Trabajos de hombres, trabajos de mujeres. Aunque la lucha por acabar con estos estereotipos ha hecho que cada vez esa diferenciación sea menor, lo cierto es que siguen existiendo profesiones en las que la presencia de la mujer es casi anecdótica.
La ciencia, la tecnología, las matemáticas o la ingeniería, las llamadas disciplinas STEM continúan siendo un terreno masculino y así lo demuestran los datos. Concretamente, según la Unesco, menos del 30% de los investigadores científicos de todo el mundo son mujeres y, según su informe Descifrar el código: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM, únicamente el 35% de los estudiantes matriculados en estas carreras son mujeres.
Los prejuicios y estereotipos que alejan a las niñas y mujeres de este campo son una de las mayores barreras a derribar, pero también la falta de visibilidad de referentes femeninos. Algo que, con motivo del Día Internacional de la Mujer, combaten estos siete ejemplos de mujeres que han conseguido desarrollar su profesión en áreas como la investigación clínica, la ingeniería o en tecnológicas como big data, blockchain o ciberseguridad y con las que analizamos los obstáculos que siguen existiendo para la igualdad entre hombres y mujeres en estos ámbitos académicos y laborales.
La propia Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Gobierno de España, experta en big data y emprendedora, afirma: "El talento no tiene género y hablar de ciencia de datos y mujeres no debería ser una anomalía. Vivimos en un mundo complejo que necesita soluciones complejas. Y por eso es importante contar también con la visión femenina".
Anomalía, sin embargo, aún existente y especialmente en el campo de la investigación, según Montse Barceló, ejecutiva en Investigación Clínica y fundadora de la Asociación Española Ejecutivas y Consejeras (Ejecon), un terreno en el que "debe haber barreras dobles, puesto que es un sector mayoritariamente femenino y, sin embargo, los cargos directivos y consejos son ocupados por hombres".
Unas barreras más férreas en su opinión, pero de las que lo positivo, dice, es que existen dos principales y "esas precisamente dependen de las mujeres": "Postularse para puestos directivos y de responsabilidad donde podamos tener impacto en promover el talento sin género; y negociar y acordar corresponsabilidad en las tareas domésticas, el cuidado de los hijos y de los familiares ancianos", añade.
En la misma línea se sitúa Laura Raya, responsable de la Disciplina Académica de Computación Gráfica y Realidad Virtual en el Centro Universitario U-Tad: "El área de la investigación es costosa, independientemente del género. El poco presupuesto y la exigencia académica que requiere, complica el proceso de forma general. Si bien es cierto, en el área tecnológica, ya desde las carreras universitarias venimos identificando un porcentaje muy pequeño de presencia de la mujer como estudiante, que al llegar al campo de la investigación aún es menor. Esto, por supuesto, conlleva que un mayor número de plazas de investigadores, de dirección de proyectos, etc. sean asignados a hombres, quienes lideran los proyectos de forma distinta, pues funcionamos y trabajamos de maneras dispares, complementándonos a la perfección", explica.
Una colaboración hombres/mujeres que daría geniales resultados, según explica también Tamara Hueso, especialista en Ciberseguridad en Deloitte España. "Al final la innovación y la investigación está en cada uno. Conozco mujeres y hombres súper curiosos, ansiosos de conocimiento, que tienen ganas de seguir creciendo, pero también me he encontrado todo lo contrario".
"Una cosa sí que es cierta y es que las mujeres, por tendencia general, somos muy minuciosas; esto no quiere decir que todas lo seamos ni que los hombres no lo puedan ser. Simplemente que, por regla general es algo que caracteriza a muchas mujeres: la organización, planificación y estructuración. Al igual que considero que los hombres aportan muchísima sencillez, no se andan con rodeos, son directos y no complican lo sencillo. Como digo estoy generalizando", comenta.
"La fórmula secreta está en la variedad y un buen equipo debe contener todas esas cualidades por igual o casi igual, dado que si tienes falta de alguna de esas cualidades, tu equipo no será completo", añade Hueso.
Falta de referentes
La propia organización social está detrás de la desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito STEM para Laura Lacarra, ingeniera especializada en Business Intelligence y Big Data en Telefónica, que señala cómo "las mujeres hemos crecido en un mundo con un 10% de referentes femeninos en los libros del colegio. Desde la carrera, hemos sido un 10% y, cuando pasas a puestos de desarrollo, continuamos siendo ese 10%. Tras muchos años absorbiendo esto, la mayoría de las mujeres tiende a tener falta de confianza e inseguridad o, incluso, si tiene éxito tiende a no creer en sus éxitos”.
Falta de confianza que también apunta Tamara Hueso: "Muchos hombres y mujeres cuando ven que su interlocutor es una mujer le echan un pulso, de primeras piensan que no tienes ni idea y sientes la necesidad de demostrar algo más por el simple hecho de ser mujer".
Un sistema basado en estereotipos que María Teresa Nieto, especialista en Tecnología Blockchain en Telefónica, también cree que se encuentra detrás de este desequilibrio hombres-mujeres. Aún recuerda cómo, desde que decidió decantarse por el sector tecnológico para desarrollarse profesionalmente, "hasta mi propia familia me ha dicho que estudiaba una carrera de hombres".
La falta de referentes femeninos, apunta, tampoco ayuda a romper esta situación. "En todos los equipos en los que he trabajado he sido la única mujer y es bastante frustrante no poder coincidir con ninguna compañera. No hay apenas referentes femeninos en el sector y así la mayoría de gente técnica quiere ser el próximo Steve Jobs o Mark Zuckerberg, pero muy poca gente aspira a parecerse a Margaret Hamilton o Grace Hopper".
Problema que además está teniendo unas graves consecuencias para el desarrollo de la propia sociedad, según Inés Huertas, científica de datos y experta en Big Data: "Estamos perdiendo gran parte del talento que tenemos por una cuestión de género", afirma.
"Hay barreras a muchos niveles y que afectan a diferentes segmentos de edad. Uno de los que me parecen reseñables es la falta de roles models, es decir, mujeres referentes dentro del mundo de la innovación y la tecnología que puedan ser modelos a seguir por las siguientes generaciones. Tenemos que concienciarnos en este problema, el crecimiento de un país cada vez va a estar más marcado por su desarrollo tecnológico y su innovación. No podemos permitirnos que las mujeres no estemos presentes en este crecimiento".
Menos del 25% de los estudiantes de grados STEM son mujeres, según el Ministerio de Educación español y, según datos de la consultora Pearson, del total de desarrolladores informáticos en España, solo son mujeres el 9,3%. Por su parte, ONU Mujeres destaca que, de las 300 personas que han recibido el Premio Nobel, solo 53 han sido mujeres. Además, de las premiadas, solo 19 de ellas han sido reconocidas en las categorías de Física, Química y Fisiología o Medicina.