La ‘saga fuga’ de MC, en diez fechas clave
Ha sido abogado, ‘tiburón’ de los negocios, representante del pelotazo, banquero de moda, encarcelado ilustre, aspirante a político, empresario, predicador de la moral…
12 abril, 2016 01:50Noticias relacionadas
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De su reciente faceta en los medios, se dice de Mario Conde que le atraía más un micrófono que a un tonto un lápiz. Quizá porque a la intervención de Banesto -que llegó a participar en una importante cartera de medios como Antena 3 durante la era Conde- le siguió un giro de 180 grados en la positiva cobertura sobre su figura y la caída en desgracia del que fuera banquero de moda del reino. Pero antes de llegar a ese estadio de fama y gloria, Conde salió de su Galicia natal para formarse en Deusto, centro de enseñanza de la élite de su generación, coincidiendo con Rodrigo Rato, entre otros. Pero de la abogacía pasó a la empresa donde comenzó a marcar los principales hitos de su carrera profesional en el mundo de los negocios.
Seis años de ascenso, 23 de descenso
Marzo de 1987, así se hizo multimillonario. Quien mejor que Conde para narrar sus primeros pasos en los negocios. En la biografía en primera persona de su blog en el diario La Gaceta (Intereconomía), el exbanquero cuenta cómo descubrió su querencia por el dinero. “Me atraía el mundo empresarial así que los tres años comencé mi andadura en Laboratorios Abelló y de ahí pasé a ser vicepresidente y consejero delegado de Antibióticos además de accionista con cerca del 25 por 100 del capital social”. En marzo de 1987 lideró la venta de Antibióticos al grupo italiano Montedison. “Nos pagaron 450 millones de dólares de aquella época, por el cien por cien de la empresa. A mi me tocaron 13.000 millones de las antiguas pesetas (cerca de 200 millones de euros de los de ahora, ajustados al IPC actual)”
Octubre de 1987, asalto a la banca. La fortuna obtenida con Antibióticos es el paso clave que convierte a Conde en uno de los empresarios e inversores más poderosos del país. La ambición creció a la par que el dinero. En pleno shock por el crash de Wall Street -el 19 de octubre (lunes negro) la bolsa cayó un 22%-, Conde y Abelló apostaron a lo ‘Gordon Gekko’ por uno de los principales bancos españoles. “Junto con Juan Abelló decidimos invertir gran parte del dinero obtenido con la venta de Antibióticos en Banesto, un banco con tradición industrial. En octubre de 1987 fuimos nombrados consejeros y vicepresidentes los dos; en Noviembre me nombran Consejero delegado y en diciembre, presidente. Creé la Corporación industrial Banesto y fui su presidente”, se jactó.
Diciembre de 1987, el desafío al Gobierno. La llegada de dos advenedizos al poder en Banesto no sentó bien al Gobierno de Felipe González y al Banco de España que entonces dirigía Mariano Rubio (más adelante condenado por el caso Ibercorp). A los pocos meses de que llegasen Conde y Abelló, el Banco Bilbao de Pedro Luis Uriarte lanzó una OPA hostil sobre Banesto. Fue la reacción del exclusivo y cerrado club de banqueros españoles a las ansias de poder de Conde. Sin embargo, para sorpresa de muchos, no sólo resistió aquella embestida del Bilbao, sino que los nuevos accionistas se hicieron con el control del consejo de Banesto y la OPA tuvo que ser retirada.
Enero de 1992, la doble moral del doctor honoris causa. Conde alcanzó sus cotas más altas de popularidad y prestigio más allá del circuito bancario. Su participación en el Vaticano ante Juan Pablo II defendiendo un nuevo código moral para el sistema económico y financiero que no buscase sólo el beneficio le encaramó a los altares de la respetabilidad ante la opinión pública. “La eficacia de la libertad de mercado debe estar guiada por valores que preserven la dignidad de los seres humanos, que moderen los efectos indeseables de una competitividad basada en el criterio exclusivo del beneficio", dijo. En junio de 1993, apenas unos meses antes de que toda la figura de Conde se hiciese añicos, la Universidad Complutense de Madrid, en presencia del Rey Juan Carlos, le nombrase ‘doctor honoris causa’, Conde volvió a llenar su discurso de palabras honorables.
