Alice Weidel (Gütersloh, 1979) es la responsable de cuestiones económicas de la dirección del partido Alternativa para Alemania (AfD). Esta formación, según las encuestas de intención de voto, entrará por primera vez en el Bundestag tras las elecciones generales del próximo 24 de septiembre.
A AfD se le compara habitualmente con partidos ultraderechistas como el Frente Nacional (FN) de Francia. Weidel, sin embargo, rechaza este tipo de comparaciones. “El FN está absolutamente marcado por el socialismo y el proteccionismo. Nuestro partido, en lo que respecta a la política económica, es deudor del liberalismo”, asegura Weidel en esta entrevista con EL ESPAÑOL.
A ella se la identifica con el ala más moderada de su partido. Weidel es la “alternativa a Höcke”, titulaba un reciente perfil sobre esta responsable de AfD publicado en el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung. El periódico aludía a Björn Höcke, el líder de AfD en Turingia, Land del este germano. Él fue quien a principios de año dijo aquello de que el Monumento a los judíos de Europa asesinados de Berlín era “un monumento a la vergüenza”.
Weidel no tiene intención de entrar en polémicas. Esta empresaria, doctorada en económicas con pasado en el mundo de las finanzas - trabajó para el Bank of China y Goldman Sachs, entre otros - tiene muy claro que a su partido le espera un futuro como oposición en el Parlamento. Allí promete dar que hablar.
“Lo que podemos hacer como miembros del Bundestag tras las próximas elecciones es denunciar al Gobierno o a la canciller ante el Tribunal Constitucional por las violaciones de la ley de las que son responsables”, mantiene. En su punto de mira está la política de refugiados del Gobierno de Angela Merkel, la política anti-crisis del Ejecutivo germano en Europa, el euro e incluso la pertenencia de Alemania a la Unión Europea.
AfD se fundó en 2013 con el foco puesto en la crítica a las políticas anti-crisis en la zona euro. Su partido estaba formado por economistas y profesores universitarios. Los llamaban en sus primeros días 'el partido de los profesores'. ¿Sigue siéndolo?
Sigue siéndolo. Yo misma soy doctora en economía. En la dirección del partido, si nos comparamos con el resto de formaciones en Alemania, tenemos el mayor porcentaje de académicos. No sólo son profesores o doctores, sino también personas formadas en universidades y centros de ciencias aplicadas. No hay otro partido así.
¿Son mayormente los electores de AfD personas que han cursado estudios universitarios?
Nuestro electorado es heterogéneo. Los partidos nuevos, especialmente los que están en la derecha conservadora, son peligrosos para como la Unión Cristiano Demócrata (CDU) o la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU). Falta menos de un año para las próximas elecciones generales alemanas. Con mucha probabilidad estaremos en el Bundestag tras esos comicios. Pero para los partidos conservadores establecidos somos peligrosos, es previsible que estos rivales prueben hacer todo lo posible para limitarnos. Ya lo están haciendo. Puede verse en cómo se informa sobre nosotros en Alemania.
Se dice que los electores de AfD son, sobre todo, personas que están decepcionadas con la oferta política que hay en Alemania. ¿Es así?
Hay una decepción general, una decepción respecto al derecho y a los tratados europeos, como demuestra la política europea de rescates. Ésta supone una ruptura de las reglas en Europa. Es por eso que se fundó AfD, que resulta de una movilización ciudadana. Ahora, desde hace dos años, con la crisis de los refugiados, se ha producido otra ruptura con la legislación en materia de inmigración y una ruptura de los acuerdos internacionales en materia de inmigración, concretamente el Reglamento de Dublín III. AfD es el único partido que habla claro sobre todo esto.
Somos un partido muy joven. Tenemos que encontrarnos a nosotros mismos y también encontrar personal, por ejemplo.
En los medios de comunicación alemanes se comenta mucho últimamente la crisis de liderazgo que vive su formación. Las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones de septiembre les atribuyen un 8%. Hace medio año ese porcentaje era del 15%.
Somos un partido muy joven. Sólo tenemos cuatro años de edad. Estamos en fase de consolidación. Tenemos que encontrarnos a nosotros mismos y también encontrar personal, por ejemplo.
En el hipotético caso de que AfD llegara al poder. ¿Qué medidas económicas tomaría un Gobierno de su partido?
Bajar los impuestos y acometer una simplificación del sistema fiscal. La carga fiscal en Alemania debe disminuir. La carga fiscal del factor trabajo en Alemania es demasiado alta. Además, toda la legislación para los empresarios, principalmente para las pequeñas y medianas empresas, debe estar menos burocratizada. Hay que facilitar las cosas en este ámbito. También queremos aligerar la carga fiscal a las familias.
¿Organizaría AfD un referéndum sobre el euro?
