El INE reconoció este jueves que la recuperación de la que venimos hablando en los últimos meses está más cerca del estancamiento que del fuerte rebote económico que se esperaba tras los meses de confinamiento total por la pandemia. El organismo revisó ayer en casi dos décimas a la baja la evolución del PIB en el primer semestre y dejó en evidencia al Gobierno y a otros servicios de estudio que confiaron en sus datos provisionales para mejorar sus proyecciones para España en 2021 y 2022.
En el segundo trimestre del año, la economía española avanzó un 1,1%, frente al 2,8% que se había estimado en el dato avanzado debido a un espejismo sobre el consumo. La realidad es que empresas y hogares españoles están siendo mucho más cautos de lo que se esperaba y su gasto no ha sido suficiente para tirar con fuerza del PIB.
Además, entre enero y marzo, la economía española retrocedió un 0,6%, frente al -0,4% estimado inicialmente, con lo que en el conjunto de la primera mitad del año España permaneció prácticamente estancada con un avance del PIB de apenas cuatro décimas.
Ahora, para poder cumplir con las previsiones que se han prometido para 2021, sería necesario crecer cerca del 6% en el segundo semestre del año, algo que se antoja complicado, puesto que los datos de verano muestran que el consumo no ha sido tan boyante como el Ministerio de Asuntos Económicos auguraba, según reconoció el pasado martes el Banco de España.
Impacto en las cuentas
Esta situación tendrá repercusiones en las cuentas públicas y en el déficit del Estado. De hecho, han dejado desfasados los Presupuestos 2022 antes de que inicien su tramitación en el Congreso.
En una o dos semanas, el Gobierno llevará a las Cortes unas cuentas públicas que están siendo elaboradas sobre un cuadro macroeconómico que incorpora un desfase de unos 13.500 millones de euros en el PIB, según se desprende de contrastar los datos que revisó el INE este jueves con las previsiones de otros organismos oficiales.
El pasado martes, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, actualizó el cuadro macroeconómico como paso previo a presentar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y estableció un escenario en el que el PIB crecerá este año un 6,5% y otro 7% el que viene.
Ese mismo día, el Banco de España revisaba ligeramente al alza sus proyecciones para este año y el que viene con el argumento de que se había visto "sorprendido" por la robustez del crecimiento económico en el segundo trimestre del año arrojada en el avance de la Contabilidad Nacional Trimestral.
Sin embargo, la sorpresa para el organismo fue mayúscula este jueves, cuando el INE publicó una revisión a la baja del dato definitivo del crecimiento del PIB entre abril y junio de casi dos puntos, hasta el 1,1% (frente al 2,8%) y además agrandó la contracción de los primeros meses de 2021.
Difícil coyuntura
El instituto estadístico excusó esta rebaja en la dificultad que tiene hacer proyecciones económicas en la coyuntura actual, consciente de que el cambio es importante porque forzará la revisión a la baja de la estimación de crecimiento de todos los servicios de estudio que han elaborado sus cálculos sobre un escenario de crecimiento del 2,8% en el segundo trimestre.
Sin embargo, el Gobierno no prevé incorporar este nuevo cálculo a su cuadro macro, como confirmó el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, en unas declaraciones a Efe tras conocer el nuevo dato de la Contabilidad Nacional.
El INE es un organismo autónomo, pero adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Por ello, es llamativo que Calviño se adelantara a revisar sus previsiones el pasado martes para ratificar su cuadro, cuando el mensaje que se está lanzando ahora desde círculos del Gobierno es que lo más probable es que los Presupuestos no lleguen al Congreso hasta la primera semana de octubre.
Si se atiende a las previsiones que elaboró el Banco de España en junio (con un escenario más prudente para el segundo trimestre), la proyección es que la economía habría crecido un 6,2% en 2021 y un 5,8% en 2022. Y esto, en un escenario optimista a la vista de los últimos datos oficiales.
El desfase entre este último dato crecimiento y el estimado por Calviño alcanza los 13.500 millones de euros. Una cifra importante para que Hacienda pueda calcular con más holgura sus ingresos para el año 2022. Habrá que esperar para saber si la AIReF avala este cuadro macro tras el recorte en el dato oficial por parte del INE.
Presentar unas cuentas con una previsión de ingresos inflada puede tener repercusiones directas sobre el déficit público.
Sin embargo, no es la primera vez que el Gobierno comete este error de cálculo. Sin ir más lejos, para elaborar los Presupuestos de 2021 estableció un cuadro macroeconómico en el que se estimaba un crecimiento del PIB para este año del 9,8%.
Ante el menor crecimiento, Calviño tuvo que ajustar ese cálculo con los Presupuestos ya en vigor, hasta el 6,5% en 2021. Es decir, en este caso, el desfase ha superado los 37.000 millones de euros en términos de PIB en este ejercicio.
Ahora, pese al ajuste que ha ido haciendo la vicepresidenta sobre sus previsiones, economistas consultados por este diario consideran que el escenario del Gobierno sigue siendo demasiado optimista. En especial, ahora que el INE ha echado este jarro de agua fría sobre la recuperación del primer semestre.
A la debilidad del rebote en el primer trimestre se suman una batería de elementos que juegan contra el rebote económico. Entre ellos, el repunte inflacionario -que tocará su techo en noviembre-, los precios de la energía, los problemas de suministro en las cadenas de comercio internacionales y la posibilidad de que los españoles no gasten el ahorro esperado en los próximos meses.
Estos errores en el cuadro macroeconómico suponen un golpe para la credibilidad de España ante la Comisión Europea y ante los inversores internacionales. Ahora, con los nuevos datos, se puede deducir que la recuperación económica que se venía pregonando en el arranque del año casi no se ha producido. Esto es algo que choca con el discurso de que España es una de las economías internacionales que se está recuperando con más fuerza en este 2021.