Me llamo María, tengo tres hijos, 27 sobrinos y soy una pádel victim.
Dejé mi carrera corporativa hace 11 años cuando me di cuenta de que no me llenaba lo que hacía. Quería dedicarme a algo que, para mí, tuviera sentido y, sobre todo, tuviera impacto.
Monté mi startup, Womenalia, mi sueño. Hoy, 11 años después, tengo más claro que nunca que el propósito es el eslabón más importante para impulsarte como profesional y, sobre todo, para tener un porqué y un para qué cada día que te levantas.
En mi caso, somos una pyme de impacto social, nuestro propósito es ayudar a crecer profesionalmente a las mujeres emprendedoras. Aunque no se lo crean, todavía existe mucha desigualdad, más de la que se pueden imaginar.
Sin querer desviarme del tema de esta tribuna, sí me gustaría recordar que hay miles de datos que demuestran el valor añadido de implementar estas estrategias. Según la Organización Internacional del Trabajo, la productividad se incrementa un 18% cuando tienes equipos diversos en todos los estamentos de la empresa.
Me levanto todos los días pensando en mi propósito y trabajo para que este suceda. Quiero dejar un mundo mejor donde mi hija Carlota y el resto de mis 13 sobrinas tengan las mismas oportunidades que los otros 14 varones.
Lo que he aprendido en estos años como emprendedora es que si el líder no tiene un propósito que sienta, pelee, sepa transmitir y lo contagie, perderá a gente con mucho talento por el camino. No es fácil encontrarlo y cuando se encuentra hay que construirlo, mantenerlo y, como si esto fuera poco, conseguirlo.
Los proyectos, lo negocios, las empresas son como una cadena, y el propósito es lo que une, es el eslabón final. Si un eslabón no sujeta bien la cadena, esta se rompe. Los eslabones son el equipo, l*as ventas, la innovación, la sostenibilidad, los colaboradores, la tecnología, etc.
Seguro que te ha pasado en alguna ocasión y reconoces esta cadena. Creas el plan del proyecto para ver las necesidades, los requerimientos, asignas el equipo y sus responsabilidades. Te planificas hasta el más mínimo detalle enumerando las actividades, indicas las fechas de inicio, de fin, realizas el seguimiento. Lo aderezas con unas buenas herramientas, datos, un buen chorro de ilusión, esfuerzo y dedicación, y parece que esta cadena tiene todo su sentido. Si, además le añades el otro eslabón estratégico, que es contar con un equipo competente, ilusionado y con buena actitud, está claro que va a ser un éxito.
Pues no, la vida no es tan sencilla y, aunque sigas los pasos, no todo va a salir bien. Ojalá fuera más fácil. Muchas veces se complica por motivos que era imposible tener en nuestro radar, como las crisis económicas, la pandemia, la guerra, etc. Hacen que todo se tambalee y puede llevarnos por delante.
Te podrás caer 100 veces y, como dicen, lo malo no es caerte, si no levantarte 101 y que el equipo te siga. Levantarte es, además, una herramienta clave para la captación y retención del talento, más si cabe hoy con la 'gran renuncia' que ya ha llegado a Europa.
Si tienes un propósito por el que levantarte todos los días para entender por qué haces lo que haces, te levantarás las veces que haga falta. Al final, ¿sabes cuál es tu propósito en la vida? ¿Y el de tu empresa?
*** María Gómez del Pozuelo es directora y fundadora de Womenalia.