¿Recuerdan esa especie de llavero que lanzó Apple? Sí, ese gadget mínimo que ayuda a los olvidadizos. Exacto, las AirTags. En aquel momento parecían una buena idea. Como tantos avances.
Después de convertirse en el antídoto para los olvidadizos que no saben dónde dejaron las llaves. O la solución ideal para poder localizar el equipaje extraviado. Los AirTags, tanto los de Apple, pioneros, como los de otras marcas, están en el punto de mira.
Al igual que ha sucedido con las cookies en Internet, esos pequeños archivos que almacenan el historial de navegación, la regulación de estos dispositivos discretos y prácticos comienza a ser tema de debate. Sobre todo si, como está sucediendo, se descubren casos en los que se usa sin avisar a la víctima del rastreo o para convertirse en blanco fácil de delitos.
El hecho de poder localizar a alguien en el mundo real sin su consentimiento y que, este producto hasta llegado al consumidor sin una profunda reflexión previa está convirtiéndose en uno de los debates candentes en el mundo 'tech'.
Si a este hecho se le suma la irrupción de la inteligencia artificial, los patrones para seguimiento de alguien en el mundo real y predicción de comportamiento comienzan a surgir voces que piden repensar la normativa, apenas existente, sobre funcionamiento de estos aparatos.
El remoto está demodé
Esta polémica llega justo en el momento en que Stripe, con problemas para seguir encontrando financiación que encaje con su ritmo habitual en quema de dinero, ha celebrado su conferencia anual.
Sam Altman, figura mítica de Y Combinator, y uno de los grandes ideólogos y promotores de ChatGPT, subió al escenario. Contra todo pronóstico dio un consejo relacionado con el trabajo en remoto. Después de hacer entender a toda la humanidad que estaba bien hacerlo desde dónde se quisiera, con los idílicos nómadas digitales como adalides de esta ola, los líderes del mundo 'tech' comienzan a llamar de vuelta a los empleados.
Consideran que, sobre en el inicio de la carrera profesional, el tener compañeros como
referencia, guía, como alguien de quien aprender y a quiénes consultar, es útil para el
empleado, y valioso para la compañía. La cuestión está en cómo cambiar la narrativa después de cantar las virtudes de trabajar desde casa, además de crear una pléyade de startups dedicadas a resolver los problemas de esta nueva forma de trabajo.
La IA, gran tema para Google
El próximo miércoles día 10 de Mayo Google volverá a celebrar su conferencia anual, I/O. Será una edición que combine evento físico, en su sede de California, con virtual, cada cual desde su casa y oficina, y un formato pensando en la comunidad: encuentros colectivos para verlo juntos, como si fuese un partido de fútbol de la selección.
Además del clásico lanzamiento de móvil, con sus recurrentes filtraciones en cascada, Google quiere que se marque un antes y un después en el uso de inteligencia artificial. Sobre todo, en tareas cotidianas como escritura de documentos, gestión de calendario, traducciones… En resumen, que se use, pero de manera integrada, sin tener la percepción de que se hace un trabajo extra.
*** Rosa Jiménez Cano es 'editor-at-large' de D+I en América Latina desde Miami (EEUU).