El emprendimiento español tiene historias en su haber que merecen ser contadas. No están ubicadas en Silicon Valley, ni van acompañadas de la pompa que suele adornar las trayectorias de las startups norteamericanas, pero su narración compite de tú a tú con con la de cualquier relato disruptor que se haya gestado al otro lado del charco.
Btwice también arrancó en un garaje. Aunque no fue en la bahía de San Francisco (California), sino en tierras de Girona. Lo que comenzó como un hobby de dos apasionados por el trial, ha acabado convertido en una prometedora iniciativa del vehículo eléctrico de dos y tres ruedas que crece a marchas forzadas en el Sudeste Asiático y que ya está preparado para 'volar'.
Los dos socios fundadores, Boris y Alex, se conocieron cuando ambos trabajaban en la mítica marca de motos Ossa. Allí, Boris Sánchez era director R&D y Álex Ballesta era director de ventas.
Su pasión por las motocicletas pronto les puso a diseñar piezas "aftermarket" para motos de trial. Con ese fin, adquirieron un torno y una fresadora manuales de pequeñas dimensiones que instalaron en el garaje de los padres de Álex y empezaron a fabricar piezas durante su tiempo libre.
La entrega a este trabajo fue tal que incluso fabricaron un horno de metales para fundir aluminio y hacer la colada en moldes de arena que ellos mismos hacían.
"Álex era el psicólogo de los importadores. Íbamos a todas las carreras, y allí siempre le contaban qué pieza les haría falta, qué necesidad tenían, cómo se podían mejorar las motos... Álex les escuchaban y, tras horas y horas de conversaciones, me trasladaba sus inquietudes", explica a D+I Boris Sánchez, cofundador de Btwice.
Paradójicamente, fue el motor de explosión el que puso los primeros mimbres de lo que hoy es Btwice. Después, la evolución natural del proyecto y del mercado les fue encaminando hacia la movilidad eléctrica de dos y tres ruedas, donde ahora ya son capaces de cubrir todo el proyecto desde el diseño y la ingeniería, pasando por las pruebas y hasta la homologación.
Pero hasta llegar al punto que están en 2023, todavía tenían que recorrer un largo camino y atesorar unos conocimientos y una experiencia que ahora ya les faculta para dar el salto a lo grande al mercado internacional.
En aquellos comienzos, cuando la iniciativa era prácticamente un hobby, un primer cliente "importante" dio un giro total a sus vidas: la marca de motos Gas Gas, la cual en aquel momento estaba ensamblando motos Ossa en su planta de producción, necesitaba unos discos de embrague que ellos podían fabricar.
Soluciones innovadoras que 'aún no existen'
Aquel hito para el proyecto fue tal que ambos decidieron dejar sus respectivos trabajos y crear Btwice. Corría el año 2014.
Ocho años después, aquella startup de Girona que comenzó como una ingeniería de producto se ha convertido en una empresa consolidada y en un centro tecnológico de desarrollo e innovación del vehículo eléctrico de 2 y 3 ruedas único en España, cuya facturación procede ya en un 80% de clientes internacionales.
Y es que Btwice no solo cubre todo el ciclo del proyecto, sino que está especializada en el desarrollo y comercialización de soluciones innovadoras que no existen todavía en el campo de la movilidad eléctrica.
En la actualidad, la startup cuenta ya con un equipo de 13 personas en plantilla –más dos colaboradores externos− y ha diseñado un plan estratégico para fortalecer su crecimiento, con la mirada puesta en los mercados internacionales. Para ello ha puesto en marcha su primera ronda de financiación en la que espera captar 1,2 millones de euros.
El momento para crecer es ahora; Btwice lo sabe y ha salido a por todas. "El tema de la movilidad eléctrica es muy nuevo. Lo que innovas hoy y crees que es muy puntero, mañana se queda desfasado. Hay muchos aspectos por mejorar; la mayoría de fabricantes de motos eléctricas están utilizando motores que son de ascensor, solo por poner un ejemplo", afirma a D+I Álex Ballesta, CEO de Btwice.
"No hay producto específico para la movilidad eléctrica en el mundo de las dos ruedas. Nosotros tenemos un desarrollo de producto propio y somos buenos en lo nuestro, probablemente porque llevamos ya muchos años en este campo", añade.
El potencial crecimiento del mercado de la movilidad eléctrica a escala global en el futuro avala la oportunidad de dar en la actualidad el punto de inflexión que Btwice plantea.
No hay producto específico para la movilidad eléctrica en el mundo de las dos ruedas; lo que hoy es puntero, mañana está desfasado
De acuerdo con diferentes estudios, el mercado de scooters y motocicletas eléctricas ha estado creciendo desde 2018 y se duplicará en todo el mundo en la tercera década del siglo.
Este crecimiento explosivo del negocio de la movilidad ligera y eléctrica se enfrenta a la falta tanto de componentes específicos para el sector como de experiencia en el desarrollo de vehículos eléctricos de dos y tres ruedas, explican desde Btwice, lo que ralentiza los proyectos y provoca la pérdida de oportunidades.
Plan estratégico décimo aniversario
La startup ha elaborado un plan estratégico de cara a su décimo aniversario en 2024 basado en tres pilares; primero, aumentar las capacidades de ingeniería para ofrecer una gama más amplia de servicios; segundo, establecer una división en el extranjero para acercar la empresa a sus clientes internacionales, que ya suponen más de un 80% de la facturación global y, por último, desarrollar un portafolio propio de productos para cubrir las crecientes necesidades del mercado.
Respecto a su internacionalización, Btwice tiene prevista la creación de una división de Asia con sede en Indonesia y que tendrá funciones clave para la compañía. Por una parte, se ocupará del control de la producción de los nuevos productos de Btwice, así como de la administración, venta y distribución de los mismos en Asia.
Por otra parte, reforzará las relaciones actuales con clientes de países asiáticos. Además, aspira a obtener más presencia en otros mercados en crecimiento como Tailandia, Vietnam, Malasia e India.
"Nosotros tenemos el talento, el conocimiento y la experiencia, y estos países, la capacidad productora. De hecho, el 80% de nuestros clientes son internacionales. Creemos que ha llegado el momento de dar ese salto cualitativo a nuestro proyecto", concluye el CEO.