Madrid es estos días el epicentro de la lucha contra el cambio climático en el mundo. La celebración en España de la Cumbre del Clima (COP25) es un hito en este ámbito pero, al mismo tiempo, un polo de atracción para muchas miradas que no tenían consciencia acerca de un problema que, en pocas décadas, puede cambiar el planeta tal y como lo hemos conocido. Sin embargo, la preocupación por el medio ambiente ya viene de lejos, a medida que las estadísticas auguran un futuro de crecimiento del nivel del mar, fenómenos atmosféricos más virulentos que nunca u otro tipo de consecuencias que amenazan al planeta y, por extensión, a millones de personas que verán perturbadas sus vidas.
Algunas de estas consecuencias del cambio climático ya se perciben -y se sufren- en muchas zonas del planeta, lo que sin duda ha acelerado la intención de poner soluciones ante este grave problema. Las Cumbres del Clima, al amparo de la ONU, son una excelente herramienta para ello pero también porque establecen objetivos que buscan paliar este problema que, de no remediarse, heredarán las futuras generaciones.
Así pues, tomar conciencia de la situación y actuar en consecuencia es una responsabilidad de los países pero también de las grandes empresas. SUEZ ha apostado por la sostenibilidad en su día a día para afrontar los retos del futuro desde una posición que garantice el respeto por el medio ambiente. Y no es fácil, porque en 2050, por ejemplo, se espera que la población mundial sea de 10.000 millones de personas, de las que tres cuartos vivirán en ciudades. Eso provocará, a su vez, un incremento en la demanda de agua que puede superar el 30% de lo actual.
El agua, en el centro del cambio climático
En realidad, y aunque haya muchas implicaciones ligadas al cambio climático, el agua, su gestión, su transporte, es un recurso que será protagonista en el futuro. Además de esa subida de la demanda, se prevé que 2.000 millones de personas residan en zonas con escasez, mientras que casi otro tanto estará en lugares en los que las inundaciones serán casi incontrolables.
En este contexto, el grupo SUEZ, presente en 70 países, ha asumido su posición de liderazgo en el sector del agua y los residuos primando una actividad responsable a todos los niveles. Esta pretensión está reflejada en los compromisos adquiridos por la empresa a nivel internacional para luchar contra el cambio climático y están alineados con la campaña del Pacto Mundial de la ONU 'Our Only Future', que busca mantener el incremento de temperatura global por debajo del 1.5ºC y alcanzar las 0 emisiones en 2050.
Entre las cumbres del clima celebradas hasta ahora, la de París 2015 fue especialmente significativa porque estableció unos objetivos con los que se comprometieron muchas empresas, gobiernos y organismos. Tomándolos como base, la estrategia climática de SUEZ en España se ha trazado en torno a cuatro pilares fundamentales que sirven como hoja de ruta para su actividad.
Trabajar desde hoy para evitar problemas en el futuro
El primero está orientado a evitar que la temperatura promedio del planeta suba más de 1.5ºC. Alcanzar esa cifra no solucionará el problema pero sí que puede mitigar algunas de las consecuencias más destructivas y, sobre todo, cambiar la tendencia hacia el calentamiento global que ha sufrido el planeta durante las últimas décadas.
En este punto, SUEZ se ha coprometido a reducir el 45% de sus emisiones para 2030 y la cantidad de 0 en 2050. Para ello, el grupo ha primado la movilidad sostenible en toda su flota de vehículos, que son eléctricos e híbridos.
El segundo frente de ataque de SUEZ respecto al clima es la "adaptación a las consecuencias del cambio climático sobre los recursos hídricos". Para ello, la empresa tiene "planes de resiliencia y continuidad e impulsa acciones de conservación y restauración de ecosistemas claves en el ciclo del agua".
Uno de los proyectos en marcha que lidera SUEZ es el denominado H2020 RESCCUE. Este trabajo ayuda a analizar la influencia del clima en el funcionamiento de los servicios públicos urbanos como el agua, la energía y las telecomunicaciones. De momento, los datos llegan desde tres ciudades: Barcelona, Bristol y Lisboa.
Para Marc Velasco, RESCCUE Project Coordinator: “El proyecto RESCCUE ha ido un paso más allá al dejar atrás los enfoques sectoriales y considerar a las ciudades como redes de sistemas interdependientes. La visión del RESCCUE es holística, ya que se centra en las interconexiones entre los servicios urbanos, para así poder hacer frente tanto a los retos presentes como a los que el cambio climático pueda suponer".
El tercer pilar de la estrategia climática de SUEZ es la promoción de la economía circular a escala de infraestructura o municipal, con el fin de promover un uso más eficiente de los recursos y acelerar la transición hacia un modelo territorial circular.
Ese es el objetivo del proyecto de Sustainability Partners que SUEZ, en colaboración con Cetaqua (Centro Tecnológico del Agua) ha puesto en marcha en varios municipios y empresas españolas. Por ejemplo, en Gavá (Barcelona), donde "hemos trabajado este año conjuntamente con los diferentes actores locales con el fin de aplicar el concepto de economía circular a nivel de ciudad, mediante concretas en temas de agua, energía, residuos y transporte", según María José Amores, responsable de proyectos en Cetaqua. Este trabajo "ha permitido posicionar a Gavà como 'City Blueprint' y 'Water Wise City', dos esquemas de acreditación en sostenibilidad, especialmente en cuanto a la gestión del agua", añade.
La innovación como nexo entre los cuatro pilares
La innovación es uno de los hilos conductores entre los cuatro pilares de esta estrategia, ya que el último punto también tiene un ojo puesto en la tecnología como factor de activación: el desarrollo de modelos responsables con el clima que primen las infraestructuras 'verdes' y una economía baja en carbono.
SUEZ gestiona actualmente varias instalaciones que responden a estas características. Por ejemplo, el parque urbano inundable de La Marjal, en Alicante. Se trata del primero de estas características en España y en su diseño se ha tenido en cuenta las posibles inundaciones en la zona. El resultado es una instalación capaz de recoger 45.000 metros cúbicos de agua de lluvia que posteriormente se puede reutilizar en otros usos.
Amelia Navarro, Directora Desarrollo Sostenible en Aguas de Alicante, afirma que este parque urbano inundable "cumple una triple función: la hidráulica, como área de acumulación temporal de un volumen de 45.000m3 de agua pluvial, social como parque municipal para uso de la ciudadanía y, por último, ambiental, como pulmón verde para la ciudad que favorece la biodiversidad.”
Muy cerca de allí, en Benidorm, también funciona Dinapsis. Es el primer centro tecnológico y de innovación del país vinculado a la gestión sostenible del agua y del territorio. Es un referente en este ámbito por su utilidad y su polivalencia, ya que tiene tres espacios diferenciados que permiten, desde la gestión en tiempo real de todo lo relacionado con el ciclo del agua hasta un Lab de Innovación en el que se investigan las necesidades de la población y sus posibles soluciones.
Su director, Francisco Bartual, destaca que la "capacidad de tener información en tiempo real nos permite ser más eficiente en la gestión hídrica, reducir costes y sobre todo atender mejor a la ciudadanía. Nuestro objetivo es ir más allá de la gestión de emergencias, sino poder anticipar y pronosticar posibles eventos antes de que lleguen, identificando los riesgos y medidas correctivas y evaluando distintos escenarios".