Javier Quintana y Alberto Jiménez, cofundadores de Smileat, que consiguió en 2022 ser la única empresa de alimentación infantil ecológica española certificada por B-Corp.

Javier Quintana y Alberto Jiménez, cofundadores de Smileat, que consiguió en 2022 ser la única empresa de alimentación infantil ecológica española certificada por B-Corp.

Startups

El 'David contra Goliat' de la alimentación infantil que educa al consumidor del mañana y dinamiza el campo

Smileat copa ya casi un tercio del mercado de potitos ecológicos en España y rivaliza con las grandes marcas. Su propuesta 360 va más allá de la fabricación sostenible con un aumento de las ventas del 66% en 2022.

30 enero, 2023 02:22

Copar casi un tercio del mercado de la alimentación infantil en España -sin pertenecer a las grandes multinacionales que a todos se nos vienen a la cabeza- es, per se, un hito empresarial.

Pero sería injusto definir a Smileat -solo- por estas métricas, a todas luces reveladoras de la filosofía que hay detrás de un proyecto disruptor que está llamado a ser uno de los referentes del sector dentro y fuera de nuestras fronteras en los próximos años.

El sector foodtech ha demostrado este 2022 que goza de una resistencia mayor que otras áreas del emprendimiento español. Una nueva alimentación está en construcción y qué mejor que desarrollar una estrategia 360 para llevarla a cabo pensando en las generaciones que la consumirán en el futuro, sin olvidar al sector primario con la emergencia climática como telón de fondo.

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Porque todos estos conceptos están detrás de cada potito, papilla y 'golosina' -ecológica, sin azúcar y 100% procedente de frutas- que fabrica la startup Smileat. Los datos avalan el momento dulce que atraviesa la propuesta y su crecimiento potencial.

La compañía obtuvo en 2022 unas ventas netas de 7,8 millones de euros, lo que supone un aumento del 66% respecto al ejercicio de 2021 y un 18% por encima del plan de negocio. Este 2023 aspira a alcanzar los 12 millones de euros en facturación.

Javi Quintana y Alberto Jiménez posan con el catálogo de productos ecológicos y sin azúcar de Smileat.

Javi Quintana y Alberto Jiménez posan con el catálogo de productos ecológicos y sin azúcar de Smileat.

Este crecimiento queda refrendado en el último informe del sector realizado por la consultora IRI (noviembre 2022) donde se refleja que Smileat se posiciona en el mercado de la alimentación infantil ecológica en España con una cuota del 29%.

Dentro del canal retail, es la marca de alimentación que más ha crecido en la categoría de tarritos y pouches (65%) y también es la que más crece en facturación de unidades al pasar de un 24% (2021) a un 45%, explican desde la compañía.

Divulgar y comunicar: el otro gran reto

Más allá de las cifras, Smileat asume como propia la responsabilidad de hacer pedagogía y divulgación con la alimentación, de forma que eduque al consumidor del presente, pero también al del mañana -que ahora consume sus productos para niños y bebés-.

"Las marcas de alimentación tenemos una responsabilidad brutal. No todo vale por vender. Nosotros por la parte de innovación, podríamos sacar más productos cada año, pero ¿qué necesidad hay de que un bebé tome papilla con chocolate, con galleta a esas edades? Él no te lo está pidiendo. Mi hijo mayor no tomó nada de azúcar hasta los dos años", explica a D+I Alberto Jiménez, cofundador y CEO de Smileat.

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"Tenemos por delante una labor de comunicación muy importante y compleja. Hay que hacer entender al consumidor, por ejemplo, que nuestros potitos no tienen siempre la misma textura. No utilizamos siempre la misma verdura, sucede igual que cuando lo haces en casa para consumirlo al momento", añade Jiménez.

Y es que junto a la producción ecológica, utilizar producto de proximidad, que ayude a dinamizar el campo y reduzca el impacto ambiental de la cadena logística, es otra de las máximas de Smileat.

No todo vale por vender; podríamos innovar más productos cada año, pero un niño no necesita papilla con chocolate o galleta, ellos no te piden azúcar. Mi hijo mayor no la probó hasta los dos años

Alberto Jiménez, cofundador y CEO de Smileat

"Utilizamos envases compostables y reciclables, que evidentemente nos encarecen el producto, pero que están alineados con nuestra filosofía. Por ejemplo, vendemos en España y Europa, pero no lo haríamos en EEUU. No compensa enviar allí un potito hecho aquí por la cadena logística y la huella de carbono que dejaríamos", insiste el cofundador.

Y es que la sostenibilidad está en el ADN de Smileat. Por algo es la primera y única empresa de alimentación infantil ecológica certificada por B-Corp.

Cereales TRIBOO, uno de los productos estrella de la marca.

Cereales TRIBOO, uno de los productos estrella de la marca.

En esta línea, está presente en los lineales de las principales superficies de alimentación y durante 2022 ha ampliado su presencia al entrar en Gadisa, Condis, Fragadis, Supsa, Hijos de Luis Rodríguez, Vueling y en Glovo; además de seguir creciendo en el canal farmacia.

El año pasado fue también un buen ejercicio para cerrar acuerdos internacionales y comenzar a vender en Rumania, Moldavia, Chipre, República Checa. En el mercado luso ha entrado en retail en Auchan, Apolonia y Go Natural.

Por otra parte, las ventas de su e-commerce han tenido un buen comportamiento este año, en el que la compañía se ha centrado en la suscripción, suponiendo ya un 20% de su facturación total.

Las buenas expectativas de crecimiento para 2023 también pasan por la planta para fabricación propia que la compañía ha adquirido en Jerez de la Frontera y que comenzará la producción de prueba este próximo febrero.

Nueva fábrica en Jerez de la Frontera

"Estamos remodelando la planta para iniciar las pruebas en febrero y la producción este próximo marzo. En paralelo vamos a hacer una nave anexa que estará lista en junio de este año", anuncia en D+I el CEO. El nuevo edificio albergará principalmente cámaras frigoríficas para su materia prima.

En cuanto al equipo, Smileat ha creado hasta la fecha 34 puestos de trabajo en Madrid, tres en Jerez y siete nuevos empleos se sumarán en marzo.

De esta forma, Smileat aspira en los próximos cuatro años a dar un gran salto cualitativo y cuantitativo. Para ello, y con la intención de concentrar una parte importante de sus procesos productivos, cerró el pasado mes de julio la adquisición de la nueva fábrica en Jerez de la Frontera en la que en su reconstrucción y adaptación está invirtiendo 2,1 millones de euros.