La innovación llega al corazón de los negocios: las empresas destinan un 6,4% de sus ingresos a I+D+I
El porcentaje de compañías a escala global que no cuenta con un presupuesto destinado a innovación cae a un marginal 3%, según un estudio.
30 octubre, 2023 02:53No es ninguna sorpresa que el peso de la innovación es cada vez más relevante en la mente de los grandes líderes empresariales. Tampoco debería resultarnos extraño descubrir que esta parcela, antaño incluso desdeñada por muchas compañías, ahora resulta estratégica para el futuro de cualquier organización. No faltan, de hecho, los gurús que repiten una y otra vez aquello de que "la empresa que no innove no sobrevivirá". Más allá de la proclama en sí, la realidad parece corroborar ese extremo.
En ese sentido, los recientes datos del quinto barómetro global de la innovación gestado por Ayming ofrecen claras evidencias de lo antes mentado. No en vano, la innovación es ya la segunda prioridad para las empresas en este momento a escala global (el 38% de los encuestados así lo afirma), tan sólo por detrás de la perenne mejora de la eficiencia operativa (40%).
No sólo eso. La mayoría de las compañías encuestadas (55%) destinan entre el 6% y el 10% de su facturación a tareas relacionadas con la innovación, arrojando un gasto medio del 6,4%. Si lo comparamos con ediciones anteriores de este mismo estudio, la diferencia es significativa: en 2022, apenas un 16% de las organizaciones destinaba más del 3% de sus ingresos a la I+D+I.
Entre los más rezagados de esta clase, también hay buenas noticias. El porcentaje de empresas que no cuentan siquiera con un presupuesto definido para innovación se ha reducido del 23% al 3%. En otras palabras: el número de empresas que no se plantea la innovación como un eje central de su actividad se ha reducido a cifras prácticamente marginales en apenas un año.
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Hay más síntomas claros de la madurez de la innovación en el seno del tejido empresarial. Uno de los más contundentes es el origen de la financiación de estos proyectos, históricamente ligada a la autofinanciación y no tanto al acceso a otras fuentes como el capital o deuda, destinadas de forma convencional a parcelas muy íntimas del negocio. Pues bien, este año el 41% de las partidas dirigidas a I+D+I proceden de estos dos últimos lugares, superando (aunque sea por un escaso 1%) a la autofinanciación clásica. El crowdfunding también crece con fuerza, del 7% al 26% en apenas un curso.
Eso sí, no nos dejemos llevar por los cantos de sirena o la idea fácil de que todo es un camino de rosas: el número de desafíos a la hora de consolidar una estrategia de innovación en el tejido productivo sigue estando vigente. En ese sentido, los responsables del ramo critican el enfoque a corto plazo para obtener resultados inmediatos, la falta de talento especializado (algo de especial relevancia para las grandes empresas) y de recursos financieros suficientes (con las pymes como principales aquejadas).
Más allá de estas tres grandes barreras, todas superando el 30% de respuestas en esta encuesta, encontramos otros muchos clásicos: presupuestos inestables, procesos ineficaces y burocracia, falta de conocimiento de las necesidades de los clientes, culturas contrarias al cambio...
La innovación que se queda... y la que se va
El documento también introduce otro de los puntos clave que entran en juego al hablar de la innovación, esto es, dónde se produce ese esfuerzo. Si bien las compañías optan mayoritariamente por desempeñar estas actividades en sus países de origen (72%) hay muchas otras que optan por deslocalizar parte de su actividad de I+D+I en busca de talento que no existe en su actual emplazamiento o por alguna posibilidad de colaboración (33% en ambos casos).
No extraña, por tanto, que naciones consolidadas en estas lides como Estados Unidos, Alemania, Francia o Reino Unido lideren la particular clasificación de las naciones donde más actividades de innovación se realizan fuera de las fronteras naturales de cada empresa. España, sin embargo, ocupa una posición intermedia en las opciones de las compañías foráneas, con tan sólo un 7% de los esfuerzos extranjeros en I+D+I que acaban recalando en la península.
Hay un argumento válido para defender la importancia de esta deslocalización de la innovación y su potencial para nuestro país. Carlos Artal de Lara, al frente de Ayming en España, lo atribuye a las opciones de financiación: "Si se tiene una empresa de Reino Unido, no es posible beneficiarse de las subvenciones europeas. Pero si estableces una oficina en España, tienes derecho a recibir todas las subvenciones que estén disponibles en nuestro país".
La innovación sostenible
El estudio de este año introduce, por vez primera, una importante aproximación a las sinergias entre innovación y sostenibilidad. En esa línea, el 23% de las empresas participantes en el informe nombra la sostenibilidad como una de sus tres prioridades empresariales, con partidas presupuestarias que en el 78% de los casos superan el 20% de su presupuesto total.
En esas partidas también juega un papel clave la innovación sostenible que, pese a su alto coste inicial y la ingente inversión necesaria, es una opción pragmática ya no sólo de cara a la galería, sino como forma de ahorrar costes y mejorar la eficiencia operativa (47% de las respuestas).