Nueva York, 12 abr (EFECOM).- El mayor banco de Estados Unidos por activos, JPMorgan Chase, inauguró este viernes la temporada de resultados del primer trimestre del año, que se anticipa floja, con un récord de beneficios (9.179 millones de dólares) y un mensaje positivo sobre la economía del país, pese a la "incertidumbre".
El beneficio del grupo financiero dirigido por Jamie Dimon se incrementó un 5 % entre enero y marzo, y sus ingresos también fueron históricos, ascendiendo a 29.851 millones de dólares (5 %), en ambos casos a nivel interanual.
Parte del impulso se debió al negocio de la banca al consumidor, que disparó un 19 % su beneficio, hasta 3.963 millones, gracias al robusto gasto de los consumidores, reflejado en las ventas de tarjetas de crédito y los procesamientos para comerciantes.
Dimon constató los buenos resultados pese a "cierta incertidumbre geopolítica mundial" y destacó que "la economía de EE.UU. sigue creciendo, el empleo y los salarios están subiendo, la inflación es moderada, los mercados financieros ofrecen confianza y la salud de los negocios sigue siendo fuerte".
Los ingresos netos por intereses de JPMorgan ascendieron un 8 % hasta 14.600 millones de dólares, ayudados por las cuatro alzas de los tipos de interés que ejecutó la Reserva Federal el año pasado, señalaron los analistas.
No obstante, tras unos cuatro años elevando los tipos, la Fed ha adoptado ahora un enfoque cauto y en su última reunión sobre política monetaria, en marzo, anunció que no prevé nuevas alzas en 2019, lo que ha generado preocupación entre los inversores, que han rebajado sus expectativas de resultados para la gran banca.
Las cifras de negocio de JPMorgan disiparon un poco el temor esta mañana, en la que también publicó sus cuentas financieras el tercer banco de EE.UU., Wells Fargo, que ha registrado en el primer trimestre de 2019 su mayor incremento de beneficios en los últimos cinco años, tras atravesar unos meses difíciles.
El beneficio neto de Wells Fargo aumentó un 14 % interanual, hasta 5.860 millones de dólares, ofreciendo pistas sobre la gestión del consejero delegado en funciones, Allen Parker, pero la facturación total se mantuvo apenas sin cambios (-1,5 %), en 21.609 millones, y descendió en todas las áreas de negocio.
Parker relevó a finales de marzo al veterano Tim Sloan, acuciado por escándalos como el de 2016, cuando empleados abrieron millones de cuentas falsas sin autorización ni conocimiento de los clientes para cumplir objetivos comerciales. El ejecutivo dijo priorizar la transformación del banco y las exigencias regulatorias.
Pese a todo, las cifras de Wells Fargo no fueron tan buenas como las de su rival: los ingresos netos por intereses fueron de 12.311 millones, sin apenas variación respecto al primer trimestre de 2018, y el jefe financiero de la entidad, John Shrewsberry, advirtió en conferencia telefónica que se pueden reducir hasta un 5 % este año.
Por otra parte, Shrewsberry declinó ofrecer información sobre cuándo estima que se levanten las limitaciones impuestas a su crecimiento de activos por la Fed, mientras resuelve sus problemas de gestión de riesgos y mejora sus controles internos.
Wall Street está centrado ya en la temporada de resultados y especialmente en la tanda correspondiente los bancarios, que continuará los próximos días, pero no tiene en general buenas expectativas, ya que se estima que los beneficios del grupo del S&P 500 se reduzcan en torno al 4 % este trimestre.