Que la tecnología no tiene razón de ser si no mejora la vida de las personas es una máxima que nadie discute. Ahora bien, cuando ese honroso objetivo sitúa en el epicentro a nuestros mayores y persigue hacer más fácil, segura y divertida su existencia, la propuesta disruptora acaricia la cuadratura del círculo.
Eso es lo que ha conseguido la startup aragonesa Maximiliana que echó a andar en octubre de 2020 ante una imperiosa necesidad: que estas personas no se sientan solas y que a través de un teléfono móvil la distancia con sus seres queridos sea solo una cuestión física.
Es la idea que engendró Jorge Terreu, CEO de Maximiliana, durante su estancia de estudios en Francia. Su abuela, cuyo nombre ha bautizado también a esta propuesta tecnológica con sede en Aragón, tenía serias dificultades para hablar con él, no se aclaraba con el dispositivo y las videollamadas eran demasiado complejas para poder llevarlas a cabo.
La longeva mujer nació en octubre de 1931 y, como muchas otras personas en esta fase de la vida, pensaba que la tecnología que tan bien manejan sus nietos -y que tanto había cambiado el mundo en el que ella creció- no estaba hecha para ella.
"Tenía muchos problemas para hablar con mi abuela porque se liaba mucho con su teléfono. Lo dejaba descolgado, no acertaba a darle a la tecla correcta, no lo ponía a cargar… los típicos problemas de las personas mayores con la tecnología", explica Terreu a D+I.
"Como se acercaba el día de los abuelos, aproveché y le preparé un móvil modificado que funcionara completamente solo, descolgando automáticamente las llamadas y videollamadas con el altavoz para poder hablar con ella sin que ella tuviera que hacer nada", añade.
Fue el inicio de la startup Maximiliana. En la actualidad, el proyecto tiene un equipo de ocho personas que, con una media de edad que no llega a los 24 años, es la clara prueba de que las sinergias entre la juventud y la tercera edad no tienen límites si alinean objetivos y reman en la misma dirección.
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De esta forma, en poco más de dos años han logrado vender más de 1.000 móviles en España, aunque también en Europa y Latino América, y afrontan 2023 con nuevos objetivos para perfeccionar y expandir sus dispositivos e, incluso, incorporar nuevos productos, como una pulsera para pedir ayuda, a la oferta de Maximiliana.
"Estamos investigando este segundo producto con una tecnología nueva que le daría cobertura nacional sin tarjeta SIM y, lo más importante, una batería de más de cuatro años, para que se olviden de cargarla y la puedan llevar siempre en la pulsera. Creemos que sería un complemento perfecto al móvil Maximiliana", relata el CEO.
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Además, la startup acaba de alcanzar el umbral de rentabilidad, "por lo que no dependemos de fuentes de financiación externa como préstamos o rondas de financiación. Eso nos hace muy fuertes e independientes a la hora de tomar las decisiones, lo cual creo que es crucial para crecer con un buen rumbo".
Pero ¿cuál es el verdadero valor añadido de la propuesta? Maximiliana facilita al máximo el uso del dispositivo móvil por parte de las personas mayores hasta el punto de que no tienen que hacer -casi- nada para utilizarlo. Es como si funcionara solo.
Antes de que comenzara el proyecto Maximiliana había dos tipos de móviles para mayores, explican desde la compañía. Por un lado, "los móviles de teclas que no pueden hacer un montón de cosas que permite la tecnología como videollamada, localización, control remoto… y que acaban siendo igualmente complicados".
Por otro lado, se encuentran los smartphones para mayores, "móviles inteligentes que pueden hacer esas cosas pero que resultan muy complicados porque tienen menús, apps, acceso a ajustes y para una persona con muchos años pueden ser un completo follón".
Un móvil que 'funciona' solo
Su propuesta se basa en ofrecer la potencia de la tecnología en un móvil tan sencillo como que funciona completamente solo, no tienen que hacer nada si no quieren. Es el responsable de la aplicación, el familiar de la persona mayor, el que lo controla por completo desde una aplicación en su propio móvil.
Puede añadir contactos con la cara al teléfono móvil Maximiliana para que el mayor pueda llamar, puede ver la batería, la localización y por supuesto, llamar y videollamar. "El mayor solo tiene que hablar con su familia, y si quiere, también puede coger el teléfono (éste enciende la pantalla solo) y tocar la cara de la persona con la que quiere hablar".
Pero el proyecto de Maximiliana aún tenía que recibir a la otra alma mater del proyecto, una figura clave para que la propuesta traspasara la vertiente meramente tecnológica y comenzara a construir una verdadera comunidad aterrizando la era digital entre nuestros mayores.
Hace un par de meses Conchita, de 82 años de edad, y abuela de Pedro, socio de Jorge Terreu, se ofreció para llevar las redes sociales de Maximiliana. Nadie como ella, con un bagaje vital tan extenso y valioso, para dirigirse a través de Instagram, TikTok, Facebook o Twitter a miles de personas que, como ella, estaban esperando su turno para sumarse a la ola de la transformación digital.
Sus consejos, cuentos y recetas se han hecho virales y son muchas las personas de la tercera edad que esperan comenzar cada día con una frase inspiradora de Conchita.
"Les comparto mis vivencias, les animo, les doy un poquito de alegría para que no se sientan solos y para que entiendan que esto de la tecnología no es solo cosa de jóvenes, que los mayores también podemos aportar y disfrutarlo", explica a D+I la 'community manager' de Maximiliana.
Conchita brinda todos los días a través de las redes sociales un consejo de sus libretas -"que lleva escribiendo durante más de 50 años", puntualizan desde la empresa-, muestra recetas de sus platos, cuenta anécdotas… y cada viernes enseña una reflexión a través de un cuento cortito para compartir la experiencia de sus 82 años con todo el mundo.
Les ayudo a recordar sus vivencias de juventud, a compartir un ratito agradable y a sentirse acompañados
"Les ayudo a recordar sus vivencias de juventud, a compartir un ratito agradable y a sentirse acompañados", afirma.
En estos dos años, Maximiliana ya ha trabajado a través de proyectos pilotos con entidades como Ibercaja, Xiaomi -su proveedor de hardware-, la Universidad de Zaragoza, el sistema de Salud Pública y diversos ayuntamientos.
"No obstante, somos una empresa B2C y nuestro mayor éxito es que más de 1.000 personas hablan con sus familias a través de Maximiliana y registramos en total ¡más de 200 horas de compañía… cada día!", concluye Jorge Terreu.