El desarrollo del último año en la nueva inteligencia artificial generativa ha suscitado preocupaciones y temores en torno a la pérdida masiva de empleos humanos. Y es cierto que habrá pérdida de trabajos como ha pasado en la historia con la introducción de nuevas tecnologías disruptivas, como por ejemplo cuando apareció la aviación comercial, los ordenadores, el software empresarial, los móviles, los robots en las fábricas, nuevas tecnologías médicas, innovaciones en el campo de la construcción, etc….
Pero cada aparición de nuevas tecnologías trajo consigo otros muchos trabajos que había que hacer, que necesitaban otras habilidades, y que se aprovechaban de las tecnologías para ejecutar las nuevas tareas de la manera más productiva y precisa, creando nuevos beneficios y empleos a la sociedad.
Y esto también ocurrirá con la nueva inteligencia artificial. De hecho, el Foro Económico Mundial estima que esta tecnología creará 97 millones de nuevos empleos para 2025, 12 millones más de los que se verán suprimidos. Y Gartner predice que para 2036 las soluciones de IA generarán más de 500 millones de nuevos empleos.
Estas cifras subrayan el potencial transformador de la inteligencia artificial en el entorno laboral, no como un sustituto de las capacidades humanas, sino como una herramienta complementaria capaz de mejorar nuestras habilidades y capacidades.
Al utilizar la nueva IA en el entorno laboral, algunos trabajos que existen actualmente serán hechos directamente por las herramientas de IA añadiendo nuevos conocimientos, y capacidades; otros serán realizados por humanos con la asistencia de herramientas IA en modo copiloto automático personal; mientras que otros seguirán siendo realizados por humanos principalmente. Es más: hay tareas o habilidades propias e intransferibles de los humanos, que la tecnología no puede realizar de manera eficiente como el pensamiento crítico, el raciocinio o la empatía.
Por eso, a medida que esta tecnología sigue expandiéndose, profesionales y organizaciones debemos abordar los retos que se plantean y prepararnos para aprovechar el potencial que ofrece este desarrollo en el campo laboral.
Es el caso de la creación de puestos especializados como la emergente figura del Prompt Engineer, profesionales encargados de formular indicaciones de entrada que orienten a los modelos de IA para generar los resultados deseados. Se especializan en la interacción con los modelos de lenguaje a gran escala y necesitan tener un entendimiento profundo de la comunicación humano-computadora, el procesamiento del lenguaje natural y las capacidades del modelo de IA con el que están trabajando. Una muestra clara de que al igual que los avances tecnológicos dan término a la vida útil de muchos puestos de trabajo, también impulsan nuevas y atractivas opciones en el mercado laboral.
Ante este panorama cambiante, es necesario invertir en programas de formación que se alineen con las necesidades del nuevo mercado laboral creado en la era de la IA, ya que no solo se trata de adaptarse a los nuevos roles que la inteligencia artificial creará, sino también de desarrollar habilidades que serán valiosas en un mundo cada vez más automatizado.
Pero no solo será importante la formación de los trabajadores en activo, sino que también se necesitará contratar nuevo talento con conocimientos en herramientas de aprendizaje automático. Solo este año, más de 6.500 ofertas de empleo en IA no podrán ser cubiertas por la falta de profesionales cualificados, y esta escasez de profesionales especializados en la inteligencia artificial puede costarle a España hasta hasta 14.500 millones de euros cada año, lo que equivale al 1,3% del PIB del país, según un informe de IndesIA.
Una de las claves para luchar contra esta escasez de talento tecnológico será la apuesta por una colaboración público privada que enlace los planes educativos con la realidad de las empresas. Otro punto a tener en cuenta es la flexibilidad ya que cada vez más trabajadores demandan este requisito para poder trabajar desde diferentes partes del mundo y disfrutar así de un balance entre la vida personal y profesional. Vinculado a este punto, debemos aprovechar el gran atractivo que tiene España, por su clima, estilo de vida, gastronomía, y ciudades, entre otros, para convertirnos en un hub tecnológico a nivel internacional. Sin olvidar implantar planes de carrera y mejorar nuestro branding como empleador.
Puede que sea difícil aceptar que la IA es un motor de trabajo, pero su avance es una oportunidad de transformación positiva en el entorno laboral. Pero para alcanzar estos beneficios será necesario garantizar cambios positivos de la IA en las personas y su trabajo mediante el uso de medidas de seguridad y un monitoreo constante. Sin olvidar establecer iniciativas donde los equipos compartan y prueben sus mejores ideas de IA diseñadas para beneficiar a múltiples partes interesadas como empleados, clientes, comunidad e inversores.
*** Jose Antonio Rocha es director de Digital Business Process de Entelgy