España es un país en transición, cada vez más preparado para que las mujeres puedan emprender. Hoy por hoy, cuenta con cofundadoras y CEOs reconocidas internacionalmente. Sin embargo, los datos de representación de mujeres en el ecosistema startup de un informe de South Summit indican que sólo el 19% de emprendedores de empresas tecnológicas son mujeres y que únicamente el 39% de empresas emergentes cuentan con una socia en su equipo cofundador. Un dato que demuestra que todavía queda mucho recorrido.
Entre los principales retos a los que se enfrentan las mujeres a la hora de emprender están el acceso a financiación temprana, la falta inicial de ingresos, el marco legal y la escasez de visibilidad.
Hace casi un año y medio que comenzó mi deseada aventura como emprendedora en un All Start Up organizado por la incubadora Demium, y no puedo estar más satisfecha con la decisión que tomé. Lo cierto es que no ha sido un camino fácil, pero sí muy gratificante. La resiliencia, la constancia y la toma de decisiones han sido clave para el éxito. Tuve la oportunidad de formar un equipo cofundador liderado por dos mujeres, Magdalena Gajda (CMO) y yo misma.
Entre mis desafíos a título personal destacaría el mantener la fortaleza emocional en todo momento, por la empresa y por tu equipo. Esto es algo que la CEO debe transmitir y puede ser difícil por el entorno tan cambiante de una startup, en el que un día todo es una maravilla y al día siguiente puede caerse el sistema.
Estar incubados en Demium nos ha permitido adquirir visibilidad a través de iniciativas que se han llevado a cabo para promover el talento femenino en las startups tecnológicas. El tener una representación dominante en puestos ejecutivos ha permitido adoptar un estilo de liderazgo empático, comunicativo y colaborativo, el cual se ha reflejado en nuestra cultura empresarial y en los resultados.
Siempre he creído firmemente en la tecnología como palanca para aportar mejoras al cambiante ecosistema empresarial. Uno de los mayores retos está en la labor que supone formar a las empresas para transformar las formas en las que actualmente se trabajan, y aumentar su eficiencia. Además, esto supone la eliminación de barreras en cuanto a género, edad y geografía para poder centrarse únicamente en las capacidades y resultados del profesional.
A pesar del importante componente tecnológico impulsado por la inteligencia artificial, es esencial la empatía, una alta orientación hacia los clientes y la fidelización de estos para poder construir una solución innovadora, on demand y humanizada que derivase en una experiencia rápida, fácil y personalizada.
Actualmente, es importante mantener un ratio femenino de al menos el 50%, no solamente en los departamentos de marketing y ventas sino también de ámbito tecnológico. Apuesto por este planteamiento ya que uno de los elementos que aumentan la brecha de género es la falta de referentes. Para que haya más mujeres con la ambición de emprender es fundamental visibilizar a las mujeres en el emprendimiento o intraemprendimiento innovador.
Otra de las piezas clave para el crecimiento de cualquier startup es la obtención de capital. Un proceso continuo y de largo plazo en el cual la estrategia, la comunicación y las relaciones interpersonales con los inversores, cualidades asociadas al liderazgo femenino, suelen marcar la diferencia. Según diversos informes de Harvard, los inversores prefieren proyectos liderados por hombres, consiguiendo estos más inversión.
La plataforma Crunchbase respalda esta información con un dato de 2020, donde las startups lideradas por mujeres sólo recibieron el 2,3% de la financiación de capital riesgo en el mundo. Según mi experiencia, creo que la situación está cambiando, ya que un gran porcentaje de venture capitalists valoran muy favorablemente el protagonismo de mujeres en puestos directivos y BCG puntúa que las empresas lideradas por mujeres obtienen mejores resultados.
En mi caso, en tan solo unos meses de vida, hemos podido recibir una ronda preseed por parte del fondo partner de Demium, en la que se ha valorado principalmente la presencia de mujeres, la ambición, la determinación, la diversidad cultural y una buena combinación de formación y capacidades.
Estar ubicados en Valencia, también llamada el ‘Silicon Valley’ del mediterráneo, ha sido un plus. Es uno de los ecosistemas innovadores más potentes en Europa, especialmente en el campo de nuevas tecnologías como big data, machine learning o inteligencia artificial, donde se encuentra Talentomnia.
Mirando atrás, veo que ha sido un trayecto con muchos obstáculos, pero con un aprendizaje constante. Hay todavía muchísimo que aprender, pero cada ‘no’ te ayuda a convertirte en tu mejor versión y en un emprendedor más consciente. Para mí, estos meses han sido como hacer un MBA a una velocidad extrema.
*** Andrea Montoliu es CEO de Talentomnia.