La asesoría empresarial es un sector que ha experimentado una profunda transformación en los últimos años, gracias al uso de la tecnología. Muchas firmas apostaron en los últimos años por los canales digitales, permitiendo a empresas y autónomos gestionar su actividad de forma eficiente, rápida y a un coste más reducido. Sin embargo, la oferta de asesorías online ha ido en aumento, por lo que la innovación en este ámbito ya no se centra exclusivamente en la digitalización de los servicios.
En esa búsqueda por la diferenciación, algunas compañías, como Ayuda T Pymes, han diseñado una estrategia de integración de asesorías presenciales, para reforzar la relación con sus clientes y ofrecer una atención personalizada y cercana.
Según Alfredo Pérez Guerrero, CEO de Ayuda T Pymes, "el futuro del sector pasa por el reencuentro con un emprendedor que no se conforma con una relación distante, aunque sea efectiva, con su asesor". De esta forma, la tecnología se convierte en un complemento a la hora de ofrecer asesoramiento, en lugar de ser el único factor diferenciador.
Para llevar a cabo esta estrategia, la compañía que nos ocupa ha llegado a acuerdos con distintas asesorías y despachos locales para integrarlos en su red y ofrecer un servicio de atención mixto, que combine la atención online con la atención presencial. Según Pérez Guerrero, "la tecnología puede aportar muchísimas ventajas, pero debe ir acompañada de una buena dosis de humanidad. Aunque hayamos conseguido una comunicación más que fluida a distancia, el cara a cara es muy valorado por los emprendedores".
El modelo de integración es novedoso, ya que no se trata de comprar otras asesorías o despachos presenciales, sino de entrar a participar en un porcentaje de su negocio y ayudarles a crecer con los recursos de la empresa. De esta forma, las oficinas presenciales ganan músculo financiero y con la tecnología de la firma digital, mientras que no pierden nuevos clientes que soliciten servicios que no podían ofrecer antes.
Con alrededor de 15.000 clientes, la empresa cuenta actualmente con oficinas en varias ciudades españolas y prevé triplicar su presencia en el territorio español en 2023.
La crisis y las pymes
Si nos centramos en la preocupante situación de los autónomos y de las pymes, ¿Cómo creéis que va a afectar al sector la tremenda crisis de inflación que atraviesa Europa?
Los emprendedores ya se están viendo afectados. La inflación no es un problema cuando el poder adquisitivo de la población crece en consonancia. Por desgracia no es lo que está ocurriendo.
Además, la presión fiscal y normativa está ahogando cada vez más a los autónomos y las pymes, que se convierten una y otra vez en el blanco fácil del afán recaudatorio de la Seguridad Social y Hacienda.
Hay que dejar clara una cuestión: los problemas de los autónomos y las pymes nada tienen que ver con los de la gran empresa. Puede que un banco o una gran aseguradora consigan un gran beneficio en los peores momentos, pero no sucede así con los negocios más pequeños, que son la mayoría y los que sostienen de verdad el tejido empresarial del país.
Continuando con la crisis, desde que empezó el 2023 se han perdido 17.300 autónomos y 10.000 empresas, según los datos de la propia Seguridad Social. ¿Cómo de dramáticas son estas cifras? ¿Creéis que esta situación puede remontar y mejorar a lo largo del año?
Más que las cifras preocupa más la tendencia, ya que 2022 tampoco fue un año en positivo. El punto de inflexión llegará, porque son ciclos y los autónomos y Pymes son necesarios para cualquier economía, y más en una como la nuestra que no tiene su mayor fuerza en los datos del empleo por cuenta ajena.
Emprender es la única forma de conseguir un futuro económico sin depender de las decisiones de otros. No es fácil, por supuesto, pero el premio es más que goloso cuando se consigue consolidar un negocio. Merece la pena.
Lo que necesitan tanto los autónomos como las pymes son menos obstáculos para alcanzar la fase de consolidación. No debemos permitir que tantos proyectos empresariales caigan en los primeros años por circunstancias ajenas a su esfuerzo y buen hacer.