Oficina Nacional de la Caza (ONC), RFEC, Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) y Alianza Rural, entre otras.
Convocada desde el 12 de enero para apoyar “un mundo rural vivo, para que el campo sea un espacio para vivir dignamente”, ahora también protestarán por la falta de precios justos y el incremento de costes de producción.
Una manifestación que ha tomado tintes políticos. El PP ha anunciado que asistirá para defender el campo español. Pero no se sumará a la que organiza Vox un día antes en protesta por la subida de precios de la luz, la gasolina y los suministros básicos.
Tras el fin de semana, el lunes el Gobierno se reunirá el lunes a los sindicatos y a la CEOE en la mesa de diálogo social para abordar el pacto de rentas. Aquí las posturas, de momento, están muy alejadas: los representantes sindicales piden subidas salariales del 5%, mientras que los empresarios las limitan al 2%.
Ese mismo día, el sector pesquero español se verá obligado a amarrar su flota. De hecho, muchos barcos han dejado de faenar en los últimos días.
Huelga de transportes
Y todo esto sin contar que durante esta semana el paro convocado por la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera, ha complicado la actividad empresarial más de lo que el propio Gobierno podría haberse imaginado. Y, al parecer, seguirá haciéndolo a medida que pasen los días.
Como si de una especie de dominó se tratara, los sectores que dependen del transporte han ido cayendo uno detrás de otro. La huelga de transportistas, cinco días después, ha conseguido paralizar dos sectores. Uno es el de la industria láctea, que frenó su actividad ayer. Otro es el de la aceituna de mesa, que lo hace hoy. Las fábricas de Azucarera también han anunciado que dejarán de producir azúcar.
Situaciones que están originando en el sector del consumo graves problemas de abastecimiento en supermercados y de salida de mercancías.
Un ejemplo de ello lo vemos en Mercamadrid. El martes y el miércoles solo recibieron el 50% de la mercancía, mientras que el jueves el 60%. Verduras y marisco son lo que más se está viendo afectado por los paros. "No sabemos lo que ocurrirá, pero si la huelga se dilata en el tiempo habrá muchos problemas", reconocen a este medio.
Así que las peticiones para garantizar la cadena de suministro de ayuda no se han hecho esperar. La lista es larga: asociaciones de gran consumo, patronales de logística, pescadores, cementeras, empresas de refino, siderúrgicas… Y el Ministerio de Interior ha respondido con un dispositivo de 23.500 agentes de policía y guardia civil para evitar incidentes.
En lo que respecta a los medicamentos, la distribución farmacéutica y las farmacias cuentan con stock suficiente para aguantar "un mes o mes y medio". Es decir, si la huelga se alargase, habría desabastecimientos puntuales de algunos productos, ha avisado Antonio Mingorance, presidente de Bidafarma. Y en esta situación se podrían ver muchas otras industrias afectadas.
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