La carrera del tractor eléctrico
La Cumbre Agrievolution se ha celebrado por primera vez en España y con un enfoque inédito: networking entre oferta y demanda para marcar las tendencias de mecanización de cultivos de alto valor añadido
24 octubre, 2019 07:00España va a estar en el centro a nivel mundial de la tecnología para cultivos especiales, leñosos o también llamados comercialmente high value crops. Estamos en primera línea exportándolos. La patronal de fabricantes de maquinaria agrícola en España (Ansemat) ha promovido que la Cumbre Internacional de la Alianza Agrievolution recale por primera vez en nuestro país. Los CEO de las multinacionales del sector se han reunido con las firmas dedicadas a la mecanización de los cultivos mediterráneas por excelencia: Cumbre Internacional de la Alianza Agrievolution y demás frutales de pepita y hueso, aparte de frutos secos.
Los cultivos especiales son muy heterogéneos según la geografía. "Las empresas de maquinaria agrícola especializadas en ellos necesitan el apoyo en innovación de las grandes multinacionales del sector", enfatiza Ignacio Ruiz, presidente de Agrievolution y secretario general de Ansemat.
Hay más tecnología en un tractor que en un coche. En los últimos 20 años, los tractores han reducido las emisiones de nitrógeno un 95%, según la asociación europea CEMA. "Los agricultores estamos haciendo nuestras propias investigaciones y nuestros prototipos de máquinas", afirma Ramón Rivera, de la empresa agrícola ELAIA. La sed de colaboración con sus proveedores de mecanización es notoria, por el nivel de digitalización que impone la agricultura 4.0, la transición a vehículos autónomos y a fuentes energéticas limpias.
La sociedad está más volcada en reclamar el coche eléctrico que en la ingeniería agrícola. Una de las tendencias de la agricultura del futuro mira hacia su electrificación. El tránsito a vehículos de tracción impulsados por energías limpias, ya se ha iniciado con los tractores de biogás, generado por los propios ganaderos en sus explotaciones mediante digestores, donde se mezclan estiércoles y maíz.
La falta de autonomía de estos vehículos provoca que esta energía los mueva en entornos limitados como en las labores de una granja. "Este es el problema que hay que resolver aún. A medio plazo será entonces cuando pueda usarse el tractor eléctrico en sistemas cerrados como en ganaderías o en invernaderos", afirma Emilio Gil, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña.
El alcance de uso de equipos agrícolas conlleva un mayor almacenamiento de energía en el tractor, más del que la tecnología de iones de litio puede dejarnos pensar. En costes, se disparan los de electrónica de potencia y baterías, pero con los sistemas eléctricos se trabaja con más precisión que con los accionamientos hidráulicos o mecánicos. El grado de automatización de un tractor eléctrico es más alto con costes funcionales más bajos.
Formación
Los pequeños y medianos agricultores se sacuden el sambenito de cazadores de subvenciones. Solo reclaman innovación y la transferencia del conocimiento. "Hace falta aumentar su nivel formativo, porque si no, esta tecnología sirve para poco", manifiesta Emilio Gil, catedrático del Departamento de Ingeniería Agroalimentaria y Biotecnología de la Universidad Politécnica de Cataluña. La FAO en Agrievolution ha insistido en este camino. La única formación de dos tercios de los agricultores europeos es la propia experiencia, según la Comisión Europea.
"Para que los high value crops sean sostenibles, es imprescindible aplicar la agricultura de precisión, la digitalización y los datos, ya que disponemos de menos recursos como suelo agrícola o agua para el riego, por ejemplo", subraya Fede Pérez, CEO de la pyme española Pulverizadores Fede, cuyo acuerdo con el gigante de la mecanización mundial, John Deere, es paradigmático: cómo las grandes corporaciones deben aprender del expertise de las compañías pegadas al terreno como los cultivos especiales o leñosos, incluido el boom que acarrean el almendro y el pistacho.
Pulverizadores Fede se ha encumbrado como una de las marcas más competitivas y sostenibles en la UE en desarrollar soluciones innovadoras para proteger los cultivos de plagas y enfermedades. Agricultores mexicanos, portugueses, surafricanos o hindúes trabajan con los equipos conectados e inteligentes de esta pyme erradicada en Cheste (Valencia), proveedor exclusivo a escala global de pulverizadores y atomizadores de John Deere.
El buque insignia de Pulverizadores Fede es el revolucionario Smartomizer Futur H3O, con el que se ahorra el 25% en producto fitosanitario y cuatro litros de combustible por hora. Para ser preciso en tratar una plaga en un árbol hay que medir exactamente el volumen de la vegetación en cada momento para dosificar tanto los litros (agua más sustancia activa para proteger el cultivo) por hectárea como el volumen de aire para que esa aplicación se convierta en eficaz y eficiente. Todo lo que no alcance el blanco específico del tratamiento en la atomización se denomina técnicamente deriva, con las consecuencias de riesgo de contaminación medioambiental y para la salud de la flora y fauna, aparte de niveles de residuos no deseados en cosechas.
"Nuestro equipo incorpora el sistema H3O que regula la aplicación del tratamiento en función de la masa vegetal, mediante lo que llamamos Tree Row Volume (TRV) a tiempo real. Así reducimos la deriva hasta en un 50%", señala José Núñez, técnico comercial de Fede, quien en el ecuador del evento Demoagro Speciality, celebrado en varias fincas agrícolas de Turís (Valencia), explica cómo se mide en todo momento la superficie de copa de un frutal.
"El TRV es una fórmula que nace del ancho de la plantación por la altura que tiene la vegetación, multiplicado por los diez mil metros que tiene una hectárea y dividido por la dimensión del marco de plantación. El resultado es un dato expresado en metros cúbicos, lo que la vegetación vendría a representarse por la figura geométricamente de un cubo".
Conectividad para la seguridad alimentaria
Los Smartomizer controlan el nivel de fitosanitarios para llegar a la categoría de residuo de cero que exigen las cadenas de distribución. "Demostramos en tiempo real lo que ha ocurrido con el tratamiento de sanidad vegetal en el cultivo", indica Fede Pérez, "para que el consumidor lo descubra en la trazabilidad en el código QR".