Diciembre de 1993, la intervención de Banesto. “El 28 de diciembre de 1993, el Gobierno, con la anuencia y consentimiento de la oposición del PP (Aznar) decide intervenir Banesto”, cuenta Conde. Fue una operación pactada entre gobierno y el resto de banqueros, que participó en la intervención de la entidad tras la destitución de Conde y todo su consejo de administración. Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, con el visto bueno del recién llegado ministro de Economía, Pedro Solbes, dan la orden de intervenir Banesto, hasta entonces uno de los bancos más potentes en España. Se le acusa de ser el responsable de un agujero de 3.000 millones de euros, del desvío de dinero no justificado y de haber colocado al banco al borde de la quiebra. Fue el principio del fin.
Diciembre de 1994, el banquero encarcelado. “El 24 de Diciembre de ese año 1994 me ingresan en prisión con carácter preventivo. El 26 de Febrero de 1998 me ingresan por segunda vez en prisión por apropiación indebida de 600 millones de pesetas en un caso llamado Argentia Trust. Cinco años después la Justicia Suiza envió los documentos que acreditaban sin la menor duda que no me apropié ni de una sola peseta de ese dinero, que fue cobrado por conocidos intermediarios en la sociedad española, que no fueron condenados, ni siquiera por haber mentido en juicio”. Permaneció 17 meses encarcelado hasta que en 2000, seis años después de ser destituido, Conde fue condenado a diez años de prisión por su gestión al frente del banco y de haberse apropiado de 8.000 millones de pesetas (unos 100 millones de euros ajustando a la inflación de hoy) a través de su grupo de empresas y por la operación Carburos Metálicos. En 2002, el Tribunal Supremo duplicó esa pena hasta los 20 años, aunque en 2009 salió definitivamente de prisión.
Marzo de 2000, su fracaso político. Desde su posición como banquero, Conde siempre gustó de expresar sus opiniones políticas para incomodidad tanto de PSOE como de PP. En enero de 1998 se afilió al CDS (Centro Democrático y Social) y las elecciones generales de 2000, ya condenado por la justicia, acudió como cabeza de lista al Congreso de los Diputados. Ratificadas y aumentadas sus condenadas por el Caso Banesto, Conde terminó por claudicar de aquellas aspiraciones y dejó al CDS herido de muerte hasta su desaparición en 2006. Sin embargo, el exbanquero volvería a intentarlo en 2012 en las regionales de su Galicia natal bajo las siglas del SPD. Tampoco logró representación. Entre una y otra cita, siempre, Conde se convirtió en un habitual de las tertulias políticas televisivas, especialmente, en el Grupo Intereconomía. Recobró la efímera popularidad tras la emisión en televisión de la miniserie ‘Los días de gloria’ sobre la intervención de Banesto, a raíz de documentales o de entrevistas como la de ‘Al rincón de pensar’ con Risto Mejide, donde fue contundente y denunció el tráfico de maletines entre bancos y partidos políticos.
2007, la muerte de Lourdes. Desde 2005, el exbanquero gozó del tercer grado carcelario, pero la enfermedad se llevó por delante en apenas dos años a quien fue durante 34 años el gran apoyo y cómplice de los éxitos y fracasos. Lourdes Arroyo, su novia de juventud, falleció en 2007. El matrimonio tuvo dos hijos, Mario (42) y Alejandra (39), también detenidos esta mañana junto a él. Hace un año, aun estando casado en segundas nupcias, quiso homenajear a Lourdes por el octavo aniversario de su muerte.
Diciembre de 2015, lista de morosos y detención. En vísperas de Nochebuena, Conde volvió a recibir noticias esperadas. El expresidente de Banesto era una de las personas destacadas en la lista de morosos con Hacienda que dio a conocer el ministerio de Montoro. Mario Conde es una de las personas físicas con una deuda más abultada con Hacienda, que supera los 9,9 millones de euros. Aquella aparición le volvió a colocar en el disparadero sobre el origen y estado de su fortuna. Tras ser detenido por la Guardia Civil este lunes en la Operación Fénix, Conde ha visto cómo su doble moral vuelve a quedar a la luz y su dinero escondido en cuentas en Suiza, al alcance de las autoridades.