Las otras ocupaciones de los ‘riders’
¿Cuáles son las ventajas de un trabajo flexible? Cuatro colaboradores de la compañía digital de entrega de comida a domicilio Deliveroo nos cuentan a qué se dedican cuando no reparten
28 enero, 2020 11:00Pablo, Nahir, Hernán y Badr tienen algo en común: los cuatro son riders de Deliveroo, pero no únicamente. Distribuyen su tiempo entre los repartos que realizan para esta plataforma digital con otros compromisos laborales e intereses profesionales. La facilidad para organizar sus horarios y elegir los días en los que trabajan son las principales ventajas que destacan estos trabajadores autónomos en su relación con esta empresa. Lo resumen en una sola palabra: flexibilidad.
A parte de esta coincidencia, sus vidas son tan dispares como el resto de sus ocupaciones. Pablo Martínez tiene 21 años y oposita a bombero en Granada. En el mes de junio se cumplirán dos años desde que empezó a trabajar para Deliveroo. Ese fue el momento en el que decidió dejar sus estudios en la universidad y prepararse para sacar una plaza en el cuerpo de bomberos de su ciudad natal. "Trabajo solo los fines de semana, dedicándole varias horas, para tener el resto de la semana libre. Dedicarme al reparto me viene bien, no solo por los ingresos que obtengo, también para aprenderme el callejero, que es algo que te piden cuando te presentas a estas oposiciones".
Pablo vive con sus padres y el dinero que gana lo emplea en sus gastos personales y, en su gran mayoría, para pagar la academia a la que acude para preparar las pruebas para bombero y los libros. Su sueño es conseguir pronto un puesto de trabajo fijo en la profesión a la que le gustaría dedicarse. "Si repartiera en bici también le sacaría rendimiento a nivel físico a mi trabajo como repartidor, pero lo hago en moto", reconoce.
Hernán Bertolotto es un emprendedor. Argentino de origen, llegó a España hace tres años. Aquí tuvo a su hija y en Deliveroo ha encontrado el apoyo que necesitaba para empezar a prosperar en nuestro país. Junto a su trabajo como rider, ha puesto en marcha dos proyectos propios: una empresa de galletas saludables, Locookieras, y la comercialización de un accesorio para palancas de cambio de motocicletas para facilitar el paso de las marchas, del que tiene la patente.
"Deliveroo me está ayudando a promocionar las cookies en la parte de desayunos corporativos, lo que me permite conseguir ciertos ingresos para contar con un flujo de caja aceptable, reinvertir y sostener el proyecto en el tiempo. También han sacado una oferta para los riders, a los que se las ofrecen para empezar el día con energía", nos cuenta desde Madrid. Para ellos, sus compañeros, desde las oficinas de Deliveroo también han puesto en marcha un sorteo para que prueben su invento para la palanca de cambios y darle visibilidad.
Las ocupaciones de Hernán no acaban aquí: "Tengo el título de socorrista y como en verano el trabajo de delivery baja mucho, esta es una forma de seguir teniendo ingresos. Cuando comienza el verano no hago casi horas en Deliveroo y las retomo al finalizar la temporada".
También procedente de Argentina, Nahir Ayelen llegó a España y se instaló en Oviedo con su marido y su hijo: "Escapamos de una gran ciudad como Buenos Aires buscando algo más tranquilo". Junto a su pareja, abrió un negocio de delivery y take away, y simultáneamente trabaja en la franja de noche con Deliveroo y da clases de danza. "Me gusta el hecho de ser autónoma y manejar mis horarios sabiendo que cuantos más servicios haces, más ingresos tienes, pero que si algún día no puedes trabajar por algún motivo, tienes la libertad de no hacerlo", nos explica.
El caso de Badr Eddine Hiladi es ligeramente diferente. Este marroquí de 42 años lleva en España dos décadas. Vive en Barcelona y reconoce que el trabajo que realiza para la plataforma digital es su principal fuente de ingresos. Antes de eso, se dedicaba al sector de la construcción y tenía su propia empresa: "Pero cuando llegó la crisis, tuve que cerrar. Con Deliveroo, he tenido la oportunidad de volver a incorporarme al mercado laboral". Badr está casado y es padre de dos niños. Es autónomo y tiene flexibilidad para compaginar diferentes ocupaciones: "Trabajo para otras plataformas y también hago mis propios repartos".
Junto a estas responsabilidades tiene la de ser el presidente de la Asociación Autónoma de Riders (AAR). "La creamos hace ocho meses para conseguir más ventajas para los riders, ser una representación de los mensajeros para tener voz y voto. Si las plataformas nos ven unidos, conseguiremos más cosas". Una de sus pretensiones es que se les considere como gremio y tener una tarjeta identificativa con el número de vehículo "porque somos trabajadores profesionales". Y la flexibilidad de la que disfrutan estos cuatro riders no debería ser un impedimento para ello.