Transformando la educación técnica y la infraestructura digital
La revolución del cloud computing no solo ha cambiado la forma en que las empresas gestionan sus operaciones, sino que también está redefiniendo el panorama de la educación técnica. En un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología, el dominio de la nube se ha convertido en una habilidad esencial para los profesionales del mañana.
Sin embargo, la enseñanza de estas habilidades no es una tarea sencilla; implica formar a estudiantes y profesionales en conceptos fundamentales como la infraestructura como código (IaC), la resiliencia y la recuperación ante fallos, temas que cobran relevancia a medida que la nube continúa su expansión exponencial.
Uno de los avances más importantes en la contratación e implementación de soluciones es la infraestructura como código (IaC). Esta metodología permite gestionar, provisionar y actualizar infraestructuras (servidores, bases de datos, sitios webs, sistemas de almacenamiento, redes virtuales, etc.) de forma automatizada, lo que no solo reduce los errores humanos, sino que también garantiza que las configuraciones sean replicables y consistentes. Para los responsables de la informática de las empresas, conocer IaC es abrir las puertas a una mayor eficiencia operativa, permitiendo a los profesionales centrarse en tareas de mayor valor añadido, como la optimización de sistemas o la innovación tecnológica.
El impacto de IaC no solo mejora la operación de sistemas, sino que también impulsa la recuperación ante desastres. Si un entorno, sistema o servicio falla, se puede volver a provisionar desde cero en minutos, algo impensable en los modelos tradicionales. A medida que más industrias adoptan la nube como estándar, la capacidad de enseñar y dominar IaC se convierte en un elemento crucial para asegurar que el talento técnico esté preparado para gestionar infraestructuras con agilidad y precisión.
El reciente fallo global en la actualización de Crowdstrike que afectó a industrias clave, incluidas aerolíneas y cadenas de suministros, pone en evidencia los desafíos que enfrentamos. Debemos invertir y permitir que los sistemas sean más flexibles, escalables y predecibles, facilitando una rápida respuesta ante incidentes y asegurando que las organizaciones no solo se recuperen, sino que lo hagan más fuertes.
A pesar de la magnitud del problema, también resaltó algo fundamental: tenemos las herramientas necesarias para seguir avanzando y responder con mayor eficacia. El crecimiento en la adopción de tecnologías de la nube no muestra signos de desaceleración. Desde la automatización y la orquestación hasta la recuperación ante fallos en tiempo real, los profesionales de la nube están diseñando soluciones que no solo resuelven problemas, sino que anticipan futuros desafíos.
Es fundamental que la educación técnica mantenga el ritmo de estos avances. La nube ofrece un espacio fértil para la innovación, y nuestras aulas deben reflejar esta realidad. Los profesionales que emergen de estos programas tienen la capacidad de no solo gestionar infraestructuras complejas, sino también de impulsarlas hacia nuevos horizontes. La clave está en transmitirles una visión optimista: los desafíos que enfrentamos son oportunidades para crecer, mejorar y avanzar como sociedad.
*** Rodrigo Moro es director del Máster en Cloud Architecture & DevOps Management en IMMUNE Technology Institute