El abaratamiento de la tecnología ha hecho que ya sea posible conectar cualquier objeto a internet y dotarlo de inteligencia. Máxime conforme las redes 5G están posibilitando velocidades y latencias que facilitan nuevos caos de uso, incluso en entornos críticos.
A estas alturas, está fuera de toda duda que el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) ha otorgado beneficios tangibles al consumidor, mejorando su vida y experiencias en el hogar y fuera de él.
En su actual estado de madurez, ha llegado el momento de trasladar las ventajas del IoT a la empresa, ya sea en sectores como el retail, para ofrecer experiencias multicanal mucho más personalizadas a los usuarios; en la industria y la logística, posibilitando operaciones más ágiles y automatizadas; así como en el sector público, construyendo ciudades más inteligentes.
Para analizar el momento actual de esta cada vez mayor red de dispositivos conectados, D+I ha organizado el encuentro ‘La descentralización de la computación: el camino hacia el IoT y el edge’.
Una mesa redonda que ha contado con la participación de representantes de Cisco, IBM, Schneider y Vodafone.
“En el traslado del IoT al mundo industrial, las empresas son conscientes de la importancia del edge computing para implantar, por ejemplo, procesos de mantenimiento predictivo y, en consecuencia, reducir tiempos de parada. Pero muchas de ellas están en un paso previo, la digitalización industrial y, en concreto, abordando aspectos de ciberseguridad industrial”, introduce Rocío Dantart, Industrial IoT Sales Specialist Leader, EMEA en Cisco.
Un punto de entrada sobre el estado de madurez del IoT en la empresa española sobre que Eduardo Argüeso, EMEA Telco & Media Industry Leader en IBM, recuerda que el IoT se implantó para automatizar procesos y, a partir de ahí, reducir costes. “Ahora estamos en otro gran momento: llevar esas mejora a otras áreas de negocio para resolver modelos específicos de cada industria y de cada proceso, que ayuden en la toma de decisiones”.
En la conversación sale a colación una de las particularidades del tejido empresarial de nuestro país con compañías que en el 99% son pymes. “Las empresas españolas son conscientes de que tienen que digitalizarse, pero para ella hay que tener un plan bien dimensionado y las pymes tienen dificultades para abordarlo porque les supone un desembolso importante. De ahí que en España se esté creciendo a un ritmo más lento que países como EEUU en IoT y edge computing”, señala Ramón Rodríguez, Data Center Solution Architect en Schneider. “De todos los datos que se generan, solo se aplica analítica el 6-7% de ellos, por lo que aún queda mucho margen para avanzar”.
Por su parte, Cristina Izquierdo, Manager IoT Sales en Vodafone, en línea con Rodríguez, admite la gran presencia de pymes en nuestro país, pero también deja patente que “es un tejido muy innovador dentro del entorno europeo y los proyectos son más sofisticados que si se trataran de grandes compañías”. También recuerda que “el IoT no es algo nuevo, viene del machine to machine, pero ahora ha sofisticado sus aplicaciones”.
Barreras para su implantación
Como toda tecnología en proceso de adopción, el IoT y el edge computing en el entorno industrial y empresarial han de superar barreras que requieren de tiempo y técnica. En el caso que nos ocupa, con la conectividad ya solucionada, gracias al despliegue de las redes 5G y otros habilitadores, como el wifi 6, el principal reto al que se enfrenta el mercado es el de la ciberseguridad.
“El 55% de las empresas no tienen constancia de qué elementos tienen conectados a sus redes”, advierte Rocío Dantart, de Cisco. “Elaborar un mapa, especificar cuáles queremos tener conectados y de qué manera se comunican, es el primer proceso en el edge computing para evitar la propagación de ataques a través de la creación de redes que permitan aislar esos elementos. La ciberseguridad industrial es un claro ejemplo de Edge Computing, procesando el tráfico y ejecutando la seguridad en el extremo de la red. Una vez que tenemos visibilidad del proceso industrial, podemos segmentar las redes para evitar la propagación de ataques y amenazas”.
“En segundo lugar, hay que alojar ese proceso en un servidor para detectar fallos en la producción y, finalmente, normalizar y tratar los datos recogidos en el edge según su procedencia y en función de unas reglas que se trasladan a la nube”, añade.
Un procedimiento en lo que están de acuerdo todos los asistentes al encuentro y al que Argüeso, de IBM, añade que “Hay que saber qué hay que controlar, segmentar los elementos y así poder detectar las irregularidades. Si vas construyendo una plataforma en pequeñas lochas, vas troceando tus necesidades de inversión sobre las que construir los casos de uso”.
Por su parte, Rodríguez, de Schneider, lo resume en una frase: “En ciberseguridad, divide y vencerás”. “Cada vez se emplea más sensórica para cualquier tipo de proceso. No sólo se emplean datos para implantar modelos de mantenimiento predictivo, también en optimizar la infraestructura y reducir los costes operativos”.
Junto a la barrera de la ciberseguridad, Izquierdo, de Vodafone, añade tres más: “La falta de estandarización, que impide que vayamos más rápido en la implantación; la regulación, que determina la escalabilidad de las soluciones; y la escasez de talento, con dificultades para encontrar perfiles con experiencia en el mundo edge y de la conectividad”.
Toma de decisiones en el ‘edge’
El potencial del IoT y el edge queda patenta con la puesta en común de su aplicación en diferentes casos de uso. “En entornos urbanos ya estamos trabajando en dotar de inteligencia a las vías para, en el caso de detectar una situación de peligro en la circulación, modificar las órdenes que recibe un semáforo o que aparezcan avisos en los paneles luminosos en tiempo real”, describe la responsable de Industrial IoT Sales Specialist Leader, EMEA en Cisco, quien también resalta la importancia del Edge Computing en las empresas del sector energético, como por ejemplo para digitalizar los procesos que se ejecutan en las subestaciones secundarias de la red eléctrica y así permitir la gestión remota de dichas instalaciones.”
En el sector de las utilities, el EMEA Telco & Media Industry Leader en IBM, añade la gestión del agua en servicios municipales “para tener controlados sumideros y colectores cuando se producen episodios de lluvias torrenciales, en los que se requiere una intervención rápida”. Y resalta la aplicación del IoT en la gestión de infraestructuras “a través de imágenes de vídeo, incluidos drones, para detectar problemas en el momento en el que se producen”.
“Lo que podemos imaginar hoy en día es solo la punta del iceberg. Cuando se despliegue la red 5G y aumente la velocidad en la transmisión de datos, se incrementará el número de aplicaciones”, afirma el Data Center Solution Architect en Schneider. Pone como ejemplo casos que se están implantando en sanidad, con la “monitorización en remoto de los pacientes para descongestionar los servicios sanitarios”; en educación, para “ofrecer mejores servicios y formación; y en retail, en la “mejora de la experiencia de usuario”.
Por su parte, la Manager IoT Sales en Vodafone, añade las repercusiones que tendrá en un sector tan crítico como el transporte, no solo en referencia al coche conectado, también en la creación de plataformas como la DGT 3.0, que la compañía hizo pública hace apenas unos días, “donde todos los actores y elementos conectados a la red 5G podrán compartir información para la toma rápida de decisiones”.