Aún no está tomada la decisión, pero todo apunta a que será favorable. En las próximas semanas, el Eurosistema comunicará si da permiso a la creación de un euro digital. “Estamos explorando los beneficios, riesgos y retos operativos”, señala la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en una conferencia celebrada en el Banco Federal Alemán. El temor por quedarse atrás en una competición global podría decantar la balanza de los bancos centrales que, eso sí, llevarán su conclusión a una consulta pública.
“Una de las principales tendencias es la competencia a la hora de dominar los pagos a escala global”, indica Lagarde. “Cuantos más usuarios utilizan un sistema de pagos, más atractivo se vuelve para nuevos usuarios. La escala importa e inevitablemente lleva a que unos pocos proveedores de servicios dominen el mercado”.
“Europa ha fallado en esta competición”, reconoce. “La falta de integración de pagos en Europa significa que los proveedores extranjeros han tomado la delantera. Esto no es necesariamente una preocupación, siempre y cuando estas firmas sean responsables. Pero el contexto global y el progreso tecnológico están cambiando la naturaleza de los riesgos a los que nos exponemos”.
Los pagos en Europa también se están viendo afectados por las empresas tecnológicas, con millones de usuarios conectados a sus servicios. “Más de un cuarto de la población mundial es usuaria activa en Facebook, que lanzará su proyecto Libra como global desde el primer día”.
Lagarde reconoce que esta situación puede mejorar la competencia, las soluciones de pagos y la inclusión financiera; pero al mismo tiempo puede magnificar otros asuntos como “el abuso del poder de mercado, la propiedad de los datos críticos o dificultar la lucha contra actividades ilícitas”.
Pero para la presidenta del BCE, una de las consecuencias más importantes es que “si la mayor parte de los pagos se realiza con monederos digitales en lugar de con depósitos bancarios y se denominan en una moneda digital privada con enlaces débiles a la moneda soberana, la soberanía monetaria podría debilitarse”. Y afirma: “En un mundo digital, los consumidores deberían tener la posibilidad de pagar con la moneda soberana”.
Las consideraciones en Europa
“Introducir un euro digital permitiría al Eurosistema estar en la punta de lanza de la innovación”, dice en su discurso. Aunque Lagarde asegura que una moneda digital emitida por un banco central (CBDC) no es una novedad, las nuevas tecnologías permiten que sea más eficiente. “Además, abre la posibilidad de una moneda digital para el retail, que puede ser muy innovadora y accesible para una audiencia muy amplia”.
Sin embargo, para la presidenta del BCE, crear una moneda digital para el retail requiere de tres consideraciones. Una, mantener el acceso al dinero del banco central. “Un euro digital debería ser un complemento, no un sustituto del dinero en metálico”. Dos, asegurar que la moneda digital esté diseñada para contener posibles riesgos. Tres, que el euros digital se perfile para dar respuesta a la demanda del público. “Debería respetar las fortalezas tanto del Eurosistema como del sector privado”.