"De la vida viene y a la vida vuelve". Ésta es la filosofía que guía los pasos de ADBioplastics, la spin off valenciana especializada en la fabricación de envases compostables alternativos al plástico que está a punto de entrar en una de las fases más apasionantes de toda startup: la irrupción en el mercado.
No ha sido fácil llegar hasta aquí. El equipo humano de ADBioplastics ha superado múltiples obstáculos desde que se creara en 2016, entre ellos la pandemia del Covid-19 que coincidió con el desarrollo de sus pruebas de tecnología en el laboratorio.
La empresa encara la última parte del trayecto hacia la fabricación y comercialización industrial de sus productos con la satisfacción que concede el trabajo bien hecho y ese involuntario vértigo que produce afrontar un momento crucial para su futuro.
ADBioplastics no explorará esta fase con una mochila vacía, más bien, todo lo contrario. Pese a su juventud, ha logrado amasar gran cantidad de conocimiento gracias a sus exhaustivas pruebas en laboratorio y las certificaciones europeas que avalan su compromiso con la calidad. Y con el planeta.
Porque nada en ADBioplastics se entiende si se olvida su leitmotiv, esa cultura de respeto por el medio ambiente y la igualdad de oportunidades, que motiva una economía circular donde la startup está llamada a ser uno de los referentes en el campo de los bioplásticos en los próximos años.
El final del plástico de un solo uso
La transformación ya está en marcha y sólo aquellas empresas que sepan anticiparse podrán afrontar el futuro con garantías. A partir de 2030 la Unión Europea obligará a sustituir los plásticos tradicionales derivados del petróleo por otros compostables.
No habrá que esperar a esa fecha para constatar que un nuevo paradigma jurídico y cultural ha llegado para quedarse. El pasado 3 de julio entró en vigor la Directiva de la Unión Europea de 2019 sobre plásticos de un solo uso que erradica la venta de objetos como bastoncillos de algodón, cubiertos de plástico, platos, pajitas y palitos agitadores de bebidas, entre otros utensilios.
El plazo de dos años que dio la Unión Europea se ha cumplido sin que España haya podido transponer la norma a su legislación, aunque el proceso sigue irremediablemente su curso hacia una nueva economía más respetuosa con el medio ambiente.
"Hay fabricantes que nos están demandando nuestros productos aunque todavía no tienen clientes que los pidan, pero quieren adelantarse y estar preparados para cuando llegue ese día, porque llegará, eso está asegurado", afirma a D+I Nadia García, R&D Specialist en ADBioplastics.
El próximo mes de septiembre la compañía arrancará la fabricación en su planta química tras la llegada de los primeros pedidos. El objetivo es generar stock de cara a su salida al mercado a principios de 2022. El departamento de producción tendrá que ampliarse para poder afrontar una demanda in crescendo.
El reciente lanzamiento de su aditivo ADBio PLA+ que mejora la resistencia al impacto del PLA de base, y que se ha desarrollado de forma exclusiva para este bioplástico, es su mejor carta de presentación. Además, este punto de su desarrollo empresarial le permite ya explorar otros nichos de mercado.
Sectores no packaging
En este sentido, ADBioplastics ha ampliado el espectro de sectores potencialmente consumidores de sus bioplásticos PLA Premium, elaborados a partir de su aditivo ADBio PLA+, más allá del sector packaging -cosmética y alimentación, principalmente- que coparon su campo de trabajo en las primeras fases del proyecto.
En la actualidad se están potenciando la incorporación de su aditivo a sectores -no packaging- tan dispares como el textil, la construcción o la impresión 3D, y los primeros resultados son prometedores.
Se han desarrollado con éxito pantallas protectoras gracias a la impresión 3D y también perfilería en el campo de la construcción con múltiples aplicaciones. Incluso el sector textil brinda grandes oportunidades a ADBioplastics con la sustitución del PLA comercial por su bioplástico.
"Queremos adentrarnos tanto en la industria auxiliar como en la textil propiamente dicha. El hilo tradicional de PLA necesita ser mejorado con nuestra tecnología y ahí tenemos un campo por explorar muy amplio", argumenta Nadia García.
El salto al sector del no packganing se ha materializado tras superar con éxito exigentes pruebas de concepto en el sector del packganing centradas en alimentación -envases para bollería de alta rotación- y en cosmética -botellas para champús y otros productos-.
Se da la circunstancia de que estos casos de éxito han sido logrados a la primera, un hecho inusual en este sector que llena de optimismo al equipo humano de ADBioplastics.
"Que mandes tu material y la botella, por ejemplo, salga a la primera, es casi un milagro. Lo habitual es que se consiga a la segunda o la tercera, lo que ya sería una satisfacción. Nosotros hemos certificado el éxito de nuestro material y tecnología en el primer intento", afirma Lorena García, Managing Director.
En esta línea, es importante destacar que aplicar el aditivo de ADBioplastics no implica que el fabricante tenga que cambiar de maquinaria -tan sólo ha de modificar algunos parámetros-, ni tampoco que afronte mayores costes y tiempos de ciclo en su proceso de fabricación.
"En cuanto a costes o densidades, se comporta como los plásticos, pero es un bioplástico", indica Lorena García. Además, la startup se adapta a las necesidades de cada cliente a quien se le aplica una cantidad de su aditivo dependiendo del producto final que se persiga.
"Nuestro aditivo ADBio PLA+ logra las mismas propiedades mecánicas en cuanto a resistencia y flexibilidad de un bioplástico, pero le sumamos valor añadido con un modificador de impacto que consigue subsanar las cualidades innatas del PLA de base, como su fragilidad".
Por otro lado, ADBioplastics ha conseguido en estos años las más exigentes certificaciones europeas que avalan su compromiso con el planeta. Sus bioplásticos cumplen la normativa europea de compostabilidad EN 13432 y la legislación europea sobre materiales en contacto con alimentos (FCM) y productos cosméticos.
Y es que su aditivo está elaborado a partir de la caña de azúcar, el maíz y la remolacha, es biodegradable y compostable, lo que permite a sus envases PLA Premium desaparecer en un máximo de seis meses al convertirse en CO2, abono y agua.
"Queremos aportar valor a la sociedad, que la gente se pregunte de qué está hecho ese material y de dónde viene. Somos bio de principio y bio de fin", apostilla Lorena García.
A partir de septiembre, la plantilla de ADBioplastics, compuesta por seis personas, comenzará a crecer -primero en la sección de producción- para ir preparando los pedidos -algunos ya 'semi-industriales'- que están llegando a la empresa.
Mercados con concienciación 'verde'
Holanda y Alemania, países con una alta concienciación 'verde', copan buena parte de la demanda pero también México y Colombia.
A partir de 2022 ADBioplastics comienza su nueva etapa. "Queremos expandirnos, pensar a lo grande. En este sector hay mucha demanda y poca oferta. La Covid ha sido un freno pero desde febrero y marzo la demanda ha ido al alza", añade la responsable.
El contexto rema a favor de la startup. Los fabricantes saben que ha llegado el momento de ser proactivos en materia medioambiental. 2030 toca a la puerta y quienes se queden a la cola en la sustitución del plástico procedente de fuentes fósiles por fuentes renovables sufrirán una notable pérdida de competitividad.
Una nueva cultura 'verde' germina. Y ADBioplastics tiene mucho que aportar en este nuevo tiempo.