El año 2022 fue inextricable para las grandes compañías tecnológicas, en el que el paroxismo vivido durante la pandemia dejó paso al natural aterrizaje en la realidad. Un curso en que la inmensa mayoría de ellas vivieron un dramático descenso en sus cotizaciones bursátiles que, en última instancia, desembocaron en una sucesión de despidos sin parangón desde el estallido de la burbuja 'puntocom'. Sólo un par de multinacionales se salvaron de esta situación. Una de ellas es Oracle.
La firma fundada por Larry Ellison pasó por su particular via crucis hace una década, cuando llegó tarde al salto a la nube y con una propuesta de valor muy cuestionada por el mercado. El fallecimiento de Mark Hurd, elegido para comandar la enseña junto a Safra Catz, y la salida de directivos clave no fueron buenos presagios para el futuro de esta icónica referencia de las bases de datos y el software empresarial.
Sin embargo, el lanzamiento de una segunda generación de su propuesta 'cloud', basada en la automatización de tareas como el parcheo, una sucesión de compras exitosas (como la sanitaria Cerner) o la integración de NetSuite (orientada al segmento pyme) cambiaron las tornas por completo. En el último trimestre del pasado año -correspondiente al segundo trimestre de 2023 en su intrincada contabilidad-, los ingresos de Oracle crecieron un 18%, hasta los 12.300 millones de dólares, de los que 3.800 corresponden a su negocio 'cloud' (+43%).
El "mejor momento que hemos tenido", en palabras de su máximo responsable en España -Albert Triola-, que también tiene su réplica en el comportamiento de la filial en nuestro país. En entrevista con D+I, Triola confirma que el rendimiento de la compañía ha ido parejo a los datos globales, sin confirmar si el crecimiento también ha sido de doble dígito. "Digamos que en España seguimos ayudando a las compañías a dar ese salto innovador para ser más competitivas y vemos que todas las líneas de negocio están creciendo", responde el directivo.
Causa o consencuencia de ese devenir, Oracle lanzó en 2022 su propia región de datos en España, apoyándose en servicios de colocation y en una potente alianza con Telefónica. Una propuesta para facilitar la migración de cargas de trabajo a los entornos en la nube que Triola considera una buena prueba del potencial de nuestro país en el ecosistema de la multinacional, pero no un elemento trascendental para los decisores de compra a la hora de dar el salto al 'cloud'.
"Al final cada empresa piensa en su negocio y en su practicidad, encuentra las alternativas que mejor le encajan. Para algunos puede ser estar en nuestra nube en España, pero otros pueden optar por su caso de uso en otra ubicación. A nosotros nos da lo mismo", explica el ejecutivo, quien pone como ejemplo de esas necesidades particulares la conexión física entre doce centros de datos de Oracle y Microsoft para la oferta conjunta de soluciones en la nube con muy poca latencia a la hora de consumir información de uno u otro proveedor. Triola reconoce no contar con datos sobre si esa conexión se realizará también en nuestro país cuando Microsoft abra este curso sus tres CPD en la Comunidad de Madrid.
Lo que sí está confirmado es el lanzamiento de una nueva región de datos soberana en España a lo largo de este 2023. Albert Triola ríe al ser preguntado por la fecha exacta de dicho anuncio, pero se atiene al manual del buen portavoz para evitar concretar. Pero sí defiende la utilidad y el valor diferencial de esta propuesta, que se desplegará también en Alemania, para facilitar el salto a la nube "a las empresas y organismos en entornos regulados, con una plataforma a la que solo puedan acceder ciudadanos europeos y que está desconectada del resto de nubes de Oracle".
Para la configuración de esta región de datos soberana, Triola admite conversaciones con la Secretaría de Estado de Digitalización e IA, con Red.es o con el Ministerio de Defensa: "Nos hemos sentado con distintos organismos para comprobar con ellos que cuando montemos esta región cumpla con sus expectativas a la hora de mover esas cargas de misión crítica en estos entornos de banca o Administración Pública".
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Telefónica, Mapfre, Naturgy, Cofares... Son numerosos los clientes patrios a los que Triola dedica lisonjas. Entre ellos hay una enorme variedad de aproximaciones a la nube, desde los que han saltado con su software -como el ERP- e infraestructuras a los entornos públicos, los que lo han hecho con una de las dos capas o los que han apostado por modelos intermedios en los que la nube se despliega dentro del centro de datos del propio cliente. También otros que la usan incluso sin saberlo, a través de servicios de marca blanca ofertados por el canal de distribución e integradoras.
Pero ¿hasta qué punto están las empresas españolas abordando procesos de transformación de su ERP, su corazón financiero y operativo, normalmente en manos de la germana SAP?
"Estamos viendo muchos clientes que nos piden piezas que rodeen a su entorno actual de planificación financiera, ya sea en la gestión de personal, de logística y transporte... Nuestra tecnología les permite interactuar mejor con otros sistemas y con sus propios equipos, estar más alineados con la sostenibilidad...", indica Albert Triola, quien no pierde ocasión de sacar pecho de la capacidad técnica de su propio ERP frente a sus rivales: "En nuestra propia multinacional, podemos hacer el cierre contable en nueve días, completamente auditados. Esto no va simplemente de quién es más rápido, sino que esto nos permite ser más eficientes, más ágiles a la hora de tomar decisiones y tener una foto fija lo más veraz posible".
La inteligencia artificial embebida en su plataforma es fundamental para lograr ese resultado, ya no sólo entendida como la automatización y minimización de cargas humanas en la trastienda del ERP, sino también como elemento diferenciador a la hora de hacer previsiones de ventas o de simular diferentes entornos empresariales. Unas funcionalidades que se van incorporando en sucesivas actualizaciones cada 90 días en el caso del ERP de la propia Oracle y de 120 días en el de NetSuite, que en nuestro país ha calado en startups y pequeñas empresas como la malagueña FreePik.
Lo que todavía no se ha notado demasiado en el mercado español es el resultado de la compra milmillonaria de Cerner. Esta empresa, especializada en la gestión de datos en el entorno sanitario, permitirá "que el ciudadano sea propietario de su historial médico y que éste viaje consigo, pudiendo además usar todos esos datos para identificar posibles riesgos en un determinado país o región", en palabras de Triola. Por el momento, Cerner y Oracle siguen operando de manera diferenciada en España, pero el directivo de la última se muestra convencido del potencial que esta operación tiene "para posicionar a Oracle en un entorno donde prácticamente no se ha invertido tanto como en otros verticales".
Sin despidos... por el momento.
El buen momento vivido por Oracle en 2022 y su correspondencia en los parqués han evitado que la multinacional estadounidense haya anunciado ningún plan de ajuste de su plantilla hasta el momento, a diferencia de la inmensa mayoría de sus rivales. En España, la compañía da empleo a 1.900 personas entre sus oficinas centrales de Madrid, el centro de I+D de NetSuite en Barcelona y el hub internacional de Málaga.
Preguntado por D+I acerca de posibles movimientos en la línea del resto de empresas del sector, Albert Triola ni confirma ni desmiente que pueda haber algún plan de despidos en el horizonte próximo. El directivo se limita a contestar que Oracle "estará escuchando al mercado, estando cerca de los clientes y adaptándose a medida que el mercado vaya evolucionando".