Abengoa acaba de superar su primer punto de partido para salir del preconcurso de acreedores en el que está inmersa. Ha logrado un crédito para afrontar sus necesidades de liquidez más inmediatas. Es decir, para pagar los sueldos de final de año y poder seguir operando, con menor o mayor normalidad, al inicio del nuevo curso 2016.
Con ese crédito de 106 millones de euros ha dado por salvados los muebles pero su partido clave se producirá en unas semanas cuando, a la vuelta de vacaciones, se siente de nuevo con sus bancos acreedores para colocar todas las cartas sobre la mesa.
Es cierto que la compañía necesitaba dar buenas noticias, tranquilizar a sus trabajadores y a los inversores. Por eso ha "vendido" el crédito -otorgado por Instituto de Crédito Oficial (ICO), Santander, CaixaBank, Popular, Bankia, HSBC, Sabadell y Credit Agricole- como un éxito del que sacar pecho. “Debe entenderse como muestra de una actitud de responsabilidad y confianza en nuestro futuro por parte de todos los firmantes, actitud que agradecemos”, aseguró en una carta navideña a los trabajadores el presidente de la compañía José Domínguez Abascal.
El partido clave, a finales de enero
El momento decisivo llegará pronto, a finales de enero. Será entonces, según indican fuentes conocedoras del proceso, cuando se conozca de verdad, al detalle, cuál es la situación financiera en la que se encuentra la compañía andaluza.
En tres o cuatro semanas, la consultora KPMG presentará el informe -encargado por los acreedores- sobre la realidad de la compañía. En él, los inversores esperan encontrar el mapa detallado de su deuda, además de la situación que vive cada una de sus filiales, qué capacidad de generar ingresos tiene cada sociedad, su viabilidad y cuáles son las garantías concretas con las que responden a la deuda del grupo hasta ahora en manos de la familia Benjumea.
Los bancos, según fuentes financieras, están a favor de negociar pero tienen muy claras sus líneas rojas. Prueba de ello es que la empresa, en un primer momento, aseguró que necesitaba 450 millones para seguir operando de aquí a marzo. La banca se plantó y, por eso, sólo ha conseguido 106 millones para lograr, al menos, concluir el ejercicio 2015.
Las entidades financieras van a ir pieza a pieza. Una vez sepan cuál es la situación real de cada filial, cuánto dinero genera y cuánto debe, acordarán qué se salva y que no, qué se venderá y qué se dejará quebrar para no contaminar al resto de la compañía. Salvarán sólo aquello que, de verdad, sea rentable.
La compañía, de la mano de Lazard
Mientras, la empresa asegura tener una hoja de ruta, aunque en realidad camina al son que le marca la banca. El presidente de la compañía aseguró a la plantilla que, su idea, pasa por “elaborar un plan de negocio que muestre el valor y la viabilidad, llevar a cabo desinversiones de activos que no son fundamentales y alcanzar un acuerdo con todos los actores implicados en el proceso para configurar una estructura financiera y un balance desde los que operar y crecer”.
Compañía y bancos acreedores comparten el mismo camino a recorrer pero, en el caso de la empresa, su asesor en la proceso -la firma Lazard- también está a la busca de posibles inversores, que inyecten dinero en la empresa a cambio de quedarse con activos.
A falta de que se desvele la situación real de sus finanzas, se sabe que el endeudamiento de Abengoa asciende a más de 9.000 millones de euros sólo en deuda financiera. A ellos se suman otros 5.000 millones en pagos pendientes a proveedores. En conjunto, su pasivo puede llegar a rondar los 20.000 si, también, se incluye toda la financiación que tienen sus filiales ligada al desarrollo de proyectos.
Una de sus divisiones, Abengoa México, ha incurrido en nuevos impagos de los intereses por las emisiones de deuda en ese país, según consta en un hecho relevante remitido a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), aunque no los cuantifica. Lo mismo le ha ocurrido ya con sus emisiones en Irlanda.
Pólizas de seguros para avalar las fianzas
Mientras se decide el futuro de la empresa, el expresidente de la compañía hasta este otoño, Felipe Benjumea, y su exconsejero delegado hasta la pasada primavera, Manuel Sánchez Ortega, siguen en su proceso judicial para dirimir si las megaindemnizaciones que se concedieron en pleno declive de la compañía eran o no legales. Este lunes, ambos exdirectivos han aportado sendas pólizas de seguros para avalar las fianzas de 11,5 millones y de 4,5 millones de euros, respectivamente, que les había fijado la Audiencia Nacional por “buscar su propio beneficio y lucro personal”.
En concreto, la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha admitido a trámite, con el informe favorable de la Fiscalía, la querella presentada por bonistas de la sociedad andaluza contra los dos exdirectivos por presuntos delitos de administración desleal. En el caso de Sánchez Ortega, además, se amplía también al posible uso de información privilegiada.
Sánchez Ortega abandonó la empresa en mayo, después de aprobarse una indemnización de la que no se informó a la CNMV, para incorporarse dos meses después a BlackRock. La firma de inversión es ahora uno de los principales tenedores de bonos de la sociedad sevillana y quien está llevando la voz cantante en las negociaciones con los bonistas, junto a otra firma de inversión, Sothic Capital Management.
En el caso de Felipe Benjumea, el expresidente del grupo ha pedido a la jueza que le aclare si, de su indemnización, deben restarse las correspondientes retenciones fiscales. En un escrito, fechado el pasado 23 de diciembre, según Efe, afirma que cualquier indemnización recibida está sujeta a retención fiscal a través del IRPF que puede llegar a ser del 45% del importe bruto cobrado, lo que, señala, podría rebajar la indemnización en el mismo porcentaje.
Mientras se dirime el futuro empresarial y jurídico de la empresa, las acciones de Abengoa siguen viviendo su particular montaña rusa. Ayer sus títulos de Clase A (los que están en manos de la familia Benjumea y tienen más poder de decisión) acumulan dos jornadas de subidas, de más del 12%, Hoy, cada acción de Clase A de Abengoa vale 0,533 euros, la cuarta parte que a principios de agosto.