Roma, 6 feb (EFECOM).- Los líderes de las dos formaciones que gobiernan Italia, Luigi Di Maio, del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), y Matteo Salvini, de La Liga, elevaron hoy la tensión por el proyecto de la línea ferroviaria de alta velocidad (TAV) que conectará Turín y Lyon.
La línea forma parte del llamado Corredor Mediterráneo que unirá a lo largo de 3.000 kilómetros el este y oeste de Europa para favorecer intercambios comerciales.
El punto que enfrenta a ambas formaciones es el túnel de doble sentido que hay que construir entre el Valle de Susa italiano y Saint Jean de Maurienne, en el departamento francés de Saboya, que tendrá una longitud de unos 57,5 kilómetros, de los que 12,5 km estarán en territorio italiano.
Costará 8.600 millones de euros, de los que el 40 % será financiado por la Unión Europea (UE), un 25 % por Francia y un 35 % por Italia.
El M5S siempre ha estado de parte de las organizaciones y asociaciones que rechazan estas obras porque las consideran un desperdicio de dinero público, mientras la Liga abandera que el país termine esta infraestructura estratégica que potenciará la competitividad del comercio italiano.
El ministro de Infraestructuras y Transportes, y miembro del M5S, Danilo Toninelli, encargó un análisis de costes-beneficios para demostrar que la obra exigirá un esfuerzo económico a Italia que no compensa.
El documento ha sido ya entregado en las últimas horas a Francia y se enviará próximamente a la Comisión Europea, tal y como avanzó hoy el ministro italiano, aunque todavía no lo conoce ni la Liga ni el ministro de Economía, Giovanni Tria, como confirmó recientemente.
Salvini cargó hoy con dureza contra la actuación de Toninelli y dijo que no comprende "por qué las cifras que tienen que ver con el futuro de los italianos son entregados antes a París que a Roma".
"Yo no cambio de idea, Italia debe seguir adelante con la construcción de grandes obras, no bloquearlas y dar pasos atrás", apuntó.
Las críticas han sido contestadas de inmediato por el M5S y su líder, Luigi Di Maio, ha pedido a su socio de Gobierno que esté tranquilo.
"Salvini puede estar tranquilo, tampoco yo he leído el análisis. Pero cuando me despierto (por las mañanas) pienso en el hecho de que entre Roma y Pescara hay siete horas de tren, no me despierto pensando en un agujero que conecte Turín y Lyon", señaló en una intervención parlamentaria.