Atem Simón Mabior
Yuba, 15 jul (EFECOM).- Sudán del Sur nació en 2011, tardó dos años en meterse en una costosísima guerra y hoy vive en un estado de crisis económica crónica, con la industria petrolera por los suelos, sin plan de desarrollo económico a la vista y con el crédito internacional como única esperanza.
País con hidrocarburos, justo después de la independencia Sudán del Sur era capaz de exportar 350.000 barriles diarios de petróleo por los dos oleoductos que llegan al mar Rojo, pero hoy apenas llega a 150.000.
Los ataques a los campos de petróleo y la falta de inversión menguó el aporte de un renglón que cubre el 90 % de los ingresos del país.
Pero más allá de los efectos en la industria petrolera, el Gobierno de Salva Kiir aún no ha puesto encima de la mesa un plan que no sea la guerra, de la que trata de salir tras firmar un acuerdo de paz en septiembre pasado con la oposición.
El analista económico de la organización no gubernamental Diversity Studies, John David, dijo a Efe que la crisis económica que afecta Sudán del Sur "se debe principalmente a la ausencia de dirección económica que especifique las prioridades del gasto gubernamental".
En Sudán del Sur "el gasto se realiza de forma incorrecta, falta la oferta económica, la precisión de los ingresos previstos en el nuevo año fiscal y esto se manifiesta en el problema de falta de pago a los funcionarios los pasados seis meses", añadió.
"El gobierno no tiene visión para gestionar el sector público", aseveró David, también profesor de Economía de la Universidad de Yuba.
Ante esta situación, hace unos días Kiir salió a disculparse por el retraso de seis meses en el pago de los salarios de los 1,5 millones de funcionarios en un país con una población de 9 millones.
El presupuesto de 2018-2019 asciende a 81.000 millones de libras sursudanesas (unos 600 millones de dólares) de las el 40% debían ir destinados a pagar sueldos.
"En lugar de que el presidente Salva Kiir se disculpe (...) debería presionar a las instituciones del Estado para que paguen los atrasos de los empleados del servicio civil y aplazar pagos en otros ámbitos sin importancia", dijo David.
El profesor de Facultad de Economía de la Universidad del Alto Nilo, Abraham Mariak Albino, cree que "la mala planificación es lo que llevó a esta grado de retroceso económico".
Afirmó que el Gobierno descuidó otros sectores como el agrícola, que podría haber sido desarrollado mediante los ingresos de petróleo y que es necesario para lograr "autosuficiencia y aligerar la dependencia de las reservas en divisas".
En este momento el Parlamento debate el nuevo presupuesto que se estima será de 1.300 millones de dólares con una previsión de producción petrolera de 177.000 barriles diarios, que no parece suficiente para afrontar los 180 millones de dólares ligados al costo del proceso de paz aprobado el año pasado.
El país tampoco ha conseguido conseguir financiación externa ni ayuda porque el Gobierno no ha sido capaz de hacer creer a instituciones y países que el dinero irá a su destino y no será desviado.
Pese a ello, el ministro de Información, Michael Makuei Lueth, dijo a Efe que "el déficit del nuevo presupuesto se resolverá mediante un préstamo que el Gobierno tendrá en breve del Banco de Desarrollo de África".