¿Por qué ir a Córdoba? La de Argentina, aclaramos, porque suele ocurrir que al pensar en una ciudad de aquel país nos venga a la cabeza, casi de forma automática, Buenos Aires. En efecto, la gran capital suele eclipsar al resto pero, más allá de su grandeza, hay una realidad que no debe ocultar lo que ofrecen el resto de urbes del país y especialmente la cordobesa, foco de cultura, historia, naturaleza y una excelente gastronomía. Una metrópoli sorprendente y acogedora que, además, está conectada directamente con Europa a través de la ruta de Air Europa que la une con Madrid.



Lecciones de historia en su piel

La impronta de su pasado esculpe en sus calles y fachadas la querencia por las artes y las ciencias. Es su Universidad, la más antigua del país y una de las primeras del continente (data de 1613), la que mantiene la viveza en su espíritu y a partir de la cual se denomina a la ciudad como La Docta. Y es que estudiantes de aquí y allí le dan un aire a bohemio y hasta travieso, pero siempre con una atmósfera cultural y joven, de puro dinamismo.

Catedral de la ciudad.

Las instalaciones universitarias constituyen un buen punto de partida para el visitante. Con más de 400 años a sus espaldas, sus edificios originales se sitúan en la Manzana Jesuítica, el centro neurálgico de toda ruta turística en la ciudad. La Unesco declaró esta zona Patrimonio de la Humanidad en 2000. Ubicada en pleno centro, en este espacio se acumulan edificios históricos de la época de la fundación, como el Colegio Nacional de Montserrat (sede del antiguo rectorado), la Biblioteca Mayor, la Residencia, la Capilla Doméstica y la Iglesia de la Compañía de Jesús que, junto a la catedral, es uno de los centros religiosos más importantes de la segunda ciudad argentina y cuyas formas perfilan los atardeceres cordobeses.

El papel de los jesuitas en la configuración urbana es trascendental. No sólo por los templos, sino por la misma ubicación de la ciudad, en cuya fundación resultó decisiva su intención de acceder de forma más sencilla a las misiones más remotas. La estrategica situación de Córdoba, en el centro del país, permitía una comunicación más eficiente durante los siglos XVI y XVII.

Córdoba es la segunda ciudad argentina.

Ese alma de encrucijada lo hereda plenamente la Córdoba actual, centro de eventos y congresos de toda índole. En consonancia con este turismo cualificado, la oferta gastronómica que ofrece la ciudad constituye un motivo perfecto para visitarla. En la mesa se conjugan las raíces más tradicionales, los productos típicos y ese carácter abierto al mundo. Así, se puede trazar un mapa urbano del deleite culinario.



Experiencia gastronómica de altura

De hecho, la experiencia gastronómica puede comenzar en el propio avión. Air Europa, que enlaza Madrid con la ciudad argentina -vía Asunción- cuatro días a la semana (seis a partir de junio), ofrece a sus pasajeros de clase business un menú diseñado por el afamado chef Martín Berasategui que incluye diferentes opciones de entrantes, snacks, platos principales y cremas elaboradas por el cocinero donostiarra.

Butacas flat bet totalmente abatibles en la clase business.

En el resto de asientos se sirve comida ecológica, elaborada a partir de productos con certificados de origen de calidad. La idea, según la aerolínea, es que estos menús healthy "contribuyan a una alimentación sana y saludable". Estos principios se cumplen igualmente en los menús infantiles en los que, además de ofrecer elementos divertidos, se cuida al detalle el equilibrio nutricional.

Es una manera de abrir boca pensando en lo que sigue porque, ya en tierra, los cordobeses recomiendan iniciar la ruta en el Paseo del Buen Pastor, un complejo comercial y recreativo que es punto de referencia en el barrio de Nueva Córdoba. Reconvertido a partir de una cárcel para mujeres, hoy es un polo gastronómico a partir del cual acceder a los menús mejor elaborados, o a puestos callejeros en los que pueden encontrarse los clásicos choripanes, quesos autóctonos y todo tipo de productos locales.

