En 2015, Naciones Unidas adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible: un llamamiento universal para poner freno al cambio climático, combatir la pobreza y las enfermedades a escala global y buscar una mayor igualdad, especialmente para mujeres y niñas. Un plan, distribuido en 17 grandes bloques de actuación, que tiene como marco temporal 2030.
Ciudadanos, gobiernos y empresas se han ido alineando, con mayor o menor fuerza, a esta hoja de ruta que, sin embargo, ha sido una de las grandes damnificadas por la pandemia, una cierta falta de concienciación social y una palpable escasez de recursos públicos encaminados a acelerar la transición ecológica y el fomento de la economía circular, dos de los principales hitos de los ODS.
Así ha quedado patente en la mesa redonda organizada por D+I - EL ESPAÑOL con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, y en la que han participado los líderes del Pacto Mundial de la ONU en España, Bodegas Ramón Bilbao, Dell Technologies y la Universidad Carlos III de Madrid.
"Los efectos de la covid-19 han sido destructivos para los Objetivos de Desarrollo Sostenible", reconoce Vanesa Rodríguez, directora de Comunicación y RRII del Pacto Mundial de la ONU en España. En opinión de esta experta, Europa ha hecho importantes avances en el área laboral, en especial en la igualdad de salarios de las mujeres trabajadoras, pero los esfuerzos han sido "tímidos e insuficientes en torno al clima y la biodiversidad".
Rodríguez cree que, más allá del parón que supuso la pandemia, también se puede explicar el retraso en la aplicación de políticas y medidas de sostenibilidad por una "falta de ambición causada por el plazo tan largo, de quince años, que teníamos por delante". Una sensación agridulce que se busca remediar con la Gran Cumbre del Futuro, que se celebrará el próximo año, y con la que se busca "ganar en velocidad y empuje" a estos objetivos globales.
Según los datos del Pacto Mundial de la ONU (al que están adheridas 1.500 empresas y creciendo, "debido a la avalancha normativa y la presión de los mercados"), nueve de cada diez compañías españolas ya están acometiendo acciones en favor de los ODS. Asimismo, un 30% de las organizaciones en España está formando a sus plantillas en sostenibilidad, por otro 51% que está implantando medidas en economía circular, ecodiseño y revisión de la vida útil de sus productos.
"Debemos poner a las personas en el centro, porque son ellas las que moverán a su vez a las empresas. Y abordar con agilidad, optimismo y rapidez los cambios normativos, con apoyo económico para las pymes", anticipa Vanesa Rodríguez.
De la legislación a sentirnos parte del planeta
La legislación como motor y freno, en una dualidad insostenible. Coincide en esa visión Alberto García Peñas, director del nuevo máster de Ingeniería Circular de la Universidad Carlos III: "A día de hoy, a nivel europeo, nacional y autonómico hay mucha legislación en términos de sostenibilidad y neutralidad de carbono. Pero toda esa legislación tiene que llegar a la sociedad y debe comenzar por el tejido empresarial".
En opinión de este profesor, debemos "aunar esfuerzos en temas como la desigualdad económica e igualdad. Al caer la economía, han caído los puestos de trabajo y eso ha impactado en estos aspectos. Es difícil llegar a cumplir los plazos de los ODS, si lo vemos exclusivamente desde la perspectiva de la pandemia y la economía global, pero hay que buscar nuevas fórmulas para alcanzarlos".
García Peñas considera que es fundamental contar con "gente formada, concienciada y preparada para afrontar este cambio", a lo que ofertas formativas como las de la UC3M pueden contribuir definitivamente. Lo mismo sucede con la apuesta por las energías renovables o el ecodiseño en procesos industriales, que requiere de un esfuerzo "en investigación y desarrollo para dar salida desde el punto de vista tecnológico a las necesidades que van surgiendo como consecuencia de esta transición".
No en vano, critica el experto de la Universidad Carlos III de Madrid, la formación en que todos nos hemos criado se basa en la economía lineal, "en que todo tiene un inicio y un final, de la materia prima a los residuos. Pero debemos cambiar el prisma y darnos cuenta de que la economía circular no viene a sesgar nuestra calidad de vida, sino a mejorarla".
