La sostenibilidad hace tiempo que dejó de ser una moda para convertirse en una de las principales demandas que los consumidores hacen a las empresas y marcas, incrementando la inversión de éstas para reducir su huella de carbono. Para tratar de lograr estos objetivos, los llamados comercios minoristas se ven ante dos posibilidades bien distintas.
El primer camino, y más utilizado, es la reducción de los gases contaminantes en sus procesos de fabricación y logísticos, usando vehículos eléctricos, energía solar e incluso acudiendo a proveedores locales en lugar de extranjeros. Una decisión aparentemente fácil, pero no exenta de obstáculos que como la necesidad de una inversión mayor o un incremento de los costes que a menudo va en contra de los beneficios.
La segunda opción para convertirse en un retailer sostenible sin necesidad de superar estos baches es mejorar la eficiencia de los procesos de producción, así como los de las cadenas de suministro. Estas cadenas, incluso las más eficientes, generan distintos tipos de residuos. Por ejemplo, los camiones no viajan con toda la carga posible y a veces la ruta elegida no es siempre la más corta. Otro de los casos que a veces se da es que muchos de ellos no consiguen dar salida a su stock, resultando en productos obsoletos que tienen que ser desechados e incluso destruidos.
A modo de ejemplo, el compromiso de Mercadona con la sostenibilidad se basa en cuatro pilares: Optimización Logística, Eficiencia energética, Gestión de residuos y producción sostenible. Un claro ejemplo de adoptar las dos opciones.
En este contexto, una mayor eficiencia en los procesos de fabricación y su correspondiente cadena de suministro no tiene otro resultado que una mejora de la sostenibilidad y un incremento de los beneficios.
Tal y como contamos en el informe de SAS ‘The Future of Retail’, para lograr tan deseada eficiencia, la analítica avanzada se convierte en un recurso esencial para hacer frente a tal complejidad, en la que hasta el mínimo detalle puede tener un impacto exponencial en la cuenta de resultados, en el éxito o la supervivencia de un retailer.
Y muchos de los lectores se estarán preguntando cómo exactamente puede ayudar esta tecnología a la industria. La respuesta está en la previsión y la optimización de procesos.
Una mejor previsión permite no solo una mejor perspectiva de las ventas, pero también la capacidad de anticiparnos a posibles interrupciones en el suministro. Cuanto más control tenga el minorista sobre su oferta y lo que va a vender, mayor capacidad tendrá para anticiparse a los acontecimientos para tomar mejores decisiones.
Según los datos extraídos del estudio más del 66% de los ejecutivos entrevistados opinan que mejorar la previsión es necesario. Reconociendo que un 88% del sector de la distribución tiene retrasos en las entregas en alguna ocasión, el 97% ha sufrido situaciones de roturas de stock y el 94% admite que la demanda ha variado considerablemente. Por todo ellos una mejor previsión de la demanda es necesaria para poder optimizar los procesos de distribución, almacenaje y producción
Los datos son el combustible que hacen que nuestro negocio siga la ruta que queremos. No olvidemos que los retailers disponen de una cantidad ingente de datos muy relevantes y detallados: las tarjetas de fidelización, flujo de caja, datos de tienda, así como los de logística y proveedores. Por ser gráficos, desde el punto de vista de la analítica, los comercios minoristas están sentados sobre una mina de oro de datos, a la espera de ser explotados. Por lo general, la mayoría de ellos solamente están en la fase inicial a la hora de obtener todo su valor.
La clave para la atracción y retención del consumidor
Sacar el máximo rendimiento de los datos que tenemos no tiene otro resultado que la mejora de nuestra relación con los clientes. La personalización es el enfoque más importante en nuestra interacción, porque los consumidores buscan experiencias relevantes en todos los canales. Es una disciplina que aquellas empresas más inteligentes y avanzadas aprovechan para construir una relación basada en la lealtad y la confianza.
“Un 88% del sector de la distribución tiene retrasos en las entregas en alguna ocasión, el 97% ha sufrido situaciones de roturas de stock y el 94% admite que la demanda ha variado mucho”
No es de extrañar que el 71% de los clientes esperen un enfoque personalizado por parte de las marcas y que los minoristas que más crecen gestionen más del 40% de sus ingresos de este modo (McKinsey: Informe Next in Personalisation 2021). Como resultado, muchos retailers están profundizando en el concepto de "CDP - Plataforma de Datos de Clientes" para crear su propia visión de 360º de los clientes basada en la IA, creando recorridos y ofreciendo una personalización contextual de forma sostenida. En SAS tenemos un largo historial de éxitos en la personalización omnicanal en tiempo real y múltiples sectores. Hace tiempo que apoyamos a la gran mayoría de los minoristas internacionales en este nuevo y rápido camino de transformación.
En resumen, la fórmula para hacer frente a acontecimientos que provocan importantes trastornos en las cadenas de suministro, como la Covid o la guerra, es una mezcla de perseverancia y resistencia.
La resiliencia del comercio minorista de la que tanto hemos hablado en los dos últimos años tiene que estar acompañada de una gran agilidad y esperanza. Agilidad para superar los obstáculos y repensar los modelos, reaccionando en tiempo real gracias a la innovación y al tratamiento de los datos con la esperanza de liderar con firmeza el negocio en un mundo más sostenible. Esto permitirá el desarrollo de un modelo productivo que concilie el beneficio y la sostenibilidad del negocio, permitiendo a los retailers estar cada vez más conectados a las personas, convirtiéndose incluso en un barómetro de la sociedad moderna.
Aquellos que están mejor preparados son los primeros salir de las crisis, pues tienen la capacidad de anticiparse a lo que está por suceder. Y en esta línea, el gran valor que añade SAS es que, a partir del tratamiento de datos -históricos y presentes- y su análisis, somos capaces de desarrollar modelos que generan escenarios alternativos apoyados en las tendencias y comportamientos de los consumidores y mercados. Para estos escenarios también se tienen en cuenta diversos factores macro y microeconómicos externos -estacionalidad, clima, inseguridad, coste de las materias primas o transporte-, así como la evolución tecnológica y los cambios de paradigma de la sociedad.
Pero con esto no pretendemos reemplazar a los protagonistas de la industria del retail, sino apoyar, curar y automatizar los datos para hacer más fácil la toma de mejores decisiones.
*** Antonio Calvo, Head of Retail & CPG en SAS