El tipo mínimo para el impuesto de sociedades y su impacto en la I+D+i: "Nos quita competitividad y talento"
La Asociación para el Fomento de la Financiación de la I+D+i, muy crítica con la reforma de tributación mínima de los Presupuestos Generales.
17 noviembre, 2021 01:51Noticias relacionadas
El Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2022 esconde una pequeña 'trampa' para el ecosistema investigador e innovador de nuestro país. Eso, al menos, es lo que cree la Asociación para el Fomento de la Financiación de la I+D+i (AFIDI).
Este colectivo ha analizado la reforma de tributación mínima planteada en las cuentas para el próximo año y ha pintado de negro el futuro de todas aquellas empresas que apuestan por la innovación.
En su opinión, se puede concluir que "el establecimiento de un tipo mínimo efectivo en el impuesto sobre sociedades del 15% perjudica claramente a las compañías que invierten en I+D+i en nuestro país", ya que este sector no está excluido de la medida.
Cabe recordar, y así lo hace también este colectivo, que territorios forales como Álava, Vizkaya, Gipuzcoa o Navarra -que tienen delegadas las competencias en este sentido- también plantean un tipo impositivo mínimo, pero siempre excluyendo de dicho límite las deducciones por actividades de I+D+i, "lo que representa una clara apuesta por estas actividades como herramientas de competitividad".
Las deducciones por actividades de I+D+i, se definen y regulan en el artículo 35 de la Ley del Impuesto de Sociedades, y son el instrumento de financiación "más versátil" con el que cuenta el sector privado, "pues no están sujetas a convocatorias, presupuestos, limitación en las partidas de gasto o ejecución temporal de los proyectos", según razona AFIDI.
"Incluir en el cómputo del tipo mínimo del 15% las deducciones por I+D+i es un paso atrás en las políticas de fomento de la innovación empresarial y nos aleja de la competitividad empresarial con los países de nuestro entorno, afectando directamente a las empresas más innovadoras y competitivas tecnológicamente, reduciendo claramente su capacidad financiera para seguir apostando por la innovación y la competitividad en el futuro", reflexionan desde AFIDI.
Además, "supondrá dejar de atraer talento y recursos de valor añadido a España, e incluso favorecer que empresas ubicadas en territorio común desplacen sus centros productivos y actividades de I+D+I a otros territorios o países con el consiguiente impacto económico y social".
Aplicación "ya muy limitada"
En opinión de esta asociación, se debe tener en cuenta que "la aplicación de deducciones fiscales en el impuesto de sociedades actualmente se encuentra ya muy limitada, con carácter general, al 25% de la cuota íntegra ajustada positiva, lo cual provoca que, en muchos casos, la aplicación del incentivo fiscal se dilate en el tiempo".
El establecimiento de un tipo mínimo en el impuesto de sociedades del 15%, pues, "limitaría aún más su aplicación y, por tanto, el valor del incentivo frente a otros países, reduciendo la competitividad de las empresas españolas".
Según diversos estudios de la OCDE, existe una relación directa entre la inversión en I+D+i y el incremento de la competitividad y, en consecuencia, el desarrollo económico y social de un país.
Actualmente, la mitad del apoyo público a la inversión en I+D+i de la OCDE se canaliza a través de incentivos fiscales. Alemania lo creó en 2020 y Finlandia lo ha potenciado aún más en 2021, tendencia que se traslada a otros países de Europa.
En España, la propia Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su informe del pasado año, evidencia la eficiencia del incentivo, estipulando que por cada euro que se deja de recaudar, la inversión crece hasta en 1,5 euros, admiten desde AFIDI.
Además, según los datos expuestos en el European Innovation Scoreboard 2021, compuesto por 32 indicadores y elaborado por la Comisión Europea, España ocupa el puesto 16 de 27 de los países de la UE y baja dos posiciones respecto al año anterior, y es superada por países como Eslovenia, Italia y Malta.
Otros países
Al frente del ranking se encuentran los líderes en innovación, los países nórdicos, Suecia, Finlandia y Dinamarca, y a la cola, los innovadores emergentes como Letonia, Bulgaria y Rumanía.
Si se analizan los indicadores, España "suspende en empleos dedicados a innovación, en inversión pública y privada en I+D, en apoyo gubernamental a la I+D+I privada, o en registro de patentes, entre otros", resaltan las mismas fuentes.
Asimismo, "es bastante pobre el indicador referido a las exportaciones de servicios intensivos en conocimiento (72% inferior a la media), el de pymes innovadoras en producto (71% inferior) y también el de pymes que realizan innovaciones de proceso (68% inferior)", concluye.
Así pues, teniendo en cuenta "el panorama que dibujan estos datos", "no sólo se tendrían que potenciar los incentivos a la innovación empresarial, sino que también se tendrían que incrementar los recursos dedicados a la financiación de la I+D+i privada, los dedicados a las políticas de innovación, así como la ejecución real de los presupuestos de I+D+i".
AFIDI también remarca que "la escasez de ayudas directas y las difíciles condiciones de acceso al crédito explican en los últimos ejercicios esa gran diferencia que existe entre el presupuesto y la ejecución del mismo". Al respecto, "los fondos europeos deberían ser una oportunidad única para promover e impulsar un cambio de tendencia".
Por todo ello, concluye AFIDI, "sería muy bueno para la competitividad empresarial e industrial española que hubiera un acuerdo común que promoviera la inversión en I+D+I privada y las deducciones por I+D+i son uno de los mejores instrumentos para ello, y deberían quedar excluidas de la fijación de un tipo de tributación mínimo".