La fintech inglesa Hastee nombró recientemente a Jaime Jiménez CEO de la compañía. Se trata de un inusual caso en el que el responsable de la startup adquirida llega a la primera línea de la empresa que la adquirió. Jiménez lideraba hasta hace pocos meses la startup barcelonesa Typs, fundada por él y sus socios en 2019.
Considera que el ecosistema startup español atraviesa un momento de expansión, con altas tasas de inversión y empresas en avanzados estadios de madurez, pero considera que falta ambición y se muestra muy crítico con la excesiva burocracia y marco normativo actual.
¿Cómo se lleva ser líder de una compañía que compró su propia startup hace sólo unos meses? La estampa no es muy habitual. ¿Debería serlo más?
Cuando se produce una adquisición, es habitual que ciertas personas de la empresa comprada asuman roles de responsabilidad en la compradora, pero sinceramente no conozco otro caso como éste. Creo que se tienen que dar ciertas circunstancias para que tenga sentido y, en nuestro caso, se dieron todas.
Hastee compró Typs siendo dos compañías que hacían lo mismo, proporcionar a los trabajadores acceso a su salario generado en cualquier momento a través de una app. Éramos dos empresas que compartían valores y visión, y que además eran 100% complementarias en todos los sentidos, por lo que todos podíamos aportar mucho desde el primer momento.
Se trataba de sumar para que el resultado fuera el mejor posible, y el Board creyó que dónde yo más podía ayudar con mi experiencia era estando al frente, así que me lo propusieron y acepté el reto.
Durante este año 2021 todo son buenas noticias, así que estamos muy contentos de cómo hemos conseguido integrar las compañías y reforzar nuestro liderazgo en Europa, habiendo desarrollado además la propuesta de salud financiera para trabajadores más completa del mercado.
Acabaremos el año creciendo por encima del 600% y abriendo varios mercados más tanto en Europa como en Latinoamérica, por lo que estoy muy orgulloso del trabajo que estamos realizando.
¿Cuál es el mayor reto que le supone su nuevo cargo? ¿Pensó alguna vez cuando fundó Typs que asumiría tal responsabilidad?
El objetivo en esta etapa de crecimiento es internacionalizar y replicar en nuevos mercados el éxito que estamos viviendo en nuestros países más importantes, como son Reino Unido y España.
A raíz de la pandemia, la concienciación de las empresas sobre la importancia de cuidar la salud financiera de sus empleados ha aumentado exponencialmente, y la demanda de nuestro servicio se ha acelerado en todo el mundo. Por otro lado, gran parte de nuestros clientes son compañías multinacionales, y también queremos poder darles servicio en el máximo número de países.
Cuando fundamos Typs, a raíz de un evento de emprendeduría organizado por Nuclio Venture Builder de Carlos Blanco, lo que sí teníamos claro era que éste iba a ser un proyecto a escala internacional con el que tendríamos un impacto positivo en la vida de cientos de miles de trabajadores.
Lógicamente, cuando creas una startup tienes ideas de cuál podría ser el exit, pero a ninguno se nos pasó por la cabeza vender a los 18 meses de haber nacido. En cualquier caso, seguimos siendo emprendedores, ahora en Hastee, con la diferencia de que contamos con una solidez y respaldo mucho mayores, y una capacidad financiera única en el mercado, con más de 200 millones de euros para poder crecer sin límites.
El bienestar financiero de los trabajadores será cada vez más una prioridad para cualquier empresa, y el salario bajo demanda, una tendencia al alza
¿Hacia dónde se dirige en la actualidad Hastee en un contexto de transformación digital que ha pisado el acelerador con la pandemia?
En Hastee fuimos los primeros en ver que lo que realmente necesitaban empresas y trabajadores, y que nadie ofrecía, era una solución completa de bienestar financiero: por un lado, dando acceso a liquidez de manera asequible e inmediata a través del acceso al salario devengado para solucionar imprevistos o poder con más frecuencia.
Y, por otro lado, y más importante si cabe, proporcionando herramientas de ahorro y educación financiera para ayudar a cambiar comportamientos y mejorar la gestión de las finanzas personales de nuestros usuarios.
Desde Hastee queremos facilitar la vida a las empresas, ofreciéndoles una solución con la que de manera sencilla pueden ayudar mucho a una parte importante de sus empleados que están sufriendo estrés financiero. Sin olvidar que a la empresa le reportará mayor productividad, menor absentismo y rotación, o mayor capacidad de atraer y retener talento entre otras cosas.
