Desde hace años es relativamente común escuchar hablar de deepfakes en diferentes entornos y sus usos empresariales pueden ser diversos, por ejemplo, en estudios cinematográficos. Ahora bien, cada vez suponen una mayor preocupación para las empresas por su enorme potencial y riesgos de fraude.

Los deepfakes son vídeos manipulados mediante un software de inteligencia artificial (IA) de forma hiperrealista que permiten el intercambio de rostros en imágenes y la modificación de la voz. En definitiva, es una técnica de suplantación de identidad.

El término es un acrónimo del inglés formado por las palabras fake (falsificación) y deep learning (aprendizaje profundo). Con este término se alude a la posibilidad de modificar vídeos, imágenes o incluso la voz de una persona de forma hiperrealista, manipulando su mensaje o acciones.

En los últimos tiempos, los vídeos deepfakes se han convertido en la técnica más sofisticada para crear noticias falsas e incluso exitosas campañas de publicidad, pero un uso malicioso de esta tecnología comienza a ser una amenaza en las entrevistas de trabajo remotas.

El creciente nivel de calidad y sofisticación de las deepfakes hace que cada vez resulten más fáciles de producir y, a su vez, más difícil de identificar su falsedad y su uso en los entornos de trabajo comienza a no ser ajeno a esta tendencia en auge.

Pero, ¿son una amenaza real los deepfakes en el ámbito laboral? Pues bien, el aumento de esta técnica en las entrevistas de trabajo es una realidad hasta el punto de que, en 2022 el propio FBI alertó de que esta práctica se estaba extendiendo en las entrevistas en remoto en Estados Unidos.

Si bien en España los ataques e intentos de fraude haciendo uso de esta tecnología en las entrevistas de empleo aún no se han extendido, los expertos en ciberseguridad apuntan a que a medio y/o largo plazo, debido a su potencial, se puede convertir en una amenaza similar al ransomware.

Por tanto, a partir de ahora los reclutadores deberán estar más atentos que nunca durante las entrevistas a través de videollamada y no precisamente para detectar determinados rasgos de la personalidad de los candidatos mediante el lenguaje corporal, sino simplemente para confirmar si son personas reales.

Los expertos en IA indican que existen algunos indicios para detectar a un “replicante”, como la frecuencia del parpadeo o el movimiento de los labios y su coordinación con el audio de la persona, que pueden ayudarnos a identificar un deepfake.

Asimismo, existen determinadas buenas prácticas a implementar que pueden ayudarnos a prevenir o mitigar los riesgos de suplantación de identidad durante las entrevistas virtuales:

  • Formar y concienciar al personal de selección y reclutamiento para detectar posibles suplantaciones de identidad.

  • Revisar las redes sociales del candidato o candidata, con fines profesionales, en caso de perfiles sospechosos.

  • Realizar entrevistas en panel para incluir en la conversación a dos o más personas de la organización con el candidato o candidata.

  • Llevar a cabo una última entrevista presencial, siempre que sea posible.

  • Ante evidentes indicios de fraude, notificar el incidente al Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).

De igual manera que cada vez hay herramientas más sofisticadas para crear deepfakes, también se está trabajando para desarrollar programas que sean capaces de detectar si una imagen ha sido manipulada mediante IA y ello será de gran utilidad y ayuda de cara a su rápida identificación.

No obstante, a día de hoy todavía existe mucho margen de mejora, ya que los programas de creación de deepfakes desafortunadamente van un paso por delante. Por ello, es necesario aplicar el sentido común, pensamiento crítico y seguir ciertas precauciones para poderlos identificar.

Para concluir, los deepfakes en las entrevistas de trabajo no son una posibilidad, sino una realidad palpable. Si su amenaza será equiparable a la del ransomware, si se convertirán en una tendencia en España o si será posible la detección de estos vídeos en tiempo real durante una entrevista, sólo el tiempo lo dirá.



*** Almudena Santos es directora de Recursos Humanos de Iberia y Latam en CWT y miembro de la AEDRH.