Sí, esa es una de nuestras principales propuestas. Lo es en general, aplicar la democracia directa y hacer uso de los referéndums. Pero tras las próximas elecciones generales, AfD no será en modo alguno un partido de Gobierno. Hoy por hoy tenemos que hablar de lo que podemos hacer. En el Gobierno tal vez podamos estar en el 2021, pero ahora no. Lo que podemos hacer como miembros del Bundestag tras las próximas elecciones es denunciar al Gobierno o a la canciller ante el Tribunal Constitucional por las violaciones de la ley de las que son responsables.
El Frente Nacional en Francia plantea un referéndum sobre la pertenencia francesa a la UE. ¿Debe Alemania salir de la UE?
En mi opinión hay una serie de puntos que considerar. Primero tenemos que estar seguros de que la UE va a ser reformada. Hay dos niveles de reforma que llevar a cabo en Europa. El primero es el artículo 50 del Tratado de Lisboa, el artículo que establece cómo un país puede salir de la UE. Ese artículo tiene que reformarse y establecer que los partidos que deciden por referéndum salir de la UE abandonan directamente el mercado común. Así, el caso británico, sería muy fácil de resolver.
El segundo nivel de reforma resulta igual de importante. A saber, que cada país tenga, a través de su Parlamento, un derecho de veto de las reglas que vengan de Bruselas. Si estas dos reformas no tienen lugar en Europa, entonces habría que plantearse la salida de Alemania de la UE y del euro, claro. Aunque del euro hay que salir sí o sí.
El euro hace un daño enorme a Europa. El euro, desde un punto de vista económico, no tiene sentido
¿Por qué una salida incondicional del euro?
Porque el euro hace un daño enorme a Europa. El euro, desde un punto de vista económico, no tiene sentido. El euro lleva a lo que en economía se conoce como riesgo moral, donde los riesgos que corre un país son asumidos por terceros. Pero también es responsable del aumento del paro en países como España, Portugal, Italia o Grecia. Allí se habla de una generación perdida. Todo esto son resultados del euro. La moneda única debe deshacerse.
Pero para Alemania el euro es algo positivo, especialmente ahora que está débil frente al dólar [1 euro = 1,067 dólares, en el momento de realizar esta entrevista]. ¿No favorece esto las exportaciones de la industria alemana?
Eso no tiene nada que ver con el euro. La industria alemana no exporta porque los productos sean más o menos baratos, sino porque son de calidad. La industria alemana, en Europa, está exportando gratis. Ahora un 35% de lo que exporta Alemania va a otras partes de Europa, cuando antes del euro, en 1999, era un porcentaje del 44%. En la zona euro la industria está vendiendo productos a países que compran fiado a través del sistema europeo de bancos centrales.
Dice Angela Merkel que si el euro fracasa, fracasa Europa. ¿Qué piensa usted?
Yo digo... (risas). Si mantenemos el euro, fracasa Europa. Es así. Europa, sin la introducción del euro, se beneficiaría de tipo de cambios variables en las monedas y podría equilibrar las balanzas de pago. Todo esto se acabó con la introducción del euro, que funciona como un comando de la muerte para Europa.
En el capitalismo de casino no sólo participaron los bancos, también los Estados, que rescataron a los bancos con dinero de los contribuyentes
En Alemania se dice que no hay sector económico peor valorado que el sector bancario. Ustedes quieren reintroducir el secreto bancario. ¿Por qué tener un gesto así con un sector impopular asociado a esa idea del capitalismo de casino?
Así es. No es que queramos ayudar a los bancos, sino a los ahorradores. La idea es que éstos puedan mantener su privacidad. En el capitalismo de casino no sólo participaron los bancos, también los Estados, que rescataron a los bancos con dinero de los contribuyentes.
En AfD se ha dicho que el Frente Nacional de Marine Le Pen era “demasiado socialista”. ¿Qué piensa usted?
AfD no se puede comparar, desde un punto de vista económico, con el Frente Nacional. Tenemos una orientación política totalmente distinta. El FN está absolutamente marcado por el socialismo y el proteccionismo. Tiene otros intereses, que son diferentes a los de AfD. Nuestro partido, en lo que respecta a la política económica, es deudor del liberalismo.
Dice usted que AfD es deudor del liberalismo. Pero su partido también se opuso al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP).
En principio, AfD está a favor del libre comercio. Pero nosotros criticamos el TTIP porque sale de un proceso que no es transparente, primero, y, segundo, porque pretende instaurar unas cortes de arbitraje donde se pueden pagar unas compensaciones astronómicas que van en contra de la justicia y de la protección de los consumidores. El libre comercio es algo que tienen que decidir los ciudadanos en referéndum. Son los ciudadanos los que tienen que decidir y no una comisión cualquiera.
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