En España, la edad media de jubilación era en 2016 -último dato disponible- de 64,1 años y la pensión media por este concepto se sitúa en 1.077,5 euros brutos mensuales, por catorce pagas, por encima de los 932,2 euros al mes en que se cifra el promedio para el conjunto de los pensionistas.
La edad de jubilación media en los Veintiocho era de 63,4 años ese mismo año, por debajo de la media de la OCDE (65,1), aunque la tendencia es la de retrasar cada vez más el final de la vida laboral, lo que ha suscitado numerosas protestas en países como Bélgica, Italia o España.
Al debate sobre la edad de jubilación se suman los crecientes temores sobre la viabilidad de los sistemas públicos de pensiones, especialmente allí donde siguen sosteniéndose sobre las cotizaciones de los trabajadores (sur de Europa), frente a aquellos que completan las pensiones con contribuciones privadas (Suecia, Reino Unido, Países Bajos).
Suecia es uno de los mejores lugares para jubilarse, ya que su pensión media alcanza los 20.000 euros (200.000 coronas) anuales.
El sistema sueco completa las cotizaciones a la Seguridad Social con aportaciones privadas, y los trabajadores pueden solicitar su pensión contributiva a partir de los 61 años, aunque pueden alargar la edad de jubilación más allá de los 67 si se pacta con el empleador.
Holanda también cuenta con uno de los sistemas de jubilación más sólidos de Europa, basado sobre todo en las pensiones públicas pero también en contribuciones de las empresas en nombre de sus empleados y planes privados.
Las mayores quejas aquí tienen que ver con la edad de jubilación, que se ha fijado en los 68 años y seguirá aumentando, vinculada a la esperanza de vida.
El sistema francés es otro de los más robustos, con una prestación media de 1.086 euros mensuales y jubilación a partir de los 62 años.
Además, el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, ha prometido reformar las pensiones sobre el principio de que "un euro de cotización dé los mismos derechos", al margen de los regímenes a los que se haya pertenecido.
La pensión de jubilación media en Alemania es muy similar, de 1.003 euros mensuales, pero registra notables diferencias por sexo y entre el este y oeste del país (en detrimento de las mujeres y quienes trabajaron bajo el régimen comunista).
Los alemanes pueden retirarse a los 65 años y 6 meses, pero esa edad subirá paulatinamente hasta los 67 años en 2031.
Frente al confortable retiro sueco, Reino Unido ofrece una de las pensiones más bajas de Europa, ya que lo máximo que paga a sus jubilados son unos 550 euros mensuales (122,30 libras semanales).
Sin embargo, como en Suecia, la pensión pública se puede completar con otro esquema adicional al que las empresas están obligadas a contribuir, el denominado "Workplace Pensions".
En Italia, la pensión mínima en 2017 era de 501,89 euros al mes, pero no hay tope para las pensiones máximas o "jubilaciones de oro", un caso excepcional en el contexto europeo.
En Grecia, las pensiones han caído un 40 % desde la firma del primer rescate en 2010, lo que ha contribuido a empobrecer aún mas el país.
El elevado paro ha hecho que los jubilados, que cobran de media 722 euros, sean el principal sustento de la mitad de las familias, que vive exclusivamente de la pensión de uno de sus integrantes.
Polonia también se encuentra en el lado bajo de la balanza, con pensiones de 500 euros de media (2.100 zlotys) y una curiosa herencia del comunismo: las mujeres se jubilan a los 60 años y los hombres, a los 65.
Los jubilados portugueses se encuentran entre los más pobres de Europa, ya que apenas cobran una media de 434 euros mensuales, y no pueden jubilarse antes de los 66.
No en vano, son los europeos que más tarde se jubilan en la práctica, a los 69 años, lo que les sitúa más cerca de países como Israel, Corea o México, y les aleja de sus socios comunitarios (65 en Suecia, 63 en Alemania, 62 en Grecia o 60 en Francia).
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