Llevar a nuestra boca productos saludables tanto para nosotros como para el entorno. Usar plásticos que, en lugar de ser contaminantes, respeten el medioambiente. Acceder a herramientas que mejoran la vida de los que más lo necesitan desde el smartphone. Más allá de desarrollar una tecnología innovadora, algunos emprendedores en España están haciendo posibles estas y otras acciones impulsando proyectos nacidos con la mirada en la puesta en la sostenibilidad.
Al fin y al cabo, cada vez estamos más concienciados de la necesidad de proteger todo lo que nos rodea, y las ideas sostenibles creadas en suelo patrio están poniendo su granito de arena para hacer del planeta un lugar mejor para todos.
Una mejor alimentación (para nosotros y para el entorno)
Alimentarnos con frutas y verduras cultivadas sin causar perjuicio al medioambiente es una preocupación que cada vez compartimos más ciudadanos. Es por eso que algunas iniciativas quieren dar respuesta a esa inquietud fomentando una agricultura sostenible.
De hecho, los agricultores ya pueden recurrir a fertilizantes con microorganismos procedentes del humus de lombriz para evitar el excesivo uso de productos químicos y promover cultivos más sanos. Tras esta novedosa idea para transformar la agricultura tradicional se encuentra Enrique Cat, que ha sido seleccionado recientemente como uno de los 30 talentos menores de 30 años por el Forbes Summit España.
Además de este proyecto, los usuarios contamos con otras muchas opciones para llevar a nuestra mesa alimentos saludables, ya sea gracias a una red de agricultores repartidos por toda España creada para ofrecer las mejores frutas y hortalizas o adquiriendo una amplia variedad de productos ecológicos. Son así varios los e-commerce nacidos por estos lares que nos animan a comer mejor ofreciéndonos productos que benefician tanto a nuestro cuerpo como al entorno en el que crecieron.
Impulsando las renovables o creando plásticos respetuosos
Además de preocuparnos por los efectos que tiene la agricultura en el medioambiente, todos sabemos que algunos recursos de la naturaleza son limitados y cada vez somos más conscientes de la necesidad de que nuestra forma de vida no acabe con ellos.
Es por ello que otros proyectos están centrando sus esfuerzos precisamente en mimar el medioambiente a través del uso de fuentes de energías renovables. De hecho, gracias a algunas startups los ciudadanos ya podemos disfrutar de electricidad proveniente exclusivamente de ellas para que alimentemos nuestro smartphone o el resto de aparatos electrónicos de nuestro hogar sin dañar el planeta.
El interés por encontrar fuentes de energía alternativas es tal que el tejido sostenible español crece sin cesar para lograrlo. Muestra de ello es el caso de Gonzalo Murillo, incluido en la lista de innovadores españoles de menos de 35 años del MIT Technology Review el año pasado, después de desarrollar un microchip que permite aprovechar la energía del ambiente para alimentar los sensores del internet de las cosas sin necesidad de recurrir a baterías. Así, se demuestra que el uso de nuevos dispositivos tecnológicos no tiene por qué acarrear un mayor consumo energético.
Pero la sostenibilidad no solo pasa por recurrir a energías limpias, sino que también implica que los ciudadanos tratemos de reducir el impacto del resto de nuestras actividades, por ejemplo usando materiales que se reintegren en la naturaleza. De ahí que la biotecnóloga e ingeniera ambiental Patricia Aymá trabaje en un proyecto que tiene como objetivo desarrollar plásticos respetuosos con el medioambiente a partir de deshechos orgánicos:
Mientras los plásticos utilizados a día de hoy tardan décadas en degradarse, el producto diseñado por Aymá, galardonada recientemente con el primer premio del VII Encuentro Nacional Santander YUZZ, incorpora bacterias capaces de generar un plástico biodegradable en poco tiempo.
No obstante, a la hora de llevar una vida más respetuosa con nuestro entorno en el día a día, todos debemos apostar por llevar a cabo acciones sostenibles de forma habitual. Conscientes de ello, Santiago Jiménez y Carlos Rosety, estudiantes de arquitectura e ingeniería respectivamente de la Universidad Carlos III de Madrid, han creado una original aplicación para animarnos a conseguirlo.
A través de un sistema de recompensas, los usuarios podemos encontrar incentivos que nos ayuden a reciclar o a usar la bicicleta para desplazarnos en lugar de recurrir a los contaminantes vehículos. Todos podemos hacer algo para cambiar el mundo, y esta app nos empuja a ello.
Herramientas para ayudar a los demás
Las caras de la sostenibilidad no solo tienen que ver con cómo nos relacionamos con el planeta Tierra. De hecho, atender a los sectores de población que generalmente quedan olvidados también es una forma de mejorar el mundo. Hay unos cuantos proyectos españoles que han puesto el foco en la sostenibilidad social para echar una mano a esos ciudadanos.
Sin ir más lejos, otra aplicación nacida en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid tiene por objetivo que todos podamos disfrutar por igual ante la gran pantalla. Su nombre es Whatscine y, gracias a ella, las personas con discapacidad visual o auditiva disponen de tres sistemas de accesibilidad (audiodescripción, lengua de signos y subtitulado adaptado) para mejorar su experiencia cuando se sientan en la butaca de un cine o en el salón de su casa, ya que también se integra con la televisión.
Mientras tanto, los invidentes también pueden encontrar ayuda en otras apps, como Lazzus. Esta herramienta les proporciona información auditiva para llegar a un determinado destino describiendo todos los detalles del camino que deben atravesar para llegar.
Por otra parte, en los últimos años también los mayores pueden beneficiarse del servicio que prestan otros proyectos innovadores. La lista es larga: Cuideo, Cuidum, Familiados o Joyners son solo algunas de las opciones con las que cuentan los familiares a la hora de encontrar un cuidador profesional que atienda a los ancianos en su hogar a través de su web y de forma sencilla.
También hay otros colectivos vulnerables que se han convertido en la principal preocupación de algunos proyectos nacidos en España. Proyectos que trabajan por la sostenibilidad social fomentando la inclusión social en sus propias plantillas.
Deliberry, la empresa de reparto de comida, es un buen ejemplo de ello, ya que cuenta con mamá shoppers, compradoras expertas que acuden a los supermercados y seleccionan los mejores productos para el usuario. Generalmente, se trata de mujeres mayores de 45 años con problemas para encontrar trabajo, para lo que la compañía ha llegado a un acuerdo con un programa de Cáritas. Algo similar hace Koiki, un proyecto de emprendimiento social que también ofrece servicios de reparto apostando por repartidores con discapacidad intelectual o física y parados de larga duración.
Estas son solo algunas de las cada vez más numerosas startups en España que, en lugar de limitarse a ofrecer un producto o servicio, están impulsando innovadoras iniciativas ecológicas y sociales para contribuir a la sostenibilidad global y hacer del planeta un lugar mejor para todos.