En los mercados callejeros se pueden encontrar todo tipo de productos locales.

El mejor vino de Argentina

Pero si hay un protagonista en la mesa de todo restaurante cordobés, sin duda es el vino. La enología es ciencia en la región y el desarrollo de su industria discurre casi en paralelo al de la ciudad: hay constancia de las primeras cepas de vid en los primeros asentamientos jesuitas, a comienzos del siglo XVII. Actualmente se producen excelentes caldos de uvas tintas y blancas que aprovechan las condiciones geográficas y el clima de la zona para configurar la solidez de este producto, el gran embajador de la provincia.

De hecho, buena parte del calendario festivo de la región incluye eventos en los que el vino es el protagonista. Las principales guías recomiendan visitar el 'kilómetro cero' de su producción, Colonia Caroya, donde también se producen quesos y embutidos de notable fama. Además, las rutas del Norte, Calamuchita, Traslasierra y Noroeste, son excelentes excusas para conocer el sabor de estos caldos y para disfrutar de la bellísima naturaleza de la provincia a través del Camino Real o de las llamadas Estancias Jesuíticas, por las que palpar la historia a través de los vestigios de sus primeros asentamientos.

Respirar aire puro... de verdad

Córdoba es tierra de paisajes, llena de fotografías que esperan al visitante. Es una provincia que discurre entre las alturas de sus sierras y que toca el mar, aunque sea simbólico, con su Lago Chiquito. Porque tal es el nombre de esta gran laguna de agua salada, la quinta en tamaño en su categoría en el mundo, y que puede encontrarse en el noroeste de la región.

La Quebrada del Condorito es una zona ideal para hacer trekking. Simona Cerrato Flickr

Las Altas Cumbres no dejan nada a la imaginación en su nombre... o tal vez sí. Porque además de la extensa ruta que recorre este macizo, en ellas se sitúa el único Parque Nacional de la provincia, el denominado Quebrada del Condorito.  Se trata de un paraje rocoso, casi lunar, en cuyo cielo se puede contemplar el vuelo de los majestuosos cóndores.

Tal es el entorno que incluso hay un tipo de turismo que busca, sencillamente respirar. Dos personalidades ilustres pudieron dar fe de ello: Manuel de Falla, que pasó sus últimos años en la localidad de Alta Gracia; y el Ché Guevara, que acudía en su infancia junto a su padre, que viajaba a la región siguiendo consejo médico. Hoy ambas figuras, con tan diferente rol en la historia, comparten el destino de gozar de su propio museo en el municipio.

Vuelo directo y con todas las comodidades

La posibilidad de volar directamente a Córdoba supone una oportunidad de conocer una ciudad y una provincia con un atractivo y un potencial sorprendente. Desde Madrid, Air Europa ofrece cuatro frecuencias a la semana (6 desde junio a septiembre y 5 en navidades) con su flota Airbus A330, con capacidad para 299 pasajeros.

Airbus 330-200 de Air Europa con el que se cubre la ruta Madrid-Córdoba

Durante el trayecto todos los pasajeros pueden degustar los menús healthy y disfrutar de la mejor conectividad y entretenimiento gracias a los tres planes de conexión a Internet que ofrece Air Europa, así como el sistema 'Streaming', que ofrece al cliente un entretenimiento individual, personalizado y totalmente gratuito.

La clase business ofrece un salto de calidad en comodidad y servicios. Sus usuarios cuentan con los asientos flat bet -totalmente abatibles- así como un bono de 10Mb de conectividad durante el vuelo y un sistema de entretenimiento con una oferta exclusiva. El valor añadido viene de la posibilidad de la facturación independiente, franquicia gratuita de equipaje de hasta dos bultos, salas VIP exclusivas, embarque y desembarque preferentes o más millas de bonificación en el programa de fidelización de la aerolínea. Pero el mayor atractivo, si cabe, es vivirlo para que, cuando piense en Argentina, Buenos Aires tenga un rival a la altura.