No hay duda de que 2020 ha sido un año complejo para cualquier empresa, independientemente de su tamaño y sector. La covid-19 se ha convertido en la principal preocupación para todas ellas.
En el caso de las medianas, siete de cada 10 reconocen que es su mayor inquietud, según el informe ‘La situación de las empresas medianas españolas y la TI en 2021’ realizado por IDG junto a Dell Technologies e Intel. Indudablemente no es la única.
Las circunstancias y necesidades de este tipo de compañías –con entre 100 y 499 empleados– son diferentes a las que tienen la mayoría de las pequeñas empresas, aunque las suelen aunar bajo el epígrafe “pymes”, y las alejan por volumen de gestión de personal de las grandes corporaciones.
Entre los retos que tienen por delante para los próximos meses figuran, tal y como recoge el citado estudio, la necesidad de emprender o continuar con la expansión hacia otros países (33 %), la concurrencia de nuevos competidores y startups en un mercado cambiante (30 %), el objetivo de crecimiento del negocio (28 %), el estado de la macroeconomía (28 %) o los problemas de flujo de caja que la crisis está provocando en el plano financiero (26 %).
Asimismo, existen otros factores que, sin ser nuevos, añaden mayor dificultad al entorno en el que se desenvuelven los negocios. Mencionan la creciente presión de las normas y regulaciones (24 %), la atracción y conservación del talento (23%), el desarrollo incierto del Brexit (21 %) o el nuevo horizonte que se abre con las iniciativas relacionadas con la eficiencia energética, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o la sostenibilidad (20 %).
Tecnología para incrementar la seguridad y cambiar estrategias
La encuesta, para la que se han realizado 1.540 entrevistas en 13 países (135 en España), también señala cómo se está modificando el enfoque que están dando las empresas al empleo de las tecnologías de la información (TI) para hacer frente a los futuros cambios derivados de la pandemia.
El 79 % de los encuestados cree que su uso las convertirá en más creativas y competitivas. La percepción es “bastante buena” (50 %) o “muy buena” (29 %), si bien lamentan las limitaciones que se derivan de las restricciones presupuestarias para tener las mismas oportunidades que las grandes empresas.
Las empresas españolas no han sido una excepción a la hora de sufrir las consecuencias del entorno que está dejando la pandemia. En su caso, reconocen que están empleando las TI, sobre todo, para mejorar la seguridad. De hecho, el documento de IDG recoge que cuatro de cada 10 ya están realizando movimientos en este sentido, muchas de ellas tras haber sufrido un ataque.
Entre las razones está el aumento del teletrabajo y el hecho de que muchos trabajadores móviles no disponen de las herramientas necesarias para hacer frente a las amenazas. Como consecuencia, se ha registrado un incremento en actividades como la suplantación de identidad móvil (30 %), el spyware (27 %) y el ransomware (25 %), junto con una violación de las normas en materia de protección de datos y privacidad (21 %).
El mismo número –cuatro de cada 10 empresas– está pensando en llevar a cabo planes de modernización empleando la tecnología como elemento catalizador. Se plantean cambios progresivos en sus estrategias con el objetivo de buscar nuevas oportunidades y mejorar su posición en el mercado.
Para ello, las empresas españolas creen que las tecnologías que más ayudarán serán la inteligencia artificial (30 %) y el análisis de datos (32 %). Aunque por delante se colocan el internet de las cosas (35 %) y el 5G (34 %), un dato este último que resulta llamativo por tratarse de una tecnología para usuarios pioneros.
No obstante, ocuparon el último lugar a la hora de ver oportunidades en la nube pública (21 %), lo que sugiere que, al igual que en muchos países, se prefieren las nubes privadas como una alternativa que permite conservar el control.