La inestabilidad que ha mostrado el mercado en el inicio del año y las dudas sobre la evolución de la economía mundial han llevado a la Reserva Federal (Fed) a pensar más en el contexto global que en su propia economía. Por este motivo ha decidido mantener los tipos en el nivel en el que estaban, entre el 0,25% y el 0,5%. Eso sí, la votación no fue unánime esta vez, ya que Esther L. George propuso subir los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta una horquilla entre el 0,5% y el 0,75%.
La entidad se ha replanteado su estrategia de futuro y ahora sólo prevé realizar dos subidas de los tipos de interés este año, en lugar de cuatro, como avanzó en diciembre. Mejor pisar sobre seguro en un momento tan volátil y en plena carrera hacia la Casa Blanca. De este modo, los miembros de la Fed prevén que al cierre del año, el precio del dinero se situará entre el 0,75% y el 1%.
No sólo eso, la Fed también plantea una normalización de la política monetaria más lenta, para dar tiempo a la recuperación a asentarse y al resto del mundo a que adopten las medidas necesarias para convencer a los mercados. Para 2017 plantea cuatro subidas de los tipos, que acabarían entre el 1,75% y el 2%. De cara a 2018 pone la previsión del precio del dinero en el 3% y también rebaja su estimación para el largo plazo, que ahora la sitúa en el 3,25% y no en el 3,5% de diciembre. Un ejemplo más de que la política monetaria ha cambiado para ser más acomodaticia.
El menor crecimiento desde 2013
La Fed no está cómoda con la evolución de la economía global y cada vez ve más cerca el impacto negativo que sufrirá la recuperación de EEUU. Tanto que ha vuelto a rebajar sus previsiones de crecimiento para los dos próximos años. La entidad cree el ritmo del PIB del país frenará hasta el nivel más bajo desde 2013, con un crecimiento del 2,2%, después de dos años sumando un 2,4% anual.
Y la economía seguirá parándose en los próximos años: en 2017 crecerá un 2,1% frente al 2,2% que adelantaba en diciembre y en 2018 avanzará un 2%. También ha dado un buen recorte a sus previsiones de inflación para este año, lastradas por la caída de los precios del petróleo. En concreto, la entidad espera ahora un avance del IPC del 1,2% frente al 1,6% que esperaba hace tres meses.
Lo que no ha movido son sus estimaciones de paro para este año, que las mantiene en el 4,7%, pero sí ha rebajado su previsión para 2018, ya que espera que el desempleo caiga hasta el 4,5% desde el 4,7% que estimaba en diciembre.