En esa línea de concienciación, Alberto García Peñas sentencia que "Europa se tiene que plantear que la sostenibilidad es buena para el planeta, pero también que nosotros somos parte del planeta. Por ello tenemos que ser elementos funcionales y continuos, respondiendo a la definición de la economía circular".
La tecnología como habilitador
El papel de la tecnología en la búsqueda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es dual. Por un lado, es responsable de alrededor del 2-3% de las emisiones globales. Por otro, es un elemento fundamental para reducir el 98% restante, digitalizando y mejorando los sistemas de producción existentes.
En ese sentido, Nacho Martín, director de Canal de Dell Technologies en España, denuncia como sus compañeros de mesa una cierta "falta de compromiso y concienciación, por más que se divulgue la urgencia climática, pese a que llegue una nueva generación más comprometida, que lleva a que no todos los países ni todos los agentes sociales vayan en la misma dirección o con el mismo ritmo".
El directivo de Dell Technologies reconoce que los retos de sostenibilidad son complejos, porque requieren "la coordinación de muchos elementos y agentes, así como abordar la brecha social al acceder a los recursos necesarios para afrontar la resistencia al cambio de modelos, sistemas productivos y hábitos".
Nacho Martín pone como ejemplo lo que ha sucedido con el teletrabajo en la pandemia, en relación a los ODS vinculados al ámbito laboral. "Vemos cómo se implantó sin mucho sentido común, ahora nos toca consolidarlo, securizarlo y enmarcarlo en un contexto híbrido... ni todo en remoto ni todo en oficina", detalla.
En sus palabras, "las inversiones en tecnología son las que nos permiten seguir avanzando". Y para ello predica con el caso de la propia Dell Technologies, que atesora una agenda para 2030 que incluye medidas como "un compromiso para que reciclemos un producto similar por cada nuevo que vendamos, el uso de embalajes 100% reciclables o renovables -con los que ya hemos ahorrado 200.000 kg. de plástico-, cero emisiones netas de carbono y el uso de un 50% de componentes electrónicos reciclados o reciclables en nuestros productos", añade.
Los ODS en el sector 'agro'
Del sector tecnológico al ámbito agroalimentario, uno de los más pegados a los retos medioambientales por su propia actividad. "Vivimos del campo, sabemos que el cambio climático es real y tenemos que tomar acción", defiende Sara Bañuelos, directora técnica de Bodegas Ramón Bilbao Rueda.
La experta pide en la mesa redonda de D+I - EL ESPAÑOL "interiorizar qué es eso de la sostenibilidad, cómo cambiar nuestra forma de pensar y nuestros modelos productivos y procesos". Una transformación que se materializa en cambios estructurales y de la organización, "con inversiones que tienen resultados a largo plazo, exponenciales pero en el horizonte de 2030 por lo que toca esperar".
Las Bodegas Ramón Bilbao llevan tiempo trabajando en certificaciones de sostenibilidad, en la reducción del consumo energético y la implantación de placas solares en todas sus plantas. También en la adopción de medidas de formación interna para crear conciencia, dentro del sector y de cara a los propios empleados con su iniciativa 'Empresa Consciente"
"Hemos solicitado ser miembros de International Wineries for Climate Action, para poner en común a todos los miembros del sector vinícola, con Australia o Nueva Zelanda como referentes, y así seguir mejorando y compartiendo experiencias", explica Sara Bañuelos.
En su caso, son varias las iniciativas punteras que sitúan a Bodegas Ramón Bilbao al frente de esta lucha. Por ejemplo, su bodega de Rueda se construyó "pensando en la economía circular, siendo la más nueva desde el punto de vista tecnológico y de diseño. Además, pensando en una sostenibilidad que sea rentable". O en torno al gran Talón de Aquiles del sector: el vidrio que se usa en las botellas. Ahí, su empresa ha ido incorporando recipientes con menos gramaje.