Talayuela: energía solar como oportunidad medioambiental, económica y social
Visitamos la mayor planta fotovoltaica de Extremadura, operativa desde hace doce meses, que abastece de energía a 148.000 hogares durante un año.
22 enero, 2022 02:15Noticias relacionadas
La carretera N-V es la vía radial que transcurre desde Madrid a Portugal, pasando por las provincias de Toledo y Extremadura. El paisaje es seco y con poca vegetación. Naves industriales, hoteles de carretera, algún castillo –como el que ocupa el Parador de Oropesa– y pequeñas poblaciones salpican el recorrido.
Si el viaje se inicia desde la capital, como es el caso, llega un momento en el que un nuevo elemento se incorpora a las vistas desde la ventana del minibús, en el que nos desplazamos un grupo de periodistas: paneles solares.
Ocurre casi a la vez que un cartel da la bienvenida a Extremadura, “la provincia que mejor ha sabido ver la oportunidad económica que ofrece la energía solar como palanca de crecimiento”, afirma Jose Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
España, pionera
El máximo responsable de esta asociación sectorial explica, mientras nos dirigimos a nuestro destino, cómo en España se empezó a apostar, al igual que en Alemania, por esta energía renovable cuando nadie más lo hizo “primero, movidos por motivos medioambientales y, segundo, industriales”.
En los años 90, recopila Donoso, “el 50% de las placas fotovoltaicas del mundo se fabricaban en España. Entonces era una tecnología cara. Pero poco a poco empiezan a verse sus ventajas: modularidad (pueden instalarse grandes plantas pero también puede utilizarse para el autoconsumo), el periodo de maduración es corto y la tramitación sólo necesita de unos meses”.
En los últimos diez años, según datos de la UNEF, la energía solar ha reducido sus costes un 90%. “Aunque el sector público ha tenido un papel fundamental para su desarrollo, en España, desde el año 2018, esta tecnología, que es muy sencilla, ya no necesita este tipo de ayudas para ser rentable”.
En su condición de pioneros, la industria fotovoltaica española comprende múltiples actividades y componentes. La fabricación de los paneles sólo supone el 35%. El resto de los costes de un proyecto también pueden contratarse aquí, a empresas españolas que ya son líderes a escala mundial, como PVH, Soltec, Nclave, STi Nordland, Gonvarri Solar Steel o Prodiel, y las inversoras Ingeteam y Power Electronics.
Su contribución al PIB fue de más de 8.000 millones de euros en 2020. Asimismo, y siempre según cifras proporcionadas por la asociación, esta industria sostiene 40.000 empleos directos e indirectos, que ascienden a 58.000 si se consideran también los inducidos.
Para concretar un poco más, Donoso aporta que la construcción de una planta fotovoltaica de 100 MW genera entre 300 y 400 puestos para trabajadores locales, de los que entre cinco y diez son fijos y estables. Estos últimos se dedican, una vez montada la planta, principalmente a tareas de mantenimiento.
Energía que cuida el entorno
Mientras el director general de la UNEF termina de dar las últimas pinceladas para dibujar el estado actual de la energía fotovoltaica en España, el minibús deja atrás la carretera nacional y, a escasos kilómetros, toma un camino de tierra. Nos adentramos en la dehesa extremeña.
Encinas, prados verdes, vacas y grullas son ahora los protagonistas de un paisaje enmarcado por la sierra de Gredos. Hemos llegado a nuestro destino, la planta fotovoltaica de la localidad de Talayuela (Cáceres).
En los primeros momentos nada hacer prever que en ese terreno de 820 hectáreas hay instalados 900.000 paneles. Sólo nos damos cuenta de su dimensión cuando pasamos por un puente sobre la vía del tren, que parte en dos la planta.
Talayuela Solar está operada por la noruega Statkraft, desde que en mayo de 2021 la compañía completó la adquisición de la española Solar Century. Dispone de una capacidad instalada de 300 MW. Durante sus primeros doce meses de funcionamiento ha producido casi 500.000 megavatios hora (MWh). Energía suficiente para abastecer a 148.000 hogares durante un año y evitar la emisión de más de 100.000 toneladas de CO2.
Resultados a parte, la integración con el entorno es completa. De sus 820 hectáreas, 312 se han reservado para preservar la fauna y flora de la zona. “Además de proteger a las encinas centenarias, hemos construido dos encharcamientos artificiales, como recurso híbrido para las diferentes especies; nidales de diferentes tamaños, posaderos para grullas y refugios para reptiles y roedores”, enumera Erica Morales, responsable de sostenibilidad de Statkraft Iberia.
También utilizan vallas cinegéticas, para que los animales puedan transitar por el terreno sin encontrarse barreras; y han plantado varias especies autóctonas para crear pantallas vegetales que reduzcan el impacto visual. Tienen previsto introducir ganado ovino como desbroce natural y crean un Aula de la Naturaleza.
Criterios sociales sostenibles
Todas estas iniciativas han llevado a Talayuela Solar a solicitar el Certificado de Excelencia. Un reconocimiento que otorga la UNEF a aquellas plantas “que hacen las cosas bien”, dice Donoso, en referencia a unos criterios de buenas prácticas que, desde esta asociación, tratan de que sigan todas las instalaciones fotovoltaicas.
Estas incluyen, junto a las ya mencionadas, que no se use hormigón para la construcción de la planta ni productos fitosanitarios en tareas de mantenimiento. Tampoco ocupar terrenos de uso ganadero, ni zonas protegidas o en proceso de protección. “No queremos expropiaciones y sí llegar a acuerdos con los propietarios del terreno y pagarles un precio justo: no menos de 1.500 euros por hectárea el año”, recalca.
Otro de los aspectos que valoran es la contratación de trabajadores locales. En el caso de Talayuela, con algo más de 7.300 habitantes, se crearon durante la obra más de 300 puestos de trabajo (75% hombres y 25% mujeres), de los que 262 fueron talueyanos.
“También prestamos especial atención a los colectivos más vulnerables. En Talayuela son migrantes y el pueblo gitano, que ocuparon el 17% y el 18% de los puestos de trabajo, respectivamente”, detalla Morales. Todos ellos recibieron formación.
Durante la construcción, las compras a empresas y proveedores locales ascendieron a más 1,2 millones de euros. Para el Ayuntamiento, ha supuesto unos ingresos de dos millones de euros, según confirma el alcalde Ismael Bravo, quien estima que percibirán 600.000 euros anuales en concepto de IBI a partir de 2023.
De todos los puestos creados, son 15 las personas que siguen trabajando directamente para esta planta operada por Statkraft. A los que hay que añadir los indirectos y proveedores locales “a los que siempre damos prioridad para generar riqueza en la zona”, asegura Morales. Un camino, el de Talayuela Solar, que quiere ser ejemplo de lo que desde la UNEF quieren que sea la energería fotovoltaica en España.