El bienestar financiero de los trabajadores será cada vez más una prioridad para cualquier empresa, y el salario bajo demanda, o cobrar cuando se quiera o se necesite, es una tendencia al alza, acelerada por la pandemia, y que ha venido para quedarse.
En este contexto, ¿cuál considera que es el estado de salud del ecosistema startup español?
Creo que estamos en un muy buen momento, con récords de inversión en startups españolas en 2021, y cada vez con más compañías nacionales alcanzando la madurez y levantando rondas propias de otros mercados, como en los casos de Travelperk (132 millones de euros), Idealista (425 millones de euros en dos rondas), Wallapop (157 millones) o Glovo (450 millones).
Por otro lado, en mi opinión tenemos todavía mucho por mejorar. Empezando por la Administración pública y la conocida Ley de Startups, que generó muchas expectativas, pero que, a la hora de la verdad, se ha quedado en buenas intenciones, pero a mucha distancia de lo que necesitamos como país para atraer más inversión y promover el emprendimiento.
Es una oportunidad perdida tras una larga espera, porque la ley no soluciona el grave problema de la burocracia, es poco ambiciosa en materia fiscal y, además, castiga al emprendedor en serie.
Por ejemplo, para ser un país competitivo tenemos que poder retribuir con stock options que sean fiscalmente favorables, que tributen sólo en caso de exit, que es cuando se obtiene liquidez, como ocurre en el resto de los países de Europa.
La Ley de Startups generó muchas expectativas, pero a la hora de la verdad, se ha quedado en buenas intenciones, a mucha distancia de lo que necesitamos como país
En España hay que tributar también cuando te dan esas opciones, aunque en ese momento no sean más que un papel que no vale nada, y con esta ley tampoco se ha solucionado.
Si queremos que España pueda competir con el resto y ser un país emprendedor, hacen falta muchos ajustes todavía. No se trata de inventar nada, sino de tomar nota de las cosas que funcionan mejor en otros países más avanzados a nivel de ecosistema emprendedor y copiarlas. Mientras tanto, competiremos siempre en inferioridad en un mercado global.
¿Qué pesa más la burocracia o las dificultades para acceder a la financiación?
La burocracia con la que hay que lidiar no creo que frene a quien realmente quiere emprender, aunque, sin duda, se podrían poner las cosas mucho más fáciles, especialmente en las fases iniciales, para fomentar el nacimiento de más proyectos. Es otro tema que la Ley de Startups tampoco ha mejorado de manera significativa.
A nivel de financiación, creo que tenemos un ecosistema maduro y que está muy activo. Muchos inversores, desde business angels a fondos de capital riesgo, están teniendo muy buenos retornos de sus inversiones, y esto contribuye a que el dinero fluya y se apoye cada vez a más emprendedores.
Sin embargo, en mi opinión, seguimos teniendo poca ambición como ecosistema. Competimos con startups de otros países que en cada ronda de financiación obtienen un ticket medio que multiplica el valor del que se suele conseguir en España en las mismas condiciones, por lo que pueden crecer más rápido e invertir más.
Nos falta ambición, competimos con startups de otros países que en cada ronda de financiación obtienen un 'ticket' medio que multiplica el valor del que se logra en España
¿Qué tiene que suceder en España para que no sea 'una realidad poco común' que un empresario acabe de CEO de la compañía que acaba de comprar su propia startup?
En mi caso, al ser una startup grande que adquiere a una pequeña, podríamos decir que el salto no es tan importante como sería en un entorno más corporativo, donde una gran empresa adquiere a una startup y ese emprendedor acaba teniendo un rol de mucha responsabilidad en esta gran empresa. Seguro que hay casos, pero no conozco ninguno.
Creo que lo relevante es que se siga dando la importancia que merece a la innovación que las startups aportamos a sectores más tradicionales y menos digitalizados, así como a los emprendedores, que tenemos unas cualidades de las que carecen empresas de mayor tamaño.
Con el tiempo creo sinceramente que habrá muchos más casos de adquisiciones en las que el emprendedor pase a ocupar una posición de liderazgo en la empresa que le ha comprado, por la simple razón de que esos skills serán cada vez más imprescindibles en la dirección de compañías de cualquier tamaño y sector.